Veinticinco años de proyectos fallidos
El alcalde aboga por recuperar la idea de soterrar el tráfico y Ciudadanos «estudiará» el proyecto encargado por el anterior gobierno | Santullano suma ocho planes para la remodelación de la zona, pero ninguno se ha puesto por ahora en marcha
. Hace veinticinco años se anunció la primera idea y desde entonces ha habido muchas, pero ninguna por el momento se ha llevado a cabo. La Tenderina, El Milán, Teatinos, Rubín, Guillén Lafuerza y La Monxina llevan más de cuatro décadas separadas por una carretera de cuatro carriles y por la cual se registran 30.000 circulaciones diarias. Los vecinos no han tenido más remedio que acostumbrarse al tráfico y al ruido. También a los episodios de alta contaminación del aire en el entorno de la entrada a la ciudad desde la autopista 'Y', que han llevado al gobierno regional a activar en dos ocasiones desde diciembre el protocolo por elevadas partículas en suspensión y obligado al Ayuntamiento a baldearlas calles de estos barrios.
Por el momento no existe ninguna solución definitiva a este problema, aunque ya se han diseñado ocho proyectos y ahora el alcalde, Alfredo Canteli, aboga por recuperar uno antiguo: el semisoterramiento del tráfico para proteger San Julián de los Prados y volver a unir los barrios. No obstante, desde Ciudadanos han avisado que «estudiarán» el proyecto ganador del concurso de ideas convocado en 2017 por el anterior equipo de gobierno para ver «si cumple» con el presupuesto exigido en los pliegos de contratación y que asciende a 18 millones de euros.
La historia para reordenar esta zona comenzó hace veinticinco años. Gabino de Lorenzo propuso en la campaña electoral de 1994 hacer una losa verde para proteger la iglesia de San Julián de los Prados, pero ganó los comicios y la idea quedó enterrada. El tema volvió a salir a la luz en 2003, cuando Francisco Álvarez Cascos y el exalcalde firmaron un convenio para unir Los Prados con la fábrica de armas de La Vega. Hubo muchas fotografías, pero en ninguna aparecieron los dineros o las máquinas para las obras más allá de unos sondeos, ni siquiera hubo un proyecto.
Tras la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero en las elecciones de 2004 se pudo intuir el porqué. Ante las preguntas de los populares en el Congreso y en el Senado reclamando la losa de Santullano, la socialista María Luis Carcedo respondió que este plan no se había hecho al existir problemas como la aparicién de diferentes niveles de agua debajo de San Julián de los Prados, además de no haberse contado con la opinión vinculante de la Consejería de Cultura.
Pese a ello, el Principado cambió de opinión en 2006 y presentó su propia losa junto con una reforma de los accesos por la glorieta de la Cruz Roja. Vicente Álvarez Areces y Gabino de Lorenzo firmaron un convenio un año más tarde para soterrar el tráfico y reordenar el cruce. Las obras las financiarían las dos administraciones: el gobierno regional aportaría un total de 36,3 millones de euros y de las arcas municipales saldrían 12,7 millones. Y ahí se quedó. El convenio caducó en 2012 sin que se pusiese la primera piedra.
La Brigada de Subsuelo de la Policía Nacional descubrió ese mismo año el hundimiento del emisario Sur de la ciudad. Lo encontraron durante una inspección y cuando el Ayuntamiento recibió el aviso se tomaron medidas de urgencia. Se corría el riesgo de que los escombros taponasen el paso del agua y se crease un socavón en el asfalto cercano al Palacio de los Deportes. Ese mismo años cerró la fábrica de armas de La Vega y el exalcalde Agustín Iglesias Caunedo desarrolló un proceso de participación ciudadana junto a la plataforma Imagina un Bulevar para buscar una solución conjunta a ambos espacios.
La relación entre ambas partes no acabó bien. Los plataforma denunció que el proceso estaba «manipulado» en cuanto vio una losa como solución y rompió con el gobierno local, que no veía bien reducir el tráfico. Tras las elecciones locales de 2015 y con el cambio de gobierno hubo un nuevo concurso de ideas que ganó la UTE Bosque y Valle, formada por los de los arquitectos Miguel Ángel Tejada y Clara Eslava y el ingeniero David Gistau.
Presupuesto que no encaja
El Ayuntamiento, liderado por la coalición PSOE, Somos e Izquierda Unida, consiguió incluso una ayuda de la Unión Europea de 10,3 millones de euros para el plan 'Conectando Oviedo', pero volvieron los problemas. El proyecto superaba con creces los 18 millones de euros establecidos en unos pliegos, que se habían olvidado de que bajo la calzada corre el colector Sur. Solo tras dos revisiones y muchos recortes que dejaron fuera parte de los trabajos necesarios, los números cuadraron sobre el papel a principios de año. Tarde otra vez y de nuevo a las puertas de otras elecciones como en 1994, como en 2003, como en 2007.
Ya en campaña electoral el candidato popular y hoy alcalde, Alfredo Canteli, afirmó que no le gustaba el proyecto del Bulevar de Santullano y rechazó incluso el concepto de bulevar. A cambio, propone un semisoterramiento del tráfico en un tramo de medio kilómetro y que podría llegar hasta los dos, al que su socio de gobierno no ha dado el visto bueno. El concejal de Urbanismo, Nacho Cuesta, señaló la semana pasada que «estudiarán» el proyecto vigente para ver «si cumple». Un proyecto que PSOE y Somos defienden como válido, pero que no fueron capaces de sacar adelante y originó muchísimas fricciones entre ambos, heridas, cicatrices como la que abrió la 'Y' hace 43 años y ahí sigue.
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