Lo que los barrios esconden a la ciudad
Los escritores Marcelo García y Roberto González-Quevedo reflexionan en Pumarín sobre utopía, distopía y el futuro apocalíptico
Julia Quince 29.08.2019 | 01:08
Los escritores Marcelo García y Roberto González-Quevedo, ayer en el barrio de Pumarín. LNE
Cada vez son más frecuentes las películas y libros que reflejan un futuro apocalíptico, inquietante, distópico. Series de moda como "Black Mirror" o "El cuento de la criada" tratan este género, que pretende distinguirse de la ciencia-ficción. Un tema sobe el que reflexionaron los escritores Marcelo García y Roberto González-Quevedo en el encuentro literario "Barrios y distopías", que se celebró en Pumarín durante la tarde de ayer. Una actividad promovida por la Red de Bibliotecas Públicas.
Si la utopía, dentro del terreno filosófico o socio político, representa la construcción de un mundo ideal, la distopía refleja todo lo contrario. Este concepto ligado a al ámbito artístico, tanto cinematográfico o literario, trata de una proyección de la sociedad actual hacia el futuro, en un intento de anticipar consecuencias apocalípticas en base al presente.
Partiendo de esa explicación, los asistentes al encuentro literario debatieron junto a los escritores, muy vinculados al barrio de Pumarín, los temas a los que la distopía hace frente en la sociedad occidental: la globalización, el capitalismo, la tecnología o la inteligencia artificial.
"Este tipo de obras no son cómodas porque generan cierta ansiedad debido a su reflexión filosófica", decía el ovetense Marcelo García, autor de la novela "Cartas de amor después del ecocidio", ambientada en la ciudad de Oviedo. "Al final muestran siempre una crítica de la sociedad del momento y los peligros que conllevan". Para el autor de "Los crímenes de Pumarín", el leonés, Roberto González-Quevedo, la distopía viene interiorizada del miedo al mñana: "a medida que la sociedad avanza, las distopías son más crueles. A pesar de vivir el presente satisfechos, hay un miedo terrible al futuro", afirmaba.
Con la llegada de las nuevas tecnologías y las redes sociales, los cambios son cada vez más rápidos. "Las redes marcan la dinámica del día a día", aseguraba el escritor asturiano, "algo que sirve también para hacer balance y preguntarse lo que deparará el futuro, normalmente un escenario con connotaciones negativas que invita a reflexionar, como hace la serie "Black Mirror"".
Otro de los temas con los que se debatió, fue la idea de los barrios como protagonistas de las novelas, algo poco común en pequeñas localidades como Oviedo, donde las grandes obras reconocidas, como "Los Rivero" o "La Regenta", se ambientan en el casco antiguo. Algo que no ocurre en los libros de Marcelo García, que siempre se encuadran en la periferia: barrio de Teatinos, La Tenderina o, en este caso, Pumarín.
La idea de juntar ambas ideas, el problema del futuro y la vida de los barrios, responde a la sensación de que es, fuera del centro de la ciudades donde se perciben con mayor intensidad los cambios que sufre la sociedad, como es el caso de la inmigración. "El barrio tiene esa dimensión de efímero, de transformación más profunda", explicaba González-Quevedo. Ambos autores mezclan los dos conceptos para envolver sus novelas de misterio y hacer reflexionar al lector sobre un futuro a corto o a largo plazo.
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