La digestión inmobiliaria de la banca es el cuento de nunca acabar. Las grandes entidades financieras —las ocho cotizadas— tienen todavía más de 37.000 millones en ladrillo por vender. Son cifras solo de adjudicados, sin tener en cuenta créditos dudosos ligados a la promoción ni hipotecas con debilidades.
Estas cifras reflejan que al sector le está costando más dar un nuevo acelerón al desagüe inmobiliario, tras las macrooperaciones de 2017 y 2018 con las que consiguió rebajar su exposición de los 80.000 a los 40.000 millones. Así, Santander vendió 30.000 millones procedentes del Popular a Blackstone; BBVA, 13.000 millones a Cerberus; CaixaBank, 12.800 millones a Lone Star, y Sabadell, 9.100 millones a Cerberus y, más recientemente, en torno a 1.000 millones en suelos a Oaktree.
Estos 37.000 millones siguen siendo una carga elevada para el regulador, que ha fijado calendarios estrictos de desinversión a las entidades en los próximos años.
La entidad con mayor exposición es el banco presidido por Ana Botín, que tras la operación cerrada con Blackstone en 2017 se ha quedado rezagado frente a sus competidores. Tiene 10.132 millones en exposición a adjudicados, más de un 16% por encima del segundo en el listado, Sabadell (8.732 millones), que ya tiene pactadas a falta de firma operaciones para traspasar varios miles de millones en ladrillo. Esta distancia es la que ha llevado a Santander a buscar asesores que lo guíen en el desagüe inmobiliario, tal y como adelantó este medio.
El mayor banco de suelo
Esta sobreexposición de Santander es especialmente significativa en los suelos. La entidad tiene terrenos tasados con un valor bruto de 4.370 millones. Es un 37% más que el segundo, también Sabadell, que acaba de pactar la venta de gran parte de sus solares a Oaktree. La primera entidad española tiene casi la mitad —un 44%— de todos los terrenos por urbanizar del sector financiero cotizado.
De ahí que Santander haya creado una sociedad para gestionar estos suelos de cara a una futura venta: Landmark Iberia, con 400.000 metros cuadradospor desarrollar.
Tras Santander y Sabadell, las siguientes entidades con mayor exposición al ladrillo son CaixaBank y BBVA, con 4.509 y 4.425 millones en suelos y pisos, respectivamente. Les sigue de cerca Bankia, con 4.212 millones. A algo de distancia está Liberbank, la mayor entidad mediana por herencia inmobiliaria, con 2.700 millones.
Sumando el crédito promotor —sano y dudoso— a estos 37.000 millones, la exposición inmobiliaria de las entidades cotizadas se iría hasta los 56.800 millones. A eso habría que añadir los 34.355 millones que todavía tiene Sareb en su balance —cifras de 2018—. De forma que habría al menos entre 70.000 y 80.000 millones en ladrillo heredado de la crisis todavía por desaguar.
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