lunes, 19 de agosto de 2019

No es nada para lo que viene!

La Asturias en riesgo de exclusión financiera

Ocho municipios no tienen oficinas bancarias físicas ni cajeros. La crisis económica ha conllevado el cierre de más de 300 oficinas bancarias en la región en una década

Cajero automático
Cajero automático

REDACCION 
Tener acceso al dinero en efectivo puede ser más o menos complicado en función del municipio de Asturiasen el que te encuentres. La crisis económica global también ha pasado factura a los bancos y estos han optado por reducir costes cerrando oficinas físicas. Por supuesto, los recortes también han afectado a la región y en mayor medida a los municipios rurales donde las entidades han aplicado ajustes. Entonces, ¿está nuestra región en riesgo de exclusión financiera?
La realidad que muestran diversos estudios tras analizar los datos del Banco de España es que Asturias ha perdido más de 300 oficinas bancarias en una década. Si bien en 2008 se contabilizaban 966 sucursales, según el informe realizado por el Laboratorio de Análisis y Evaluación de Políticas de Valencia, en junio de 2018 esa cifra ya se había reducido hasta las 651 oficinas, lo que supone un descenso del 33 por ciento. A eso hay que sumar otras medidas de ajuste puestas en marcha por las entidades financieras para seguir aminorando gastos en aquellas poblaciones con menos habitantes, medidas como la modificación de horarios de forma que en determinadas sucursales abren uno, dos o tres días a la semana. Sucede, por ejemplo, en Ponga, donde la única oficina bancaria solo abre los martes o en Cabranes, donde la atención en ventanilla es los lunes, miércoles y viernes. La opción para conseguir dinero en efectivo en estos concejos es tirar de cajero automático, una alternativa no muy utilizada por las personas mayores, para las que resulta una complicación tener que entenderse con una máquina para sacar dinero de sus cuentas.
Concejos hasta sin cajero
El caso es que de los 78 municipios de Asturias, hay ocho que no cuentan con ninguna oficina o cajero ni siquiera en la capital del concejo, según los datos del Banco de España. Se trata de Coaña, Illas, Peñamellera Alta, Caravia, Illano, Pesoz, Santo Adriano y Yermes y Tameza. La población de estos municipios suman alrededor de 6.300 habitantes, lo que supone cerca del 0,8 por ciento de los habitantes de la región. Esta cifra está muy por debajo de las cifras de ámbito nacional, ya que el 2,7 % de la población española, localizada principalmente en Castilla y León, carece de oficina en su municipio de residencia. Así lo indica el estudio Cierre de oficinas bancarias y acceso al efectivo en España realizado por Concha Jiménez Gonzalo, directora general de Efectivo y Sucursales del Banco de España, y Helena Tejero Sala, directora del departamento de Emisión y Caja del Supervisor bancario, realizado para el periodo 2008-2017. En el mismo se indica también que el efectivo sigue siendo el medio de pago más habitual en nuestro país, ya que según una encuesta realizada por el Banco de España, es el método preferido por el 53 % de la población, dato compatible con un reciente estudio del Banco Central Europeo (BCE).
La alternativa para los habitantes de esos ocho municipios en los que no hay oficinas bancarias es trasladarse a alguno de los concejos vecinos, a los que acuden para todo lo que tenga que ver con servicios: banca, trámites administrativos, compra, etc. En alguno casos, eso supone trasladarse unos pocos kilómetros pero en otros casos supone trayectos mayores, como les sucede a los vecinos de Yermes y Tameza, que tienen que desplazarse más de 20 kilómetros para llegar a Grado; o a los de Illano, que para ir a una oficina bancaria tienen que recorrer 19 kilómetros hasta Boal. Los de Pesoz suelen acudir a Grandas de Salime, a unos siete kilómetros; y los de Peñamellera Alta se mueven hacia Panes o Arenas de Cabrales, que les dista entre once y trece kilómetros si parten de la capital de su concejo. Mucho menos trayecto tienen los habitantes de Santo Adriano, Illas o Coaña, que llegan a las sucursales de Proaza, Castrillón o Navia, respectivamente, en apenas cinco minutos.
El alcalde de Illas, Alberto Tirador, explica que la proximidad de su municipio a Avilés y Castrillón hace que «no se necesite ni sea una demanda» que haya una oficina bancaria «porque el punto más distante puede estar a diez kilómetros». Además, apostilla que «la actividad comercial también se hace fuera» de Illas, cuya población supera el millar de habitantes.
Lo mismo sucede en Coaña. Su alcaldesa, Rosana González, dice que los vecinos de su concejo llevan a cabo todos los servicios en el vecino municipio de Navia, muy cercano al suyo. De hecho, apunta que en Coaña nunca hubo sucursales bancarias ni cajeros pese a no ser un concejo de los más pequeños en población, ya que la última cifra del censo supera los 3.300 vecinos.
¿Por qué han cerrado tantas oficinas bancarias en España?
El cierre de oficinas bancarias en España se debe a varios factores, coincidentes con los cierres derivados de la reorganización del sector financiero español durante la crisis y también con la digitalización, lo que se ha traducido en un recorte de 19.651 sucursales en diez años, según datos del Banco de España. Esta situación afecta en torno al 3 % de la población española, 1,5 millones de personas, que son los habitantes de esos pequeños municipios sin oficina, aunque buena parte de ellos pueden operar con su banco de forma remota y disponen de otras alternativas para retirar efectivo como una oficina móvil, agentes financieros e incluso oficinas de Correos.
Sin embargo, en España queda aún un millón de habitantes sin ninguna opción. En concreto, un 2,1 % de la población española, que vive en 3.399 municipios de un país en el que el efectivo continúa siendo el medio de pago más común y en el que sigue habiendo un número significativo de sucursales y cajeros automáticos, a pesar de que en la última década se redujeron un 44 y un 17  por ciento, respectivamente.

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