OVIEDO
Diez semanas para realizar obras por valor de 158.352,63 euros (IVA incluido) que ya han sido adjudicadas y que esperan por la licencia municipal para ponerse en marcha. El proyecto de conservación y mejora de la capilla de La Cadellada, un bien protegido por su relevancia cultural, servirá para acabar con la humedad, la corrosión y el deterioro general del edifico. Un abandono que afecta especialmente a las cubiertas del edificio y también en la torre del campanario. Tal y como figura en el documento, «la edificación tiene lesiones físicas, químicas y mecánicas» que hacen necesaria una «intervención con el fin de repararlas y conservar la calidad de la edificación».
El monumento terminó de construirse en 1944 y tuvo uso hasta que en 2005 llegaron a la zona las obras del nuevo HUCA. Fue en ese momento cuando se aceleró su desgaste. Se trata, no obstante, de un elemento arquitectónico de gran valorrealizado con «un sistema constructivo desaparecido, que pertenece a la historia de la construcción y que hoy en día sería complejo reproducir». En el interior del edificio, además, se encuentra un mural 'La última cena', realizado por el artista local Paulino Vicente. Una pieza que también sufre la humedad y el abandono general del edificio.
Todas estas cuestiones justifican unas reparaciones que deben ajustarse a la conservación y respetar la originalidad del monumento. Entre los problemas detectados en el análisis previo a las reformas se encuentran el desprendimiento de tejas o fisuras en los muros. Cuestiones que además de a las cubiertas y al campanario afectan también a la sacristía. Para asegurar la estructura y velar por su integridad se acometerá, entre otras actuaciones, el desmontaje y demolición del tejado de la nave principal.
Una tarea compleja, como también lo será acabar con las grietas que tiene la torre del campanario y que «han ido aumentando con el paso del tiempo». A todas estas acciones se sumarán diversos trabajos de albañilería, carpintería y cerrajería. Todo para devolver lustre a un edificio acosado por la humedad, la corrosión de sus estructuras metálicas y los defectos del sistema de evacuación de aguas del edificio que provocan filtraciones a través de las cubiertas.
A la espera de licencia
La reparación de la capilla de La Cadellada es una obra que los vecinos de la asociación vecinal «Paulino Vicente» llevan años reclamando y cuya licitación fue iniciada en marzo por la empresa de Gestión de Infraestructuras Sanitarias del Principado de Asturias (Gispasa). La adjudicación definitiva se produjo en junio pero la ausencia de licencia municipal mantiene paralizado el proyecto.
Los residentes de la zona en la que se ubica la capilla se han dirigido al Ayuntamiento de Oviedo por varias vías pero aún no han obtenido respuesta. Critican, de este modo, que todo cuanto conocen de este asunto se limita a las declaraciones realizadas en prensa por Ignacio Cuesta (Ciudadanos), concejal de Infraestructuras. Piden celeridad con el permiso para que las reparaciones se inicien cuanto antes. Una solución para frenar el deterioro de un monumento que se encuentra frente al HUCA y frente al que pasan cada día miles de personas.
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