ENERGÍA
TSK prepara la salida a Bolsa de sus renovables valoradas en 350 millones
La ingeniería española estudia el salto al parqué de su filial Esersa en el primer trimestre de 2020 con 350 megavatios en fase de operación y una cartera en desarrollo de otros 3.000 megavatios.
TSK, la ingeniería industrial especializada en el diseño y construcción de plantas de generación, prepara la salida a Bolsa de su filial de renovables. La empresa, que participa en este sector a través de Esersa, está en conversaciones con bancos para trabajar en la colocación, previsiblemente en el primer trimestre de 2020, aprovechando la buena acogida entre los inversores de los activos relacionados con la energía limpia y la lucha contra el cambio climático.
La intención de la compañía asturiana es colocar en Bolsa hasta el 70% de la sociedad, que parte con una valoración de 350 millones de euros. "Están abiertas varias opciones, mediante una oferta pública de venta de acciones (OPV) o combinándola con la entrada de inversores ancla", aseguran las fuentes consultadas. Se trata de una operación similar a la promovida por Cobra (ACS), que trabaja en la salida a Bolsa de su filial Zero-E o la entrada de un inversor, en un proceso denominado dual track.
Las tecnologías renovables llevan meses con una buena acogida en el parqué. Después de la experiencia de Saeta Yield, controlada por el fondo GIP, destaca la trayectoria de valores como Solarpack, que cotiza tres euros por encima de su debut en Bolsa en 2018 y que, en lo que va de año, se ha revalorizado un 16%. Solaria acumula una revalorización del 35,8% en 2019. Hay otras referencias que se han subido a esta ola como Audax o los valores del MAB Greenalia y Grenergy, que también han disparado la cotización.
TSK, fundada y controlada por Sabino García Vallina, dispone en la actualidad de activos que sumarán a finales de año cerca de 350 megavatios (MW) en operación, entre los que destacan las plantas fotovoltaicas. Una parte relevante de esta cartera operativa forma parte de un acuerdo con el fondo de inversión australiano Macquarie para su venta, una vez que las instalaciones estén en funcionamiento.
Además de la tecnología fotovoltaica con plantas en operación o construcción en España, Panamá, Puerto Rico y México, TSK participa en dos centrales termosolares con un 40%: una en Córdoba y otra en el desierto de Negev (Israel).
La filial de TSK tiene por delante un gran potencial de crecimiento, ya que dispone de una cartera de proyectos en desarrollo de más de 3.000 MW para los próximos tres años en distintas geografías, principalmente México, Colombia, Chile, España, Egipto, Reino Unido, Panamá y EEUU. En España, Esersa cuenta con 60 MW.
Las proyecciones del grupo que dirige Joaquín García Rico para el año que viene son positivas. Según el plan de negocio, la facturación de Esersa en 2020 llegará a 40 millones de euros, con un resultado bruto de explotación (ebitda) de 35 millones sin deuda, ya que las plantas se han financiado con fondos aportados por la propia TSK.
TSK tiene depositadas muchas expectativas en los proyectos de almacenamiento de energía a gran escala. Con la inglesa High View Power desarrolla cinco proyectos con tecnología de almacenamiento a partir de aire comprimido que corrigen los efectos de la intermitencia de las instalaciones renovables.
La ingeniería asturiana, que también participa en el capital de Duro Felguera, ha arrancado con fuerza este año con varios contratos que han reforzado su cartera hasta los 2.000 millones de euros. En 2018, el grupo cumplió una de sus metas al superar los 1.000 millones de facturación. En concreto, obtuvo una cifra de negocio de 1.107 millones de euros, un 15% más, con un beneficio neto de 23 millones de euros, lo que supuso un crecimiento del 53%.
Entre los últimos contratos ganados, la ingeniería española TSK ha recibido el encargo para construir una de las mayores plantas solares híbridas del mundo, de 800 megavatios (MW), en Marruecos, con un presupuesto de unos 700 millones. TSK también ha ganado la primera central eléctrica de Togo. A través de su filial alemana PHB Weserhütte, ha ganado tres contratos en Omán y uno en España, que suman más de 30 millones.
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