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Bolsonaro promete combatir los incendios del Amazonas y rechaza las sanciones
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, blanco de críticas en Brasil y en todo el mundo por la supuesta omisión de su Gobierno ante los incendios que destruyen la Amazonia, decidió reaccionar este viernes y prometió combatir los crímenes ambientales, para lo que movilizó al Ejército.
El líder ultraderechista brasileño también salió en defensa de Brasil frente a los países que amenazan con imponer represalias por supuestamente negarse a cumplir sus compromisos ambientales y dijo que los incendios ocurren en todo el mundo y que no pueden ser usados como pretextos para sanciones internacionales.
El mandatario aseguró en un pronunciamiento este viernes en cadena de radio y televisión que el país está cumpliendo con su deber de cuidar de la Amazonia y explicó que los incendios en la región son recurrentes en los meses de sequía en el norte del país.
"La protección de la selva es nuestro deber. Estamos conscientes de eso y actuando para combatir la deforestación ilegal y cualquier otra amenaza que coloque la Amazonia en riesgo", dijo. "Somos un Gobierno de tolerancia cero con la criminalidad y no es diferente en el área ambiental", agregó.
Aclaró que el norte de Brasil enfrenta tradicionalmente por esta época del año un período de sequía, calor y vientos fuertes, por lo que los incendios son recurrentes.
"Pese a que no están fuera del promedio de los últimos 15 años, no estamos satisfechos y vamos a actuar fuertemente para controlar los incendios", dijo.
Según datos divulgados esta semana por el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), la región amazónica ha registrado más de la mitad de los 71.497 incendios forestales detectados en Brasil entre enero y agosto de este año, una cifra un 83 % superior al del mismo período de 2018.
Pese a que los incendios de este año son los mayores para el período en los últimos siete años, están lejos de los registrados en 2004, en el Gobierno del entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva, cuando hasta agosto ya habían superado los 100.000.
Bolsonaro recordó que este mismo viernes firmó un decreto que permite el envío de miembros y equipos de las Fuerzas Armadas a los estados amazónicos que los soliciten para ayudar a frenar la deforestación y combatir los incendios.
El decreto establece que las Fuerzas Armadas participarán en acciones preventivas y represivas contra los delitos ambientales, así como en el combate a los incendios, en "las áreas de frontera, en las tierras indígenas, en las reservas federales de conservación ambiental y en otras áreas de la Amazonia Legal".
La decisión constituye la primera medida efectiva del mandatario, quien en primera instancia llegó a afirmar que los incendios habían sido provocados por activistas de oenegés que responderían a los intereses de países interesados en la riqueza amazónica.
En el frente internacional, rechazó posibles represalias contra Brasil. "Incendios forestales existen en todo el mundo y no pueden ser pretexto para sanciones internacionales", afirmó.
Su declaración fue una respuesta a los gobiernos de Francia e Irlanda, que amenazaran con no aprobar el acuerdo de libre comercio firmado hace dos meses entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur si Brasil no cumple sus compromisos de defensa del medio ambiente.
Igualmente Finlandia, que preside actualmente la Unión Europea, propuso la posibilidad de imponer restricciones a las importaciones de carne de Brasil, el mayor abastecedor mundial, como forma de presionar al país a preservar la Amazonia.
Bolsonaro dijo que Brasil es un ejemplo de desarrollo sustentable y que pose una legislación ambiental que es ejemplar para el mundo, mientras que algunos países desarrollados, que no citó, no han conseguido cumplir los compromisos que asumieron en el Acuerdo de París sobre cambios climáticos.
"Seguimos abiertos al diálogo pero con base en el respeto y conscientes de nuestra soberanía (sobre la Amazonia)", agregó al indicar que está dispuesto a conversar con otros países sobre el papel brasileño en la región amazónica.
"Otros países nos ofrecieron colaboración (para combatir los incendios) y algunos a llevar la posición brasileña al G7", agregó al hacer referencia a la propuesta del presidente francés, Emmanuel Macron, de incluir el asunto de los incendios en la Amazonia, que considera un "problema internacional", en la agenda de discusiones de la Cumbre que tendrá el G7 este final de semana en Biarritz.
La reacción de Bolsonaro frente a la crisis ambiental se produjo en momentos en que varias ciudades amazónicas sufren las consecuencias de las densas nubes de humo que cubren la región.
La ciudad de Porto Velho y sus 600.000 habitantes volvieron a amanecer bajo un cielo ennegrecido por el humo de los incendios forestales próximos a la ciudad, capital del estado amazónico de Rondonia, que limita con una Bolivia en la que también parte de la selva está ardiendo.
En un sobrevuelo por la zona, Efe constató la escasa visibilidad que dificulta el tráfico aéreo y la magnitud de los incendios en la selva profunda, a unos 65 kilómetros de Porto Velho, donde avanzaba un vasto frente de fuego de unos dos kilómetros de extensión que desprendía una humareda que llegaba a unos 800 metros de altura.
La humareda generada por estos incendios forestales contiene un cierto grado de toxicidad, que ha redoblado el trabajo en hospitales de Rondonia, en los que las atenciones de pacientes que presentan problemas respiratorios se duplicaron en la última semana.
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