Adiós a Pulgar, un clásico de los banquillos asturianos
El ovetense fallece a los 62 años tras pasar más de treinta temporadas como entrenador de equipos en los que dejó huella
Oviedo, Borja Zapico 23.08.2019 | 00:48
Adolfo Pulgar, en La Fresneda, en febrero de 2018. MIKI LÓPEZ
El fallecimiento a las 5 de la madrugada ayer de Adolfo Álvarez Pulgar, a los 62 años, causó un profundo dolor en el mundo del fútbol asturiano. Futbolista hasta los 29 años, prontó dio el paso a entrenador, destacando su dilatada estancia de catorce temporadas en el Universidad de Oviedo. Profesor de táctica en la Escuela de Entrenadores durante 18 años, Pulgar descató por su carácter alegre y sus buenas relaciones personales. La prueba de su popularidad se reflejó ayer en los mensajes de pésame a su familia en la redes sociales, entre ellos los del Oviedo y el Sporting. Era el actual entrenador del Atlético de Lugones, de Preferente, que había dirigido la pasada temporada y con el que había renovado por otras tres más.
Adolfo Pulgar nació en Olloniego (Oviedo) el 25 de mayo de 1957. Fue jugador del Ferovi, Masaveu, Sporting, Oviedo, Caudal y San Martín. Retirado a los 29 años, comenzó su actividad como entrenador en el cuerpo técnico del Oviedo, donde dirigió al Vetusta. Posteriormete se hizo cargo del equipo de la Universidad, donde estuvo 14 temporadas, en Tercera y Segunda B. También entrenó al Tuilla y al Marino, en Tercera.
Una persona muy cercana a Pulgar fue Santos González, exvicerrector de la Universidad, quien le recordaba ayer como "una excelente persona y entrenador, un monstruo del deporte. Tenía un espíritu ganador. Los mejores años del Uni fueron con él, especialmente cuando subimos a Segunda B. Desde que se fue nada es lo mismo". Santos añadió que "para él, el Uni fue su vida. Pulgar es irrepetible por su forma de ser: muy positivo, con un gran sentido del humor, además de muy trabajador".
En este paso por el Uni, Pulgar logró devolver a los terrenos de juego, al exfutbolista de Sporting Tomas Hervás, quien ayer se mostraba muy triste: "Le tenía mucho aprecio, era un gran amigo, una persona que se hacía querer por todo el mundo. Sabía llevar el vestuario muy bien y llegar a los jugadores. Era muy inteligente en los banquillos y conocía a la perfección el fútbol asturiano". Tomás incluso cuenta una anécdota: "Empezó a tomar mate por culpa mía".
El presidente del Tuilla, José López Arbesú, destacó que "era una persona impresionante, un crack, muy amable, muy querido por todos". El máximo mandatario del Marino, Luis Gallego, afirmó que "era un hombre de los pies a la cabeza, excelente como persona y un gran profesional, además de un gran gestor de vestuarios. Imponía una clara disciplina y siempre ganaba con sus equipos el premio al juego limpio".
Su último club como entrenador fue el Atlético de Lugones. Su presidente, Víctor González, señaló ayer que "además de nuestro entrenador era mi amigo. Estamos devastados por su pérdida, era un hombre que deja mucha huella".
En el tanatorio Ciudad de Oviedo, donde ayer permanecieron sus restos mortales, sus familiares recibieron numerosas muestras de pesar. Tras la incineración esta mañana, el funeral se celebrará a las 5 de esta tarde en la Iglesia de La Fresneda (Siero), y el domingo, a las 13 horas, se celebrará una misa en su memoria en la iglesia de San Juan el Real de Campo de Caso.
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