domingo, 13 de septiembre de 2015

Varoufakis tiene razón...


conferencia en Paris

Varoufakis compara la rigidez del euro con la del patrón oro


Cristina Vallejo (Paris)

El principal dirigente del Front de Gauche, Jean-Luc Melenchon, convocó al ex ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, y al alemán Oskar Lafontaine, fundador de Die Linke, una escisión del SPD alemán. También al diputado italiano y ex viceministro de Economía Stefano Fassina. El foro de debate tuvo lugar a las afueras de París, en la abarrotada caseta del Front de Gauche en la siempre multitudinaria fiesta del rotativo L'Humanité, referencia de la izquierda a la izquierda de la socialdemocracia europea. El tema a discutir, el diseño de un plan B para la zona euro. Los cuatro ponentes entraron en la sala y saltaron al escenario como si de grandes estrellas del rock se tratara cuando sonaba en el salón "On Lache Rien", de HK & Les Saltimbanks.
Los mayores aplausos se los llevó el anfitrión, Melenchon, un orador encendido y formidable, aunque demasiado largo, ante un auditorio entregado. Pero, la ovación de Melenchon rivalizó con la que recibió Varoufakis que, antes de comenzar a hablar, escuchó un insistente y emocionado "resistance, resistance" de la multitud.
El discurso de Varoufakis fue el propio de un antiguo ministro que nunca dejó de ser profesor, y de un técnico que nunca dejó de ser un apasionado de la política. Por eso, fue mitinero, pero sólo lo justo, y apenas al final, cuando concluyó con estas frases: "Libertad, igualdad y fraternidad entre los pueblos de Europa. Ningún país de Europa puede ser libre si otro país europeo está esclavizado; ningún país puede vivir con dignidad si a otro se le niega esa dignidad; ninguna nación puede ser próspera si a otra se la condena a una depresión permanente".
Pero antes de eso dijo muchísimas cosas, dio muchísimos titulares. Comenzó evocando la primavera ateniense que murió víctima de la instrumentalización de la moneda común para dividir a Europa. La primavera ateniense desapareció a manos del Eurogrupo, según comentó, para que no cundiera el ejemplo en España, en Francia, en la propia Alemania...
"EE.UU. fue el resultado de la lucha de clases; Europa nació como un cártel"
Hablando de división de Europa, ¿por qué no podemos crear unos Estados Unidos de Europa?, ¿por qué Europa no se parece a EE.UU.?, ¿por qué no existe esa cohesión?, planteó el ex ministro de Finanzas griego. Simplemente, respondió, porque sus orígenes son muy distintos: "La creación de Estados Unidos fue el resultado de la lucha de clases sociales diferentes, mientras que Europa nació como un cártel, un cártel que desde el primer momento requirió tipos de cambio estables, constantes". Entre 1971 y 2000, el sistema monetario europeo falló, no consiguió estabilidad en el mercado de divisas, por eso se diseñó la Unión Monetaria actual que, en su opinión, actúa como el antiguo patrón oro.
De acuerdo con el sistema del patrón oro todo dinero circulante tenía que tener su respaldo en oro, lo que implicaba que el banco central tenía muy restringida su política monetaria, no podía imprimir dinero libremente, sino sólo en la medida en que sus reservas de oro se incrementaban. Cualquier miembro de ese sistema de patrón oro, tenía, cuando su economía se paraba o cuando los desequilibrios eran fuertes, según Varoufakis, dos opciones: o la condena de una depresión económica o su decisión soberana de salir de este restrictivo sistema.
El Reino Unido y Estados Unidos renunciaron al patrón oro, se quitaron ese corsé. Pero una gran mayoría de países europeos decidieron mantenerse en un esquema muy parecido, quizás porque las élites económicas preferían devaluar vía salarios y no vía divisa. ¿Las élites francesas, por ejemplo, que se apuntaron como un gran triunfo el Tratado de Maastricht?
El euro, más restrictivo que el patrón oro
Varoufakis fue más allá y dejó de manifiesto que el euro es un sistema más restrictivo incluso que el propio patrón oro. ¿Por qué más restrictivo? Porque los países que usaban el oro como respaldo de sus monedas, tenían, además del metal precioso, su propia moneda. Podían romper con la ligazón artificial, forzada y tremendamente ideológica que habían establecido entre la masa monetaria y sus reservas nacionales de oro, y seguirían conservando su divisa, una moneda más flexible y, posiblemente, más ajustada a las necesidades del pueblo que la usa. Pero con el euro no pasa lo mismo: quien renuncia a las reglas de la divisa comunitaria, se queda sin moneda a menos que diseñe otra desde la nada.
¿Implica esto que Varoufakis es partidario de que Grecia salga del euro? "No sería algo recomendable, pero tampoco debería ser algo que diera miedo", afirmó. "Sólo hay que tener miedo al propio miedo", añadió y lanzó un guiño: su dimisión tuvo que ver con eso, con el miedo. Y, por supuesto, no con el suyo.
Obviamente, afirmó, tiene un plan B y lo tenía cuando era ministro, como era su obligación. Lo que ocurre es que cuando estaba en el gobierno ese plan nunca fue operativo porque había muy poca gente trabajando en él, posiblemente no la suficiente, seis o siete personas. "Si en ese plan alternativo hubieran estado 2.000 personas implicadas, se hubiera filtrado y las negociaciones con Europa hubieran sido imposibles", justificó.
Una cumbre para otra Europa
¿Y el plan B para Europa? A este respecto, Varoufakis manifestó la necesidad de internacionalizar el debate griego para decidir cómo se sale de esta crisis humanitaria y económica que sufre buena parte de Europa. "Necesitamos una conferencia internacional, porque hay muchos términos que aclarar y también porque hay muchas diferencias entre nosotros. Por ejemplo, hay gente que dice que hay que salir del euro aquí y ahora, pero yo no soy de esa opinión", aclaró el ex ministro, que, quizás de esa manera mostró cuál es su discrepancia de fondo con la Unidad Popular de Lafazanis.
Varoufakis se definió partidario, no de la salida del euro, sino de la puesta en marcha de formas paralelas de liquidez que el Banco Central Europeo no controle, utilizando la mejor tecnología y, además, del desarrollo de un proceso democrático para crear una divisa soberana para un pueblo democrático. Y, también, mirando al inmediato pasado, no renunciando a realizar un impago sin salir de la Unión Monetaria. Quizás con él al mando de las Finanzas griegas, el país hubiera impagado al BCE el 20 de julio.
"No hay respuestas sencillas. Reparar la eurozona será una tarea difícil, puede que imposible, pero estamos obligados a intentarlo y a acabar con la utilización política de las monedas", aseguró. De momento, las fuerzas de la izquierda alternativa de Alemania, Grecia, Italia y Francia se han puesto manos a la obra y dan la bienvenida, además, a Jeremy Corbyn, que ha ganado las primarias laboristas en el Reino Unido, en un claro giro a la izquierda de la formación.

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