PP, Ciudadanos y Vox aprueban liberar a 18 ediles y 'medio' en Oviedo y subir sus retribuciones
El PSOE denuncia la «desproporción» entre las liberaciones del gobierno y la oposición y en la configuración de las comisiones plenarias | El Ayuntamiento gastará casi 1,2 millones al año en las nóminas de sus concejales
Todo el mundo -incluso Amancio Ortega, al que no se le conocen declaraciones sobre sus muchos haberes- se siente incómodo hablando de dinero. La nueva Corporación, también. Así que ayer los 27 concejales se pasaron casi dos horas hablando de tautología, proporcionalidad, la jira al Naranco, porcentajes, lenguaje no verbal, matemáticas, Franco, de «nuestro querido México», la guerra de Irak y de Sillicon Valley... Todo para nada o casi, para aprobar la propuesta del equipo de gobierno -el «bipartito», para la socialista Ana Rivas- para el régimen de funcionamiento y económico que regirá estos cuatro años, que, «en lo municipal, creo que se llama mandato», apuntó casi al final de la sesión el portavoz del PP, Mario Arias, debutante ayer.
El resumen es sencillo. Nunca ha habido tantos concejales liberados: 18 y 'medio'. En teoría más de lo que permite la ley, «espero que haya un informe jurídico que lo avale, hace cuatro años no se podía», dejó sorprendida Ana Rivas. Los sueldos suben para todos respecto al anterior mandato: 8.000 euros para los ocho concejales de gobierno en régimen de dedicación exclusiva (hasta los 56.000 euros anuales), 4.000 para los cuatro concejales delegados (a razón de 48.000) y 2.000 más (hasta 46.000) para los ediles de la oposición que perciban sueldo.ox. Sobre todo si se compara con los siete liberados del PP o los cinco de Ciudadanos, que pone a cobrar del erario público a todos sus ediles.
Los socialistas denunciaron «un desequilibrio», pero se abstuvieron en público de pedir más trozo de la tarta. De recordarles que sí lo hicieron en la junta de portavoces se encargó Mario Arias. Al portavoz de Ciudadanos, Nacho Cuesta, le pareció que «podríamos estar hablando ad infinitum» de eso de lo que no se habla entre caballeros, «a unos les parecerá mucho y a otros les parecerá muy poco», zanjó. Una opinión razonable, lo raro es que la pudiera expresar en el Pleno, porque al tratarse de una propuesta del equipo de gobierno le correspondería al «bipartito», según el reglamento, hablar con una sola voz.
La proporción áurea
Como discutir de dinero está feo, la Corporación arrancó hablando de la composición de las comisiones. El PSOE defendía que sus miembros siguiesen siendo nueve, «como ha sido en los últimos veinte años», y no los once que proponían PP y Ciudadanos, que supone «una sobrerrepresentación de la derecha», denunció el exalcalde Wenceslao López, en una intervención cargada de porcentajes y proporcionalidades que solo se entendió cuando resumió que «habrá siete concejales de derechas en las comisiones y solo cuatro de izquierdas». Vox, en la única intervención en la sesión de su portavoz, Cristina Coto, rechazó «esa extravagancia de partir en dos a uno de los concejales» de su grupo, ya que la enmienda del PSOE proponía que, al igual que Ciudadanos el pasado mandato, su voto computase como 0,5.
Tal vez Coto fue la única que entendió la perorata de López. Arias señaló que después de la «didáctica clase» del exalcalde «ninguno de los aquí presentes tiene claro cuál es el fin de la enmienda». Somos sí que la entendió. Votó a favor de la enmienda socialista, pero dejó solos a sus antiguos socios de gobierno cuando estos defendieron dejar las asignacionesde los grupos en 26.000 euros al año más 7.000 por concejal. Ahí se alineó con los 34.000 y 8.000 propuestos por PP y Ciudadanos.
El estallido del bipartidismo tiene estas cosas. Hace cuatro años, la insistencia del entonces alcalde, Wenceslao López, en mantener la proporcionalidad a la hora de liberar concejales, arrojó a IU en brazos de un pacto con PP y Ciudadanos. Aquel barullo salió ayer una y otra vez a colación, con el PSOE recordando lo que proponía entonces Ciudadanos -que todos los concejales cobrasen lo mismo, 36.600 euros- o que, con el mismo número de ediles, los socialistas tenían tres liberados y medio, por los cinco que se han apuntado los naranjas, con «absoluto descaro». También para que Mario Arias recordase que aquello marcó la tónica de todo el mandato pasado: «Ustedes no fueron capaces de ponerse de acuerdo con sus socios, ni para la primera propuesta». Touché.
En realidad, a Mario Arias se le entendió muy bien: la proporcionalidad, un concepto cuasi matemático es según, voluble, «depende del punto de vista desde donde se mire», sentenció. Esa diferencia entre estar en el gobierno y en la oposición, donde ya se sabe que hace mucho frío, movió a Ana Rivas a denunciar que se trata de «pagar» a Ciudadanos «ese acuerdo de gobierno» y a recordar que «algunos hemos vivido las políticas de ahogar a la oposición por parte del PP en este Ayuntamiento». «Da la sensación de que ustedes sin Gabino no existirían, de que el PSOE sin Gabino, sin Franco y la guerra de Iraq no se sabe qué harían», le replicó Mario Arias, al que no se le entendió muy bien qué quería decir. Si hacer oposición a esas tres cosas está bien, está mal o si las tres son lo mismo. «Ustedes están siempre en el pasado, están con el Valle de los Caídos y nosotros estamos con Sillicon Valley», intentó aclarar.
Dio igual, el «bipartito» y Vox sacaron adelante la propuesta. Ana Taboada recordó que los ediles de su grupo cobrarán 2,2 veces el salario mínimo, después de la subida «gracias al buen hacer de Podemos» y que lo que sobre de esos 1.900 euros mensuales se destinará a proyectos sociales en la ciudad, como los 40.000 euros asignados el pasado mandato. «El salario medio en Asturias es de 23.609 euros, ponerse un sueldo de 52.000 es alejarse un 220% de la realidad», señaló.
«Les propongo un reto, demostrar a los ovetenses que nos merecemos las retribuciones que vamos a aprobar», cerró Mario Arias. Tienen cuatro años para ello, pero hay cosas que no van bien. Ayer solo se aprobó por unanimidad el acta del pleno anterior
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