“El atleta perfecto para el tenis”
Técnicos y jugadores del circuito valoran la habilidad de Djokovic, que busca hoy la final ante Del Potro, para deslizarse en la hierba y llegar a las bolas más complicadas
“Nunca he visto a nadie moverse como Djokovic”, dice el holandés en la terraza de jugadores de Wimbledon. “Es muy fuerte, pero también muy flexible. Tiene una coordinación increíble. Resbalar y pegar lo requiere. Es impresionante. Debe ser muy frustrante para sus rivales”, añade. “Devuelve todas las pelotas porque tiene muy buenas manos y, ahora, encima, con esto de resbalar, la pelota vuelve incluso si se la pones en la esquina”, continúa. “Siempre creí que Nadal era el atleta perfecto, pero Djokovic lo es más todavía. En la hierba, se mueve mejor que nadie. Eso es en parte genético y en parte trabajo muy duro”, asegura, antes de subrayar que la habilidad para resbalar del serbio tiene más aplicaciones estratégicas que las meramente defensivas. “Me recuerda a Connors. Contra él era mejor tirar al centro de la pista, porque cuanto más intentabas alejar la pelota de él, tirando a los lados, más opciones tenía él de abrir ángulos”.
A Nole, de 26 años, 1,88m y 80 kilos, le da igual la superficie. Sobre césped, como sobre tierra o cemento, ahoga a sus rivales construyendo un muro infranqueable. En Wimbledon, donde los peloteos comienzan con clara ventaja para el sacador, se impone en el 56% de los intercambios desde la línea de fondo, más que nadie.
“La amplitud del último apoyo le ahorra un paso, con lo que él se estira y llega”, valora David Andrés, el preparador físico de David Ferrer, el número tres. “La longitud de sus miembros también ayuda. Llama la atención que sea capaz de generar fuerza en esas posiciones, y que sea capaz de controlar la pelota en una posición tan forzada, con la bola a una distancia enorme de su centro de gravedad”, sigue. “El equilibrio dinámico de Nole desafía las leyes de la física y aunque parece destartalado en ocasiones, tiene tanta clase que es capaz de sentir la bola en esas recuperaciones”.
“Resbalar es algo que he hecho toda mi vida”, dice el número uno, que nunca ha sufrido una lesión grave. “Durante toda mi carrera lo he hecho en diferentes superficies. La hierba no te lo permite mucho, porque si lo haces a veces puedes perder ese medio paso que es muy necesario para recuperar la siguiente pelota. Pero está ahí y lo utilizo”, añade un campeón de pulmones infinitos, como demuestra su triunfo en la final del Abierto de Australia 2012, contra Nadal (5h 14m). “Resbalar me ayuda a recuperar mejor, a defender mejor…”, cierra antes de enfrentarse a Delpo, que en 2012 le ganó el bronce olímpico en Wimbledon.
En Londres, Djokovic siempre comienza sus entrenamientos estirando con cintas elásticas. Otros, como Nadal, comparten la costumbre. Lo que les separa es la intensidad, la duración y las variaciones del ejercicio. Si el español suele limitarse a una breve pero frenética repetición de movimientos laterales con los brazos, para activar músculos y articulaciones, el serbio imita también los saques. Luego, deja que Milan Amanovic, su fisioterapeuta, le abrace como un oso para estirarle la espalda, que tire de sus codos y sus hombros, y que le sostenga un pie casi en la cara para trabajar las piernas. Así, explicó en The New York Times Todd Martin, su extécnico, empieza Nole todos sus días. Orgulloso, el serbio se ha fotografiado abierto de piernas como un gimnasta. Es un hombre de goma a la caza de Wimbledon.
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