Según la encuesta de DYM para El Confidencial, el rechazo a la declaración unilateral como solución está ampliamente extendido entre los propios votantes de Convergéncia (sólo un 19% de ellos la prefieren frente al 48% que son partidarios de una negociación con el Estado o al 26% que desean una mejora en la financiación y en las competencias de Cataluña). Pero es que hasta casi la mitad de los votantes de ERC, un 47%, quiere negociar con el Estado antes que lanzar una declaración unilateral (38%), y ni siquiera los votantes de las CUP prefieren esta opción: un 40% desea negociar con España y un 37% se conformaría con más financiación y competencias dentro de un Estado federal.
Si en vez del recuerdo de voto se discrimina por el origen de los votantes se comprueba, según la encuesta, que aquellos cuyos padres nacieron en Cataluña apuestan por una independencia negociada (47%) o directamente por la declaración unilateral (21%). Unos porcentajes que cambian sustancialmente si se es hijo de dos padres inmigrantes: en ese caso, sólo un 8% se muestra partidario de la declaración unilateral y sólo un 17% quiere negociar la independencia. Para el 56% de ellos, la solución pasa por más financiación y más competencias, pero dentro del Estado.
¿Qué mayoría legitima seguir con el 'proceso'?
En cuanto al futuro, para una mayoría de catalanes (un 38,7%) Junts pel Si y la CUP necesitarían "mayorías mucho más amplias" que ganar en escaños o en porcentaje de votos el 27-S para poder continuar con el proceso independentista de manera unilateral. Según el sondeo, sólo un 19% cree que basta con una mayoría absoluta de escaños y un 17,1% piensa que debe conseguir la mitad de los votos emitidos ese domingo. Para un 15,4% ningún tipo de mayoría justificaría la independencia.Uno de cada tres votantes de Convergència entienden que se necesitan mayorías más amplias que la de escaños o la mitad más uno de los votos para dar legitimidad al proceso. Pero es que también son más los votantes de ERC que así lo creen (35%) que los que piensan que basta con una mayoría absoluta de escaños (32%). E incluso entre los votantes de CUP e ICV casi la mitad (48%) piensa lo mismo. Entre los votantes de PP y Ciudadanos, son más (53%) los que creen que ninguna mayoría legitima seguir con el plan independentista.
Siguen sin creer en la expulsión de la UE
Una de las conclusiones más chocantes de la encuesta es lo poco que ha calado en la mayoría del electorado catalán las consecuencias de una declaración unilateral de independencia. Pese a lo que dice el Tratado de la UE y las continuas advertencias de los líderes europeos y mundiales, casi la mitad de los catalanes (el 44,7%) sigue creyendo que la independencia no acarrearía una salida de la UE frente al 41,8% que se muestra convencido de ello y el 13,5% que dice aún no saberlo.En este caso, la polarización entre partidarios y detractores de la independencia es total: un 68% de los que están a favor no piensan que Cataluña será expulsada de la Unión frente al 69% de quienes están convencidos de lo contrario entre los que se oponen al proceso independentista. Entre quienes piensan votar el 27-S por la lista de Mas, un 71% no creen en la salida de la UE y un 19% sí entienden que Cataluña no podrá seguir en la Zona Euro y, pese a ello, son partidarios de seguir adelante.
Pierden los tibios: Unió, PSC y CUP
Estos datos que muestra la encuesta de DYM para El Confidencial -realizada del pasado lunes al miércoles- ponen de manifiesto el ambiente de polarización en el que los catalanes van a acudir a las urnas el 27-S y explican, en buena parte, los resultados que arroja. Los electores identifican a PP y Ciudadanos en el extremo del espectro no independentista -de 0 a 10, siendo 0 lo más antiindependentista y 10 lo más- con un 0,5 para los populares y un 1,7 para Ciudadanos. En el extremo contrario, la lista de Mas, Junts pel Si, con un 9 y la CUP con un 8. Estos cuatro partidos son los que 'mejor' parados salen en el sondeo.Por el contrario, las posiciones tibias o poco definidas en la escala 'independencia-antiindependencia' son castigadas en unas elecciones en las que la polarización es la nota dominante y la ideología izquierda-derecha pierde importancia. En el centro de esa escala entre pro y antiindependencia, al PSC se le percibe con un 3 como 'anti' pero muy cercano a la tibieza. El partido de Duran LLeida, Unió, es visto ahora también como muy centrado y orientado con los antiindependencia con un 3,9. Y la marca de Podemos con ICV, Catalunya Sí Que Es Pot, es también perjudicada: su programa ideológico no cala ante la tibieza frente a la independencia o no indepèndencia. La gente de Pablo Iglesias es percibida con el 5,3 casi en el fiel de esta balanza entre soberanistas y antisoberanistas. Y eso le puede costar muy caro.
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