domingo, 17 de enero de 2016

Esperanza,esperanza!!!!


Los resultados de las empresas: ¿suficientes para enderezar a las Bolsas?





Los expertos dudan si unos buenos resultados pueden ser suficientes para iniciar un rebote en la renta variable

En plena ola bajista de los mercados, acaba de comenzar la campaña de presentación de resultados del cuarto trimestre. Ya han rendido cuentas al mercado algunos de los grandes nombres americanos, como JP Morgan. Y también europeos, como SAP. Para los españoles aún habrá que esperar un poco más, hasta el día 21 de enero, cuando Bankinter abrirá el fuego. 
Muchos analistas han señalado esta cita como posible inicio del rebote en la Bolsa tras la ola bajista que arrastra desde principios de año. Lo comenta, por ejemplo, Jaume Puig, de GVC Gaesco: «La temporada de resultados va a ser buena y va a tirar al alza de las Bolsas», asegura. Y añade: «El peso de las cuentas, que van a ser buenas, va a ser más importante que el del ruido de China y el petróleo». Diego Jiménez-Albarracín, de Deutsche Bank, añade, específicamente para explicar el atractivo de la Bolsa europea, aunque aún no recomiende ampliar posiciones en ella: «Las acciones europeas no están caras y las perspectivas de beneficio no son malas». Para Roberto Ruiz-Scholtes, de UBS, una de las condiciones para que las Bolsas suban, además de la estabilización de China y del petróleo, es que los resultados apoyen y él confía en que batirán expectativas. 
Pero Natalia Aguirre, de Renta 4, manifiesta una mayor cautela: «Más que un catalizador alcista para las Bolsas, los resultados pueden ser un apoyo para comprobar la realidad de las valoraciones, sobre todo de algunas compañías». ¿De cuáles? Dice Aguirre que sobre todo de las que más han sufrido, como acereras, petroleras y algunas entidades financieras. No descarta, de todas maneras, que las cuentas de las empresas se puedan convertir en un argumento para comprar Bolsa. Recuerda que el rebote del pasado otoño tras los recortes del verano provocados por China estuvo basado en las decisiones de los bancos centrales y también en la constatación de que el ciclo económico no estaba descarrilando, algo que no sólo se puede observar en la evolución de los datos macro, sino también en las previsiones que lanzan las compañías coincidiendo con la presentación de sus resultados. Serán importantes, pues, los números que cuenten las empresas sobre 2015 y su cuarto trimestre, pero, sobre todo, las guías, las previsiones que lancen sobre el futuro. Lo caras o lo baratas que se revelen las acciones de las empresas dependerá de si de la rendición de cuentas se deriva una oleada de revisiones a la baja de los beneficios por parte de los analistas o lo contrario. 
Revisiones a la baja en EE.UU.
Hablando de revisiones a la baja de los beneficios, donde con más dureza se han hecho patentes en los últimos meses ha sido en Estados Unidos: en septiembre de 2015, los analistas esperaban una caída del 1% en las ganancias del cuarto trimestre; el 8 de enero, se anticipaba ya un recorte del 7%, según recoge Bloomberg. Ello pone relativamente fácil poder batir expectativas, como ocurrió en los trimestres previos: en el tercer trimestre se había previsto un recorte del beneficio por acción del 6,9% y en el segundo, del 6,5%. Al final, las caídas fueron de un 3,1% y de un 1,7%, respectivamente. En todo caso, aunque las cuentas de las empresas logren superar las previsiones, si caen, sería la tercera caída consecutiva de los beneficios y alentaría las dudas respecto a la posibilidad de que el ciclo alcista en Estados Unidos pueda estar acabando después de siete años de subidas. Pero no hay que ir tan deprisa: los analistas de Goldman Sachs prevén un recorte del beneficio por acción de las compañías del S&P 500 de un 7% en 2015, lo que convertiría al pasado año en el peor para las cuentas de las empresas del S&P 500 desde 2009. Pero la firma estadounidense espera un rebote de los beneficios de un 11% y un 8% para 2016 y 2017, respectivamente. Aunque hay expertos que creen que estas expectativas son demasiado optimistas.
Por sectores, de acuerdo con las previsiones de Factset, el que mejores perspectivas presenta es el de las telecomunicaciones, con un crecimiento del beneficio por acción revisado al alza hasta situarse por encima del 27%, con una importante aportación que se prevé de AT&T. Después se coloca el financiero, el de consumo discrecional y el sector salud, con crecimientos de entre un 6,7% y un 4,8%. Los peores, no es novedad, serían el energético, del que se espera una reducción del 67% y el de materiales, con un retroceso del 26%. Pero también se esperan caídas en el sector tecnológico (6,1%) y en el industrial (4,7%).
Sin duda, una cuestión que va a pesar sobre los resultados de las empresas americanas será la fortaleza del dólar. Compañías como Nike, Accenture, General Mills, FedEx, Oracle, Adobe o Costco pueden sufrir por la fortaleza del dólar. 
En Europa, consumo interno
Aunque la divisa no va a pesar únicamente sobre los resultados empresariales americanos. También van a verse afectados los europeos. Miguel Jiménez, gestor de renta variable europea en Renta 4, comenta que si bien no espera que las cuentas de las empresas europeas vayan a ser negativas respecto a las expectativas, sí cree que las compañías globales con exposición a emergentes pueden sufrir por un doble motivo: en primer lugar, por la caída de la demanda en esas economías; en segundo lugar, por la depreciación de las divisas. Esto, desde el punto de vista sectorial, se traduce en que el sector industrial y el de materias primas lo harán peor que las compañías más ligadas al consumo doméstico europeo. 
El consenso de analistas espera que los beneficios empresariales en Europa hayan crecido en 2015 a un ritmo del 2,7%, un avance que es la mitad del estimado hace cuatro meses. «Los mercados parecen estar excesivamente enfocados en la pobre situación del sector manufacturero a nivel global, y no prestan atención al consumidor, cuya confianza ha mejorado porque tiene más dinero en sus bolsillos y los beneficios empresariales deberían reflejarlo», comenta en declaraciones a Bloomberg James Butterfill, analista de ETF Securities, que se fija, por ejemplo, en que los bajos precios de la energía han podido animar a los consumidores a gastar más y en que la recuperación europea está siendo más fuerte de lo previsto. 
Qué puede ocurrir en España
Alfonso de Gregorio, de Gesconsult, no cree que los resultados de las empresas españolas vayan a ser útiles para propiciar un rebote en la Bolsa doméstica. Sólo, quizás, apunta que podría verse algún repunte puntual de una compañía que bata expectativas, pero sólo en la misma sesión en que haga públicos sus números. No es que considere que América Latina y las divisas vayan a penalizar por sorpresa a las cuentas de las empresas españolas, dado que considera que son fenómenos ya conocidos y anticipados por el mercado, sino que teme que una vez se despejen los temores por China y el crudo en España comience a cotizar el riesgo político, algo que, en opinión de De Gregorio, aún no ha recogido la Bolsa. Este año el Ibex-35 se está comportando en línea con otros indicadores y el hecho de que lo hiciera peor que los demás en 2015 se debe, según De Gregorio, al peso de América Latina, no a la política, que aún no ha pasado factura. 
Hablando específicamente de los resultados, De Gregorio explica que éstos, en España, pueden poner de manifiesto que ciertos sectores del Ibex-35 están más caros que sus comparables europeos. Habla, por ejemplo, del bancario, además de Repsol o de las constructoras, a excepción de ACS.
Mario Lafuente, de Atl Capital, aunque considera que las empresas españolas lo van a tener bastante fácil para mostrar que siguen creciendo en beneficios, dados los avances de los tres primeros trimestres, considera que hay que prestar atención al tono que muestren compañías ligadas a la industria y al consumo sobre el impacto del crudo, el euro y que se haya echado el freno al ritmo de la consolidación fiscal. También aconseja vigilar los sectores que, a priori, muestran una mayor vulnerabilidad, como la banca, por el peso de América Latina en Santander y BBVA, así como por la débil evolución del crédito en los demás. También, Telefónica, por la importancia de Brasil en sus cuentas. Y Repsol, para comprobar cómo convive con un crudo tan barato, si recorta costes o si está dispuesto a vender más activos para mantener la calificación de su deuda. Además, en el caso de las constructoras, el mercado estará atento al ritmo de reducción de deuda y en las que han ampliado capital, si esas operaciones resultan suficientes.
En cuanto a las compañías en las que se pueden centrar las buenas noticias, De Gregorio comenta que pueden ser Amadeus, IAG o Aena, porque son las que más favorecidas se ven por la caída del precio del petróleo, así como Logista o compañías industriales para las que la factura del crudo es importante, como Vidrala. También cree que el sector papelero puede presentar buenos números, dado que la celulosa fue una de las pocas materias primas que el año pasado no cayó. Lafuente, por su parte, cree que hay que estar atentos a sorpresas positivas de Dia o Grifols. Pero no en Acerinox o ArcelorMittal, donde las cosas van tan mal como parecen.

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