Los vecinos denuncian la paralización que está sufriendo el barrio. Piden mejoras en las infraestructuras y servicios
GRACIELA M. CAMPORRO REDACCIÓN 31/10/2016 05:00
Luchar por revitalizar el barrio en el que llevan viviendo toda la vida. Esa es la principal premisa de la Asociación Vecinal Ciudad Naranco. El barrio ovetense ya ha celebrado la primera asamblea en la que han participado más de un centenar de personas y en la que han expuesto la problemática que día a día vive el barrio. Entre los principales problemas con los que cuentan están los accesos al distrito y la construcción de un spa que lleva varios años paralizada. Los promotores de la asociación afirman que mientras el resto de barrios en la ciudad han evolucionado, el de Ciudad Naranco se ha quedado estancado. El próximo 7 de noviembre se celebrará la segunda asamblea en la que esperan comenzar a elaborar los estatutos para la constitución final de la asociación.
Lorena Menéndez y Fernando Gómez llevan viviendo varias décadas en Ciudad Naranco. Junto a otros 13 miembros decidieron crear la Asociación Vecinal Ciudad Naranco. La idea nació tras las protestas que se llevaron a cabo este verano con el cierre de urgencias en el centro de salud del barrio. «Se hizo una concentración debido a los problemas de las guardias en el centro de salud. Supuestamente ya existían asociaciones vecinales en el barrio pero no vimos que se presentase ninguna. Hablando con un grupo de vecinos decidimos crear nosotros una», afirma Gómez. En su primera asamblea consiguieron reunir a más de un centenar de personas, lo cual les desbordó.
Una de los problemas que más preocupa a los vecinos de Ciudad Naranco es el relativo a los accesos al barrio. Afirman que hace 15 años, el gobierno local prometió construir unos nuevos, pero aún siguen a la espera de que ese proyecto se lleve a cabo. Gómez señala que durante las elecciones del pasado año «se hicieron catas para que viéramos que se hacía algo, pero desde ese momento no los hemos vuelto a ver trabajando en ello». Este no es el único problema circulatorio del barrio, ya que son muchos los que se quejan del ruido que produce la autovía que comunica con Gijón.
Otra de las preocupaciones para estos vecinos es la paralización de la construcción del spa. Señalan que el primer organismo en promover esta construcción fue el ayuntamiento, pero desde 2008 las obras están paralizadas. Este servicio es uno de los muchos que denuncian los habitantes de Ciudad Naranco. «Somos uno de los barrios más poblados y no tenemos una escuela preinfantil, equipamientos deportivos, piscinas, centro de día. Barrios como La Corredoria, que son más nuevos, tienen todo esto», indican desde la asociación. La falta de personal en el único centro de salud del que disponen es otro de los problemas que llevan tiempo denunciando. A modo de ejemplo, comentan que en consultas como las referentes a fisioterapia, las listas de espera llegan a ser de seis meses.
Otro de los temas a debatir en las asambleas será el referente a los almacenes abandonados del barrio, a los que califican como «un nido de ratas». «Todos los barrios han evolucionado menos nosotros. Las deficiencias que había hace unos años siguen ahí. Siendo tantos habitantes -casi 14.000- esto no puede estar tan parado», apunta Menéndez.
Desde la asociación hacen un llamamiento a los vecinos para que participen en la próxima asamblea que se celebrará el próximo 7 de noviembre. Afirman que desde su posición se intentará buscar una solución a cada uno de los problemas planteados y que se dará prioridad a cada uno de ellos.
WTA Finals - WTA Finals, Kerber-Cibulkova: La número uno cede ante la Maestra Dominika (3-6 y 4-6)
La tenista eslovaca Dominika Cibulkova se corona como Maestra en Singapur tras doblegar a la número uno del mundo, la alemana Angelique Kerber, en poco más de una hora y quince minutos (6-3 y 6-4). Cibulkova se mostró muy sólida en todas las facetas del juego, con unos golpes desde fondo de pista muy certeros, y no dio opción a Kerber. La eslovaca conquista el octavo título de su carrera.
Hace 20 horasEurosport
Dominika Cibulkova
Una bola que besó la cinta y cayó mánsamente en el campo de Angelique Kerber, proporcionó a la eslovaca Dominika Cibulkova el título más importante de su carrera, el Masters en Singapur, tras imponerse en la final a la germana por 6-3 y 6-4.
Cibulkova llegó al Masters como una de las tres novatas este año, junto con la checa Karolina Pliskova y la estadounidense Madison Keys y acabó sucediendo a la polaca Agnieszka Radwanska y convirtiéndose en la primera eslovaca en ganar el torneo que cierra la temporada.
A la subcampeona del Abierto de Australiahace dos años le costó 76 minutos de dura lucha, y cuatro bolas de partido, cediendo una de ellas con una doble falta y las otras dos con sendos fallos de derecha.
Pero "Domi", una de las jugadoras de menos altura del circuito (1,61 metros) no desesperó y luchó en la cuarta. La fortuna se alió con ella en el último punto, cuando Kerber se arrastraba de esquina a esquina de la pista, luchando hasta el límite de sus fuerzas.
Campeona este temporada en Katowice, Eastbourne y Linz, además de ser finalista en Acapulco, Madrid y Wuham, con su victoria en el Masters, Cibulkova acabará la temporada quinta del mundo, por delante de la checa Karolina Pliskova y la española Garbiñe Muguruza. Kerber tenía asegurado ya, desde el inicio del torneo, que acabaría la temporada como número uno del mundo, y había recibido el trofeo que lo acredita día atrás.
"Llegué aquí por primera vez y salgo campeona, es una gran felicidad", dijo la eslovaca nada más acabar el encuentro, "he tenido suerte en la primera fase (perdió un encuentro) y hoy he vuelto a tenerla en la final", reconoció Cibulkova.
Luego, momentos antes de recibir el trofeo Billie Jean King de manos de Monica Seles, campeona tres veces del Masters, la eslovaca tuvo palabras para Kerber. "Has sido mi inspiración este año y éste es el momento más importante de mi carrera", dijo.
Kerber sacó todo lo positivo de esta temporada en la que ha acabado líder y también número de victorias (63). "Ha sido increíble porque he ganado dos Grand Slams (Abierto de Australia y Abierto de EE.UU.) y hoy he dado todo lo que tenía en la pista", añadió.
La economía de las plataformas está causando una precarización del empleo. Así lo reconocen los expertos y los asistentes al último encuentro Ouishare sobre el mundo colaborativo que tuvo lugar la pasada semana en Barcelona. Estas firmas, conscientes de que la situación de inseguridad jurídica perjudica el sector, piden a gritos una intervención del legislador.
El auge de estas empresas de intermediación de servicios entre usuarios (Airbnb y Uber son las más conocidas) ha sacudido los cimentos del derecho laboral, tal como fue concebido en el siglo XX. “Hoy por hoy, hay quien tiene como jefe a un algoritmo y trabaja en microtareas. Esta nueva forma de trabajar ya es incompatible con el estatuto de trabajador autónomo, con lo que sería deseable añadir otro tipo de regulación”, denuncia Jesús Mercader, del bufete Sagardoy y profesor de Derecho Laboral de la Universidad Carlos III de Madrid.
Existe todavía confusión sobre los términos. Puede haber actividades colaborativas entre los usuarios (cuando comparten un bien o un servicio), pero acostumbra a haber una transacción económica de por medio, y las plataformas (que ponen en contacto a las partes en internet) tienen ánimo de lucro. El problema es que la frontera entre el servicio proporcionado por un freelance y una actividad laboral por cuenta ajena es fina. Por ejemplo, cuando la empresa intermediaria impone horarios o tarifas mínimas.n
Hace unos días, la justicia británica reconoció a unos conductores de Uber el derecho a las vacaciones y un salario mínimo. En Estados Unidos, esta firma tuvo que pagar hasta 100 millones de dólares (91 millones de euros) para cerrar unas demandas que le habría obligado a cambiar sus estatutos. En España, la plataforma de limpieza a domicilio Eslife se vio obligada a cerrar a raíz de una inspección de Trabajo. El riesgo para las empresas es de gran magnitud porque, tal y como recuerda Mercader, “una inspección laboral puede en ciertos casos acabar con una empresa emergente”.
La figura de ciudadano-productor, que trabaja de forma esporádica (o incluso continuada), hoy por hoy está en tierra de nadie, desde el punto de vista de la protección social. Sara Rodríguez, mánager de asuntos públicos y regulatorios en Adigital, reconoce que “el problema de precarización es real. Sobre todo, cuando llegue el día en que estos trabajadores quieran jubilarse y no puedan contar con una cobertura suficiente”. La clave, en su opinión, reside en la manera de definir el concepto de “prestación habitual”.
Amaya Apesteguia, experta en consumo colaborativo de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), cree que el riesgo de esta situación “es que haya una subasta a la baja de las tarifas, con lo que el trabajador puede acabar un poco explotado”. En su opinión, introducir una regulación que reconozca el fenómeno ayudaría también a evitar la economía sumergida. “También es preciso reducir los trámites burocráticos para dar de alta a estos trabajadores eventuales”, añade. Apesteguia opina que “no se puede considerar al consumidor igual que a un profesional solo porque ingresa un euro”. Julie Da Vara, responsable de desarrollo de Yescapa (plataforma para alquiler de caravanas entre particulares) dice que cabe distinguir si los ingresos son una forma de ganarse la vida o si a través de estas empresas se da un uso a un bien que estaba desperdiciado y tiene por objetivo cubrir los costes de mantenimiento “ya que las problemáticas son muy diferentes”.
Sobre las propuestas, algunos sostienen que no debería reconocerse el salario mínimo, las pagas extras o el seguro de desempleo, ya que este colectivo decide cómo y cuándo trabajar. Pero sí debería otorgarse el derecho de sindicarse y garantizar la posibilidad de cotizar con relación a los ingresos o a las horas trabajadas en lugar de pagar una cuota fija. “Los costes del trabajo autónomo para ingresos bajos son elevadísimos. Es preciso modular la cotización”, sostiene Mercader.
Ante el vacío legal, estos trabajadores de plataformas incluso han puesto en marcha sociedades cooperativas de facturación, fórmulas intermedias que en realidad tratan de esconder una relación laboral efectiva con la plataforma, como si fueran empleados. La economía colaborativa aún busca su sitio.
Un millón de personas sólo en Europa
Las cifras hablan por sí solas. Un estudio de la consultora McKinsey ha detectado que entre el 20% y el 30% de la fuerza laboral en Estados Unidos y en Europa en la actualidad está constituida por trabajadores independientes que son autónomos o trabajan de forma temporal. Muchos de ellos entran en el universo de la sharing economy gracias al hecho de que en este ámbito económico no hay una barrera de entrada.
Sólo en Europa, este sector movió en el 2015 unos 28.000 millones de euros, casi el triple respecto al 2013. El potencial colaborativo alcanzaría, según diversos estudios, los 500.000 millones de euros. En Europa, 900.000 personas trabajarán en este ámbito en los próximos años.
En Estados Unidos también hay estadísticas muy interesantes. Un estudio llevado a cabo por los profesores Lawrence Katz y Alan Krueger, de las Universidades de Harvard y Princeton, ha estimado que, de los nueve millones de puestos de trabajo que se crearon en Estados Unidos desde el 2005 hasta hoy, la práctica totalidad procede de la rama económica colaborativa, que ya involucra al 15% de la fuerza laboral de Norteamérica. Curiosamente, esta fuerza laboral se declara feliz: el 84% de ellos están encantados de trabajar por su cuenta. Eso sí, estos datos son cuantitativos y no valoran los grados de protección de estos trabajadores.
Creo que fue Salvador de Madariaga quien sostenía que España sufrió durante más de siglo y medio un estado permanente de guerra civil, latente o explícita. Desde la Guerra de la Independencia (1808) hasta el final de la dictadura (1977) puede trazarse una línea continua de división que atravesó generaciones sucesivas, marcando a sangre y fuego la vida española.
Nos dividió la política: absolutistas o liberales, reaccionarios o progresistas, monárquicos o republicanos, azules o rojos, franquistaso antifranquistas.
Nos dividió la religión: confesionales o laicos, clericales o anticlericales. En palabras de Agustín de Foxá, durante siglos los españoles fuimos detrás de los curas, unos con un cirio y otros con un garrote.
Y nos dividió la idea misma de la Nación: centralistas o separatistas, centrípetos o centrífugos, la España uniformada o la anti-España.
Estabas de un lado o estabas del otro. El eclecticismo siempre resultó sospechoso entre nosotros.
¿Pueden llegar a borrarse las huellas de esa división que aún persisten? En ello estamos, pero cuestaLa transición empezó, al fin, a clausurar ese enfrentamiento crónico. Esta democracia y la Constitución de 1978 fue la primera cosa constructiva que los españoles hicimos juntos en 170 años. Pero la división dejó huellasque aún perviven. ¿Pueden llegar a borrarse esas huellas? En ello estamos, pero cuesta. El episodio de colapso institucional que acabamos de vivir es una muestra de ello.
Para mí, lo más preocupante de lo ocurrido en estos diez meses ha sido la incomunicación absoluta entre los dos primeros partidos políticos del país, que eran los llamados a buscar una solución para el bloqueo. Se ha llegado al momento final sin que el PP y el PSOE hayan mantenido algo parecido a una conversación seria. Uno de los dos ha tenido que verse en una situación límite para dar un paso unilateral y desgarrador, inducido por el puro instinto de supervivencia.
En cualquier democracia avanzada de Europa, ante un problema parecido (un resultado electoral complejo que dificulta la formación de un gobierno) los partidos mayoritarios estarían en comunicación constante desde el primer minuto. Aquí, la mera sugerencia de una aproximación se ha presentado como el preludio de una traición.
Pese a los 40 años de democracia, en España la relación entre la derecha y la izquierda sigue siendo anómala. Está contaminada por una especie de deslegitimación mutua que se alza como un obstáculo insuperable para una competición política madura y sana. Me explico:
En el fondo de sus corazones, las gentes de la izquierda siguen desconfiando de la sinceridad democrática de la derecha. Consideran que la derecha española aceptó la democracia a su pesar y contrariando su inclinación natural, y que eso no ha cambiado. Todavía hoy, para un típico progresista ibérico sería blasfemo aceptar que la convicción democrática de alguien del PP es al menos tan firme como la suya.
Esto forma parte del complejo de superioridad moral de la izquierda, ese estereotipo que les hace suponer que ellos actúan por principios mientras la derecha se mueve exclusivamente por intereses. Una idea maniquea que, por cierto, Karl Marx rechazaría contundentemente.
Las gentes de la derecha, por su parte, tienen interiorizada la creencia de que el poder del Estado es territorio de su propiedad, algo que les pertenece por naturaleza. Y tienden a ver a los gobiernos de la izquierda como usurpadores, okupas del poder a los que hay que desalojar cuanto antes para que se restablezca el orden natural de las cosas.
A esto se añade que el PSOE es el partido de los hijos y nietos de los perdedores de la guerra civil y el PP, el sucesor del partido creado por exministros de Franco
A esos prejuicios profundos –que no se verbalizan, pero aparecen a poco que indaguemos sinceramente en nuestro interior- se añade la realidad histórica de que el PSOE es el partido de los hijos y nietos de los perdedores de la guerra civil y el PP es el sucesor del partido que crearon siete exministros de Franco para frenar el desmantelamiento de aquel régimen.
Quizá por eso el PP siempre ha negado el pan y la sal a los gobiernos socialistas, practicando una oposición sectaria de tierra quemada. Y quizá por eso el hecho natural de reconocer el resultado electoral y permitir que gobierne quien puede hacerlo (descartada cualquier alternativa viable) se ha hecho casi insufrible para los socialistas, hasta el punto de llevarlos al borde de una escisión.
Esta anomalía española nace de la raíz histórica que señaló Madariaga. Un laborista británico no duda del apego a la democracia de un 'tory'; y cuando el 'Labour' alcanza el poder, el conservador no se siente despojado de algo que le pertenece. La diferencia está en que sus abuelos lucharon juntoscontra el totalitarismo mientras los nuestros se fusilaban entre sí.
Nadie tiene razones para estar orgulloso de lo que ha sucedido en Españadurante los últimos diez meses. Pero a veces las acciones humanas surten efectos que trascienden a sus propósitos:
Está claro que en el PSOE ha primado la urgencia de salvar el pellejo ante una catástrofe electoral y en el PP el afán de retener el poder aun en las condiciones precarias en que lo hará. No obstante, este desenlace contiene elementos que pueden ser benéficos para el futuro, ayudando a madurar nuestra democracia.
España vuelve a tener un gobierno legítimo emanado de unas elecciones, lo que nos hace regresar al club de las democracias normalizadas. El Partido Socialista lo ha hecho posible permitiendo el gobierno de su adversario histórico, que era el único posible tras el 26-J.
En el mismo acto, vimos a los diputados del PP –junto a los de otras fuerzas democráticas, como Ciudadanos y el PNV- levantarse como un resorte a respaldar la dignidad del Partido Socialista frente al ataque navajero de un par de rufianes con escaño (ovacionados por los heraldos podemitas de la nueva España).
Ambos hechos carecen de precedentes en nuestra democracia y hubieran sido inconcebibles hace muy poco tiempo. Ha sido necesario llevar al país al borde del precipicio para dar este paso. Pero quizá, sólo quizá, hoy estemos un poco más cerca de poner fin a la maldición histórica de las dos Españas.
En todo caso, si en el futuro se reproduce un escenario como este, incluso con los papeles invertidos –lo que no es en absoluto descartable-, ni se tardará tanto ni dolerá tanto. La primera vez siempre es la más penosa.
El Confi-Un Pedro Sánchez a calzón quitado. Sin las ataduras que preñaban todas sus entrevistas. Ya no es ni secretario general ni diputado en el Congreso. Es un militante de base que quiere volver a pilotar el PSOE y que empieza desnudándose. Arrojando, eso sí, munición dura, durísima, contra su partido —contra Susana Díaz, especialmente, y contra el resto de barones—. Pero también contra César Alierta, expresidente de Telefónica, contra el sector financiero, contra Prisa, editora del diario 'El País', culpando a todos ellos de haber propiciado su caída por su empeño en defender el PSOE como "alternativa" al PP e intentar armar un Gobierno alternativo con Podemos e incluso con el concurso de las fuerzas nacionalistas. Una suerte de conspiración de los poderes fácticos que cortaron de cuajo su camino e impidieron el entendimiento y el "trabajo codo a codo" del PSOE con la formación de Pablo Iglesias y que desató, como era esperado, la inmediata simpatía del partido morado en las redes sociales.
Y las respuestas fueron impactantes. De principio a fin. Quizá lo más destacado no fue el titular que ya se esperaba, que se presentará a las primarias del PSOE porque tiene "fuerzas, ganas y voluntad" para volver a tener el timón del PSOE, pero lo hará "si hay agua en la piscina" y si por tanto le apoya la militancia. También retó a Díaz a "dar un paso al frente" y competir contra él si quiere gobernar el partido. Lo más llamativo fue su relato, la reconstrucción de lo ocurrido desde que fue elegido secretario general en el verano de 2014 hasta su decapitación, revelando detalles no conocidos hasta ahora que contribuyen (o eso quieren los suyos) a alimentar el mito del líder amado por las bases pero odiado por los poderes. Como sorprendieron declaraciones como la definición de España como una "nación de naciones".
Los "errores" que siguieron al comité federal
Lo último en el tiempo es su decapitación como líder. ¿Le mató Susana Díaz?, le preguntó Évole. "No estoy muerto, estoy aquí. Pero no me gustaron ni las formas [de aquel comité federal del 1 de octubre] ni el fondo, porque el fondo era deponer a un secretario general para facilitar un Gobierno del PP y entorpecer y bloquear un Gobierno alternativo".
"No estoy muerto, estoy aquí", responde cuando Évole le pregunta si le mató Díaz. Pero advierte de que el propósito era impedir un Gobierno alternativo
Su afán por conseguir un Ejecutivo distinto al del PP arrancó ya desde las elecciones del 20-D. Sánchez recordó que la víspera de otro comité federal decisivo, el del 28 de diciembre, se reunió con los barones y aceptó las condiciones que le pusieron. Una de ellas fue no aceptar ni el apoyo ni la abstención de las fuerzas nacionalistas catalanas (ERC y la antigua Convergència), y ese fue uno de sus "errores". La otra fue no sentarse a hablar con aquellos que defendían el derecho a decidir, caso de Podemos. Después pactó con Ciudadanos, y fue un "error", admitió, cerrar el acuerdo con Albert Rivera y no hacerlo también con Podemos, pero en aquel momento "todo el mundo estaba jugando a [ir a] segundas elecciones", el PP, Pablo Iglesias ("porque tenía una bala de plata", que era "engullir" a IU) y Ciudadanos.
'El País' y sus editoriales "insultantes"
Entonces llegó una de las preguntas clave de la noche: ¿alguien le dijo que con Podemos no podía pactar? "No, pero ha habido determinados medios de comunicación que sí me dijeron que si había entendimiento" irían en su "contra". Medios "supuestamente progresistas". Afinó más: el diario 'El País' fue "uno de ellos".
Denuncia los "embates de los poderes económicos que a través de los medios han intentado influir en su decisión" e impedir un entendimiento con Iglesias
El ex secretario general se explayó contra Prisa y su periódico de cabecera, cuya línea editorial ha sido "abusiva e insultante" hacia él —le llegó a llamar "insensato sin escrúpulos", calificativo que se "esperaba"— porque se oponía a que hubiera un "entendimiento" entre las dos formaciones de izquierdas. Sánchez llegó a contar que, aunque no se reunió con el presidente del rotativo, Juan Luis Cebrián, sí lo hizo con responsables del diario —se podía intuir que lo hizo con el director, Antonio Caño— que le advirtieron de que o permitía el Gobierno a Mariano Rajoy o los editoriales no le iban a "facilitar" su intento de Gobierno alternativo.
Dijo más. Que el problema radica en que algunos medios están en manos de "muy pocas empresas", y que en su accionariado se sientan bancos y compañías de telecomunicaciones. De nuevo, otra referencia a Prisa. Sánchez subrayó que el expresidente de Telefónica César Alierta "y otros" empresarios "han trabajado por que hubiera un Gobierno conservador", por que no se entendiera la izquierda. Un propósito para el que remaron igualmente desde "el sector financiero". Él pretendió, en consecuencia, que el PSOE fuera una "organización autónoma", que defendiera su proyecto político y que "ha sufrido embates de los poderes económicos que a través de los medios han intentado influir en su decisión". Y eso que en mayo, antes de las elecciones generales de junio, negó que hubiera recibido presiones de las grandes compañías y que jamás las hubiera "aceptado".
Évole le recordó que, tras el debate a cuatro en Atresmedia del pasado diciembre, en el que todos le dieron como perdedor, el mismo 'El País' elogió su "altura política". "Ni tan bueno era entonces ni tan malo soy ahora", bromeó, insistiendo en que en esta última legislatura se ha impuesto el "pensamiento único" en periódicos y televisiones, lo que demuestra, a su juicio, que España necesita "medios más plurales y críticos". "Los medios han sido especialmente críticos conmigo. Yo te digolas advertencias que tuve [por parte de 'El País'] y las consecuencias que hubo", señaló al director de 'Salvados'.
Sí "hubo conversaciones" con ERC y CDC
¿Qué tenía en la cabeza el ex secretario general? ¿Cuál era su Gobierno del cambio? ¿Habló con los independentistas? Sánchez subrayó que siempre cumplió con el mandato del comité federal y por eso no negoció con ellos, pero sí admitió que "hubo conversaciones". Pero diferenció "dos etapas". En la primera legislatura dialogó con ERC y el Partit Demòcrata (los exconvergentes) pero estaban "mucho más duros en sus posiciones" que tras las generales del 26-J, en las queran más proclives a "encontrar vías" de entendimiento con los socialistas. En ese momento, había "muchas más posibilidades para facilitar un Gobierno alternativo del PP". Y aunque está convencido de que "hay que hablar con todos", sostuvo que "nunca" dialogó con los soberanistas sobre un referéndum de autodeterminación. Claro que la crisis en Cataluña "solo se va a poder resolver votando", pero no sobre una ruptura, sino sobre un acuerdo, la reforma de la Constitución.
Hiló entonces con una afirmación sorprendente, que hasta ahora no se le había escuchado: "España es una nación de naciones. Cataluña es una nación dentro de otra nación que es España, como lo es también el País Vasco, y esto es algo de lo que tenemos que hablar y reconocer". Así que en la modificación de la Carta Magna ha de buscarse una fórmula para que "Cataluña como nación que es se sienta integrada dentro de España". Es una de las "lecciones" que ha aprendido en sus dos años como líder, la comprensión de la "naturaleza del país", además de un claro guiño al PSC. Durante su mandato al frente del PSOE, Sánchez jamás se movió de la 'Declaración de Granada' aprobada en 2013, y en sus dos programas electorales se aludía simplemente al reconocimiento de las "singularidades" territoriales.
El "punto de inflexión"
Sánchez no barajó únicamente la opción de un Gobierno alternativo. Contó que tras las generales del 26-J dudó mucho sobre la abstención, si convenía o no, si debía ser total o técnica o si debía negociarla con el PP [vídeo aquí]. Pero el "punto de inflexión", lo que le convenció de que tenía que mantener el "no es no", fue una conversación con Rajoy, en la que le dijo que no le hacía falta solo la investidura, sino que necesitaba a los socialistas para gobernar. Y ahora cree que, tras facilitarle el Ejecutivo al líder de los populares, el PSOE "se ha quedado en tierra de nadie". "Una de las cosas que vi [en el debate de investidura] es que el país no tiene oposición".
Reconoce que habló con González de la abstención, pero añade que su compromiso es con el comité federal, y no con el expresidente, que "no es Dios"
Évole le recordó que Felipe González dijo en una entrevista en la Ser, emitida el mismo día en que dimitieron 17 miembros de su ejecutiva, que Sánchez le prometió la abstención justo después del 26-J. "Yo hablé con él de la abstención, pero no en esos términos", relató, admitiendo que sí se planteó esa alternativa y agregando a continuación que su "compromiso político" lo asume no con el expresidente, sino con el comité federal, que certificó el no a Rajoy en su reunión del 9 de julio. También hubo más críticas para González: reconoció que es el dirigente con el que probablemente más veces ha hablado durante sus años de mandato, pero "no es Dios". "Muchos de los militantes no nos reconocemos en él, sí en el de 1982", cuando arrolló en las generales de aquel año, indicó, convencido de que si el expresidente hubiera estado en su piel habría mantenido el voto en contra al PP [puede ver el vídeo aquí]. Con quien también chocó fue con otro histórico, con su antecesor, Alfredo Pérez Rubalcaba, abogado de la abstención. "Pero yo defendí al PSOE como alternativa", reiteró.
Despojarle de "recursos" para las primarias
Él ya no dirige el PSOE, sino una gestora liderada por Javier Fernández, la que ha encauzado el partido hacia la abstención. Sánchez criticó de nuevo a la cúpula provisional por haberse empeñado en la abstención en bloque, pese a ser consciente del "desgarro" que producía. Pero se dio cuenta de que la actual dirección quería situarle en una situación "imposible": o se abstenía, en contra de su posición, o rompía la disciplina de voto y desobedecía al comité federal, cuyos mandatos "siempre" ha cumplido. "La única opción que tenía era salir del Congreso", concluyó, denunciando que la "intención" de la ejecutiva de Fernández es quitarle "cualquier tipo de plataforma y de recursos" para el proceso de primarias que se abrirá "contra los aparatos" que actuarán respaldando "otras candidaturas". Por eso algunos de sus dirigentes próximos le aconsejaron que mantuviera su escaño, para no perder visibilidad.
El exlíder socialista exigió otra vez a la gestora que "reflexione" y acelere la celebración del congreso, para que tenga lugar en "cuatro, cinco o seis meses" y se puedan "restañar los afectos" del partido con sus militantes y votantes. Tras descansar "unos días", comenzará su periplo por toda España para escuchar a las bases y reunir apoyos (y al mismo tiempo, dijo, tendrá que buscar un trabajo que le permita hacer campaña una vez agotada la indemnización por cesantía que le pague la Cámara), y se postulará para recuperar el poder. En 'Salvados', Sánchez aseguró que tiene "ganas, voluntad y fuerza" para volver a liderar el partido, porque además se siente "más preparado" que cuando compitió contra Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias en 2014, así que se presentará al próximo congreso si la militancia le apoya. "Si veo que hay agua en la piscina, no faltaré a la cita".
Susana debe hacer una reflexión: es necesario que el socialismo andaluz sea un factor de estabilización del socialismo español
En esas primarias puede que se enfrente a Susana Díaz. "Si quiere liderar el PSOE, como parece, tiene la responsabilidad y la obligación de dar un paso al frente y presentarse". El PSOE no puede "estar pendiente de la agenda personal de un dirigente", dijo, en alusión a los reiterados amagos de la presidenta andaluza por arrebatarle las llaves de Ferraz. Fue entonces cuando la acusó de haberle movido la silla casi desde el principio. "Susana tiene que hacer una reflexión: es necesario que el socialismo andaluz sea un factor de estabilización del socialismo español", sostuvo. Se refería a que en el congreso de 2000, el PSOE-A apoyaba a José Bono, pero "al día siguiente" de la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero se puso "a las órdenes" de él.
Otra relación con Podemos
Díaz, vino a decir, no hizo lo mismo, porque al cabo de muy poco tiempo se descolgó en una entrevista en 'El País' advirtiendo de que no compartía la "estrategia" de comunicación de su secretario general. De paso, Sánchez negó que en la reunión que hubo en junio de 2014, en la que Díaz, Tomás Gómez, Ximo Puig y José Luis Rodríguez Zapatero (y sin Bono) pactaron con él unir fuerzas para hacerle secretario general frente a Madina él se comprometiera a no aspirar a la candidatura presidencial. Sus críticos señalan que sí se verbalizó ese trato.
"El PSOE debe mirar de tú a tú y trabajar codo con codo con Podemos", indica Sánchez, que defiende más "entendimiento y cooperación" entre los dos partidos
Sánchez no hizo autocrítica alguna de sus resultados del 20-D y del 26-J. Pero sí calificó como un "error" que en su primer comité federal, en septiembre de 2014, tachara de "populista" a Podemos. "No sabía lo que significaba entonces, lo que había detrás de Pablo Iglesias", el "impulso renovador" que existe en la formación morada y del que carece el PSOE. Así que está convencido de que la relación entre los dos partidos ha de cambiar: "El PSOE debe mirar de tú a tú y trabajar codo con codo con Podemos". Más aún, deploró los "reproches" que se lanzaron el pasado jueves Iglesias y el portavoz socialista, Antonio Hernando, porque ya no es tiempo de acusaciones, sino de "más entendimiento y cooperación". El ex secretario general señaló que más allá de los "errores" que haya podido cometer, "lo importante es el rumbo" que imprimió, que era el "correcto", pues perseguía "reconciliar" al PSOE con su votante de izquierdas. En cambio, el "giro de 180 grados" pilotado por la gestora, hacia la derecha, interpreta, "no lo comprenden" ni las bases, ni los cargos intermedios ni los electores.