Los inversionistas pierden la fe en los beneficios de seleccionar acciones. En Estados Unidos, los fondos de pensiones, las dotaciones de las universidades, los planes de jubilación privados y los inversionistas particulares acuden en masa a los fondos pasivos, que se limitan a seguir el desempeño de un índice. Los gestores que seleccionan activamente acciones, los símbolos de Wall Street durante el siglo XX, están quedando en minoría.
Durante los tres años que concluyeron el 31 de agosto, cerca de US$1,3 billones ingresaron a los fondos pasivos y sus parientes, los fondos pasivos que cotizan, retirando más de un cuarto de billón de los fondos gestionados en forma activa, según Morningstar Inc.
Los defensores de la inversión pasiva han mencionado desde hace años su mejor rendimiento en el tiempo, honorarios más bajos y sencillez. Hoy, ese lema ha sido institucionalizado mientras los reguladores del gobierno, los abogados de los litigantes y las cifras de desempeño alejan a los inversionistas de la selección activa de acciones.
En los mercados desarrollados, “la presión ha llegado a tal extremo que la inversión pasiva se ha vuelto la opción principal”, dice Philip Bullen, ex director de inversión de Fidelity Investments, una potencia de la gestión activa. Bullen y otros gestores aseguran que los administradores activos pueden superar el desempeño del mercado con activos menos transados.
La tendencia sacude a Wall Street. Los gestores de fondos de cobertura, los inversionistas activos por excelencia, sufren cada vez mayores retiros mientras tratan de justificar sus honorarios. Los fondos de cobertura, que apuestan a favor y en contra de las acciones y los mercados en todo el mundo y en general cobran tarifas más altas que los fondos mutuos, como grupo no han superado el rendimiento de la bolsa de EE.UU. desde 2008.
Algunos colosos de la inversión pasiva, como BlackRock Inc. y Vanguard Group, captan grandes montos de dinero y logran un mayor poder de voto en las empresas que cotizan en bolsa.
Aunque 66% de los activos que administran los fondos mutuos y los fondos que cotizan siguen siendo gestionados de manera activa, según Morningstar, la cifra representa una caída respecto al 84% de hace 10 años, y baja rápidamente.
El motor detrás de la revuelta de los inversionistas es el desempeño. Durante los 10 años terminados el 30 de junio, entre 71% y 93% de los fondos mutuos estadounidenses de renta variable y gestionados en forma activa han sido cerrados o tenido un desempeño inferior al de sus índices de referencia, según Morningstar.
Los defensores de la inversión activa, sin embargo, apuntan a una desventaja de los fondos pasivos. Puesto que estos fondos están diseñados para igualar el rendimiento de la bolsa, los inversionistas renuncian a la posibilidad de derrotar al mercado. Y si disminuye la cantidad de gestores de fondos capaces de sumergirse en los informes financieros y escoger las mejores empresas para invertir, eso podría perjudicar la capacidad del mercado para asignar un precio adecuado a las acciones.
No es una razón que detenga una de las mayores migraciones de dinero de la historia.
“Es hora de reconocer la verdad”, señaló una carta que la gestora de bienes raíces y otros fondos activos especializados Cohen & Steers Inc. envió a sus accionistas en marzo. La selección de acciones, al menos como se practica en la actualidad, “ya no es un sector de crecimiento”. Las empresas de fondos de inversión activos que “no se posicionen para un cambio radical” quedarán “relegadas a los anales de la historia”.
La gestora de fondos activos Janus Capital Group Inc. acordó este mes ser adquirida por un rival británico en un esfuerzo por diversificarse y competir en mejores condiciones con los proveedores de menor costo.


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