La corrupción es la práctica que consiste en hacer abuso de poder, de funciones o de medios para sacar un provecho económico o de otra índole. Cuando un fondo de inversión compra acciones, con el objetivo de compararse contra su índice, y dice, por ejemplo, que se referencia al Ibex 35 y no al Ibex 'total return', está utilizando esas prácticas para sacar un provecho económico. Ese fondo, que cobra dividendos de las acciones que tiene, los incluye en el valor liquidativo y, sin embargo, no están recogidas en el índice contra el que se compara. Vamos, que equipara magnitudes no iguales, provocando una mentira o ilusión al partícipe, que piensa que la gestión es mejor de lo que realmente es.
Me perdonará el lector por el titular pero, visto lo visto, es la única forma que nos queda, a los que luchamos por mostrar los mercados tal cual son, para intentar despertar en el inversor la necesidad de aprender. Aprender a invertir y a que no le tomen el pelo. Aprender a invertir y a que sus ahorros estén en las manos de verdaderos gestores, que los hay y muchos, en este país. Aprender a invertir con el objetivo de tener siempre una imagen fiel de la realidad a la que se enfrenta. Aprender a tener coherencia cuando va a los mercados.
Y como lo que importa aquí son los datos y explicar mis afirmaciones, vayamos por partes. Tomando como referencia el estudio del IESE de 2015, esta es la diferencia entre el Ibex 35 que siempre se comenta y el Ibex 35 que incluye los dividendos que se pagan o también llamado 'total return'. Fíjese que la diferencia no es, para nada, menor si tomamos datos desde 1987. De este modo, si atendemos a una inversión de 2.201 euros en 1987, en 2010 debería tener 22.251 euros. Si toma el Ibex 35 sin dividendos, esa inversión sería en esa fecha unos 10.000 euros. Hablamos de rentabilidad.
De esta forma, la rentabilidad por dividendos desde 1992 hasta 2014 es la que se muestra en el siguiente gráfico. Desde 2009, el dividendo medio pagado por las empresas del Ibex 35 ha sido superior a la rentabilidad del bono a 10 años.
Si el fondo en cuestión recibe entonces ese dividendo y lo suma a su rentabilidad y, para demostrar su buen hacer gestionando, va y lo compara con la rentabilidad del Ibex 35, obtiene un extra de rentabilidad al comparar peras con tomates. Así, cualquiera. Si lo comparase contra el índice que incluye los dividendos, entonces su rentabilidad no sería tan buena. Si es negativa, ni le digo.
Los tipos de índices
Según la metodología, los índices pueden incorporar los dividendos (y ampliaciones) o no a la hora de calcular su valor. Un índice de precios que no tiene en cuenta los dividendos, toma la rentabilidad de los componentes y obtiene su valor. Sin embargo, los índices 'total return' incluyen los dividendos al calcular su valor. De esta forma, es obvio que la rentabilidad de estos índices será mayor que la de los índices de precio.
La diferencia entre unos y otros puede ser muy importante con el paso del tiempo, y en el caso del Ibex 35, que tiene una alta rentabilidad por dividendo, nada despreciable. Veamos un ejemplo sencillo para que vea la importancia del interés compuesto.
Los índices 'Total Return' incluyen los dividendos al calcular su valor. Es obvio que la rentabilidad de estos índices será mayor que la de los índices de precio
Supongamos un mercado que sube cada año un 10% durante dos años. La rentabilidad por dividendo es del 2% anual. Si tomamos base 100, el índice sin dividendos, pasa de 100 a 110 el primer año y de 110 a 121 el segundo año. Es decir, rentabilidad del 21% en dos años. Si ahora tomamos un índice 'total return', donde los dividendos sí se tienen en cuenta y se reinvierten, el primer año pasamos de 100 a 112%. El segundo año, pasaría a 125,44% (112*12%), siendo la diferencia de 125,44 – 121 = 4,44% a finales del segundo año. Cuanto más se alargue esta situación en el tiempo, permaneciendo los pagos de dividendos constantes, mayor es la brecha que se produce. De ahí la importancia y diferencias de utilizar un índice u otro.
Además, por un criterio de coherencia, igual que muchos analistas nos hablan del S&P500 y del DAX para compararlos al Ibex 35, no deberíamos consentir esa comparación. Los dos primeros son índices 'total return' y el Ibex 35 no. Estamos comparando uvas con melones y, lo peor, usted no se da cuenta y lo asimila como propio. Fíjese en el comentario que me hacía un lector la semana pasada. Llevado por ese engaño de la industria, cae en el error de comparar el S&P que es 'total return' con el Ibex que no lo es.
Observe en qué niveles cotiza el Ibex con dividendos. Por debajo de los máximos históricos de 2015, pero la diferencia no es del 50% como parece con el Ibex contado. La diferencia es del 17% aproximadamente.
Por si fuera poco, y tomando un fondo de renta variable nacional de Morningstar y sin entrar en la comisión aplicada (eso me da para otro artículo) en el objetivo de inversión, sí le avisan de que la referencia NO es el 'total return' sino el Ibex 35 normal. ¿Será que el inversor no se lee los folletos de los productos o por picaresca del gestornbsp;Fíjese que, en este caso, siempre tendrá una rentabilidad superior a la real por el efecto de los dividendos incluidos en su valor liquidativo y no recogidos en el índice. Magia.
Así las cosas, es tiempo de que la industria empiece a ser más transparente y coherente. Tiempo de olvidar las viejas estrategias y, por su propio bien, avanzar al ritmo de los nuevos tiempos y de la trasparencia. Como inversor que está aprendiendo a invertir, debe ser siempre consciente de esas trampas, que le pueden llevar a creer que el Ibex aún está un 50% de su máximo histórico, a creer que todos los fondos indexados superan al propio índice (el ejemplo del Ibex 35) o a que muchos fondos activos lo hacen mejor que sus activos de referencia. Esté atento siempre, que esto del mercado no es un juego de suma cero.
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