El empleo sigue fuerte. Así lo certifican los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) publicada este jueves, que arroja un nuevo descenso del paro y un aumento de la ocupación. Es cierto que el tercer trimestre es un periodo tradicionalmente positivo para el mercado de trabajo porque coincide con el verano y recoge todo el empleo de temporada, pero también es cierto que ha sido mejor de lo que esperaban los analistas. Pero no todo son buenas noticias. En el futuro, el empleo seguirá mejorando, pero cada vez menos, lo que impedirá a la economía recuperar todo el empleo perdido durante la crisis en esta legislatura, como prometió Mariano Rajoy.
Según los datos, entre julio y septiembre había en España 18,5 millones de personas trabajando. La cifra es alta y ha vuelto ya a los niveles marcados en 2011, pero sigue lejos de los 20,7 millones que se alcanzaron antes de la crisis. Rajoy se presentó a las elecciones de junio prometiendo que España volvería a registrar estos niveles de empleo esta legislatura, pero los analistas no son tan optimistas. Desde la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas), María Jesús Fernández asegura que se tardarán seis o siete años en recuperar los 2,2 millones de empleos que faltan para regresar a esos niveles de ocupación.
Y es que el empleo seguirá creciendo, pero cada vez menos. Actualmente crece a un ritmo interanual del 2,6%, pero la moderación del PIB que se espera para 2017 y 2018 tendrá también su reflejo en la evolución del mercado de trabajo. “El año que viene ya se va a notar mucho esa moderación", explica Fernández a este periódico. Para poder llegar a 20 millones de ocupados España tendría que seguir creando más de 450.000 empleos cada ejercicio, un ritmo difícil de sostener, sobre todo si el PIB registra crecimientos más próximos al 2% que al 3%.
En cualquier caso, las buenas cifras de empleo han permitido dejar la tasa de paro por debajo del 20%, algo que no ocurría desde el tercer trimestre de 2010. Se ha quedado en el 18,91%. Pero no es oro todo lo que reluce. Desde Funcas aseguran que parte de esa fuerte creación de empleo pertenece en realidad al segundo trimestre del año, pero se ha contabilizado en el tercero. Además, el nuevo descenso de la población activa también influye en la evolución de la tasa y no precisamente porque vaya bien.
La población activa, que mide la fuerza laboral de un país, ha bajado en 27.300 personas en el tercer trimestre y en 51.200 personas en el último año. Durante la crisis, este parámetro cayó de forma importante por la salida de muchas personas del país en busca de oportunidades mejores. Ahora que la economía está mejorando y hay más posibilidades de encontrar un empleo, debería estar mejorando, pero no. Según Funcas, el descenso puede estar relacionado con una cuestión demográfica dado el envejecimiento de la población española y, si es así, no parará en los próximos años.
Los expertos también avisan del peligroso incremento de la temporalidad. Todo el empleo creado entre julio y septiembre ha sido temporal. De hecho, se destruyeron 29.100 empleos indefinidos. Esto ha provocado que la tasa de temporalidad escale al 27%, un nivel que no registraba desde 2008. Es cierto que el empleo del tercer trimestre está muy vinculado al verano, pero el servicio de estudios de BBVA, BBVA Research, asegura que la tendencia creciente de la temporalidad se mantiene cuando se descuenta el efecto de la estacionalidad de las cifras, una muy mala noticia para el mercado de trabajo.
Aun así, en general, los analistas consideran positivos los datos. Se crea mucho empleo y mucho entre los jóvenes. Desde el IESE, aseguran que los datos son claramente positivos y confirman la tendencia del resto del año en materia de empleo. Sin embargo, reconocen que no es suficiente y que hay que seguir luchando para que las cifras del mercado laboral se queden en niveles más razonables. “No podemos olvidar la facilidad con que la crisis más seria que se ha vivido en democracia nos situó a inicios del 2012 en una tasa de paro por encima del 26%”, advierte el profesor Sandalio López.
Aunque reconoce que la temporalidad es muy elevada en España, López considera que después de ocho años de crisis no se puede pedir a una empresa que se lance de golpe a la contratación indefinida y con sueldos por encima de un mercado que está iniciando la recuperación. A su parecer, primero hay que crear las condiciones para la generación del empleo y todo lo demás vendrá después. Por eso el Gobierno que salga de la investidura de este sábado tendrá que mantener la senda que se inició en enero del 2014 y superar las diferencias políticas de una vez por todas, para conseguir con la colaboración y el esfuerzo de todos, crecer y generar empleo cada vez de mayor calidad.
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