CARLOS DEL CASTILLO
@CdelCastilloM
MADRID.- "La contribución que una Europa organizada y viva puede aportar a la civilización es indispensable para el mantenimiento de unas relaciones pacíficas", afirmó Robert Schuman, considerado uno de los padres de la Unión Europea, en 1950. El entonces ministro de Exteriores francés proponía crear Comunidad Europea del Carbón y del Acero como proyecto de paz en una Europa devastada por la II Guerra Mundial.
Esa CECA fue el germen de la actual UE, que en 2012 ganó el premio Nobel de la Paz "por seis décadas de avance de la paz y la reconciliación, la democracia, y los derechos humanos en Europa". No obstante, esa trayectoria ha terminado de quebrarse este 2016 con la decisión del Parlamento Europeo de proveer de fondos a la industria armamentística por primera vez en la historia de la unión.
La medida se esconde en los presupuestos para el período 2017-2020 que ha aprobado esta semana la Eurocámara, bajo la definición de Preparatory Action for Defence Research o acción preparatoria para la investigación en Defensa. Se trata de un proyecto para la I+D armamentística, que en su primera etapa surtirá de unos 25 millones de euros al año a la industria militar europea.
MADRID.- "La contribución que una Europa organizada y viva puede aportar a la civilización es indispensable para el mantenimiento de unas relaciones pacíficas", afirmó Robert Schuman, considerado uno de los padres de la Unión Europea, en 1950. El entonces ministro de Exteriores francés proponía crear Comunidad Europea del Carbón y del Acero como proyecto de paz en una Europa devastada por la II Guerra Mundial.
Esa CECA fue el germen de la actual UE, que en 2012 ganó el premio Nobel de la Paz "por seis décadas de avance de la paz y la reconciliación, la democracia, y los derechos humanos en Europa". No obstante, esa trayectoria ha terminado de quebrarse este 2016 con la decisión del Parlamento Europeo de proveer de fondos a la industria armamentística por primera vez en la historia de la unión.
La medida se esconde en los presupuestos para el período 2017-2020 que ha aprobado esta semana la Eurocámara, bajo la definición de Preparatory Action for Defence Research o acción preparatoria para la investigación en Defensa. Se trata de un proyecto para la I+D armamentística, que en su primera etapa surtirá de unos 25 millones de euros al año a la industria militar europea.
En el período 2021-2027 la inversión llegará hasta los 3.500 millones al año
Esta inversión en "tecnología de innovación en Defensa" se multiplicará en el siguiente período, de 2021 a 2027, en el que el presupuesto comunitario dedicado a este área se elevará a 3.500 millones de euros. Para conseguirlo, las empresas de armas tendrán que cumplir una serie de requisitos, que no serán impuestos por el Parlamento sino por la Comisión Europea —el Ejecutivo comunitario— que dirige Jean-Claude Juncker.
En Bruselas se da por hecho que la UE terminará dando luz verde a esa ampliación de presupuesto. Y es que los beneficiarios de esos fondos, el lobby de las armas, se han colocado en una posición inmejorable para ello: más de la mitad de los expertos que aconsejarán a la Comisión en la redacción de los requisitos, el denominado "Grupo de Personalidades", son representantes de las mayores empresas del sector.
En Bruselas se da por hecho que la UE terminará dando luz verde a esa ampliación de presupuesto. Y es que los beneficiarios de esos fondos, el lobby de las armas, se han colocado en una posición inmejorable para ello: más de la mitad de los expertos que aconsejarán a la Comisión en la redacción de los requisitos, el denominado "Grupo de Personalidades", son representantes de las mayores empresas del sector.
Vendedores de armas en el seno de la democracia europea
El salón de la fama de los vendedores de armas aconsejará a la UE sobre inversiones en Defensa: Fernando Abril-Martorell (de la española Indra), Tom Enders (Airbus), Ian King (BAE Systems, el segundo mayor contratista militar a nivel global), Håkan Buskhe (Saab), Mauro Moretti (Finmeccanica, gran productor italiano de armamento), Antoine Bouvier (MBDA, una de las empresas líderes a nivel europeo) o Arndt Schoenemann (de la alemana Liebherr-aeroespacial) forman parte del "Grupo de Personalidades".
Junto a ellos, políticos como la italiana Frederica Mogherini, Alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Seguridad, junto a otros exministros de Defensa de los miembros de la UE. Ningún miembro de la sociedad civil o de organizaciones no gubernamentales forman parte del Grupo.
Junto a ellos, políticos como la italiana Frederica Mogherini, Alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Seguridad, junto a otros exministros de Defensa de los miembros de la UE. Ningún miembro de la sociedad civil o de organizaciones no gubernamentales forman parte del Grupo.
"La industria militar está interesada en el dinero de la UE, pero no en el escrutinio de la UE sobre sus actividades", afirma la portavoz de la Red Europea contra el Comercio de Armas
"En teoría, la Comisión Europea no está obligada a aplicar las recomendaciones del Grupo, pero en la práctica sabemos que para conseguir una mayor participación de las compañías de armas en esta iniciativa, la Comisión seguramente sentirá que necesita complacerlas lo máximo posible", afirma Laetitia Sédou, de la Red Europea contra el Comercio de Armas.
"De hecho, como los fondos para el período inicial son bajos en comparación con las cifras que se manejan en este sector, las empresas armamentísticas solo contribuirán si pueden conseguir un negocio muy favorable para preservar sus intereses comerciales", asevera Sédou a este medio desde Bruselas: "En otras palabras, están interesados en el dinero de la UE, no en el escrutinio de la UE sobre sus actividades".
La propuesta ha suscitado también repulsa social. Más de 62.000 personas firmaron un manifiesto pidiendo a los parlamentarios europeos que no apoyaran la Preparatory Action for Defence Research. "El dinero de los europeos no debería financiar tecnología militar. Debería destinarse a proyectos que desarrollen estrategias no violentas para evitar y resolver conflictos y que hagan frente a sus verdaderas causas", argumenta el manifiesto.
"De hecho, como los fondos para el período inicial son bajos en comparación con las cifras que se manejan en este sector, las empresas armamentísticas solo contribuirán si pueden conseguir un negocio muy favorable para preservar sus intereses comerciales", asevera Sédou a este medio desde Bruselas: "En otras palabras, están interesados en el dinero de la UE, no en el escrutinio de la UE sobre sus actividades".
La propuesta ha suscitado también repulsa social. Más de 62.000 personas firmaron un manifiesto pidiendo a los parlamentarios europeos que no apoyaran la Preparatory Action for Defence Research. "El dinero de los europeos no debería financiar tecnología militar. Debería destinarse a proyectos que desarrollen estrategias no violentas para evitar y resolver conflictos y que hagan frente a sus verdaderas causas", argumenta el manifiesto.
Propuesta impulsada por el PP europeo
Pese a la petición ciudadana, en la Eurocámara solo los grupos de la Izquierda Europea/Izquierda Verde Nórdica (en el que se integran Podemos, Izquierda Unida y Bildu) y el de Los Verdes (Compromís, Equo e Iniciativa per Catalunya Verds) se han posicionado en contra de la inversión en la I+D de armamento. Estas formaciones defienden que "la UE es un proyecto de paz" y rechazan cualquier medida que contribuya a su militarización.
Al otro lado se ha colocado, impulsando la medida con una notable intensidad, el grupo del PP europeo. También la han apoyado Los Liberales (Ciudadanos, la antigua Convergència, PNV y UPyD) y el grupo Socialista (PSOE). Estos dos últimos han visto el proyecto como una vía de impulsar la integración europea en materia de Defensa, embarrancada durante años por el veto del Reino Unido —defensor de los intereses de la OTAN por encima de los de la UE— y que a la que el brexit ha insuflado nuevos aires.
Al otro lado se ha colocado, impulsando la medida con una notable intensidad, el grupo del PP europeo. También la han apoyado Los Liberales (Ciudadanos, la antigua Convergència, PNV y UPyD) y el grupo Socialista (PSOE). Estos dos últimos han visto el proyecto como una vía de impulsar la integración europea en materia de Defensa, embarrancada durante años por el veto del Reino Unido —defensor de los intereses de la OTAN por encima de los de la UE— y que a la que el brexit ha insuflado nuevos aires.
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