La caída del margen de intereses —el que mide el negocio típico bancario— se debe a que los tipos de interés de referencia han vuelto a bajar en el tercer trimestre y han afectado a los préstamos —en especial las hipotecas— cuya cuota se ha revisado en ese período. A esto se suma la caída del crédito, que no repunta pese a la recuperación económica, sobre todo por culpa de las grandes empresas (ahora mismo les sale más barato financiarse en el mercado que en el banco) y de las administraciones públicas (a las que presta dinero el Estado con sus planes de liquidez para autonomías y ayuntamientos).
Esta caída generalizada se ha compensado parcialmente por un aumento de las comisiones —aunque no en todas las entidades— derivada del traspaso de patrimonio desde unos depósitos que no dan rentabilidad a los fondos de inversión, a la venta de seguros y otros productos, y a que las entidades empiezan a cobrar por diversos conceptos ahora que los clientes no son rentables. Asimismo, se han reducido las provisiones de forma generalizada, ya que cada vez entran menos préstamos en mora y los bancos van dando salida a los inmuebles adjudicados, aunque no prevén llegar a liberarlas; es decir, va a continuar la digestión de la crisis del ladrillo.
Lo peor ha pasado
La consecuencia es una caída generalizada de beneficios en España. Ahora bien, los gestores de las entidades se muestran optimistas sobre el futuro y consideran que sus resultados han tocado suelo. José Sevilla, consejero delegado de Bankia, considera que "la travesía del desierto está cerca del suelo" y que el margen de clientes comenzará a mejorar en el cuarto trimestre. La principal razón es que los tipos de interés no van a bajar más, sino que empezarán a repuntar poco a poco desde los niveles actuales.Despidos, cierre de oficinas... y fusiones
Aun así, la recuperación de la rentabilidad va a llevar tiempo y, en un negocio cada vez más digital, no queda más remedio que elevar la eficiencia. Y la forma más sencilla es reducir costes; es decir, cerrar oficinas y despedir empleados. La consultora BDO considera que hay margen para suprimir otras 5.000 sucursales bancarias en España, y en eso están las grandes entidades.Como aun así puede no ser suficiente para volver a niveles de rentabilidad aceptables (superiores al coste de capital), los seis grandes están convencidos de que vamos a asistir a una nueva ronda de fusiones en el sector con la "lógica industrial" de hacer sinergias y conseguir los ingresos de dos entidades juntas con los costes de poco más de una. Ahora que va a haber Gobierno puede empezar el baile, aunque ninguno espera que veamos operaciones a corto plazo.
Caixa, BBVA y Santander gustan; Popular no
Dentro
de este clima generalizado, no todos los bancos son iguales, como el
mercado ha dejado meridianamente claro esta semana. En el lado positivo,
se sitúan los dos grandes, aunque más bien por sus negocios
internacionales (Brasil en Santander, México y Turquía en BBVA) que por
una evolución en España bastante en línea con la media, o incluso por
debajo en el caso de un Santander penalizado por la Cuenta 1, 2, 3.
CaixaBank es el que más ha gustado en el ámbito puramente nacional, ya que es el único que ha conseguido un crecimiento en el margen de explotación. Por el contrario, Bankia ha decepcionado y se critica su falta de iniciativa para reaccionar a la caída de márgenes. Sabadell ha cumplido las previsiones, pero los inversores consideran que ya estaba en precio, y su cotización cayó el viernes un 3,78%.
Sin duda ninguna, los peores resultados han sido los del Popular, que a la necesidad de acometer unos enormes saneamientos de su ladrillo suma una caída de márgenes mayor de la esperada. Si unimos las dudas del mercado sobre su capacidad de cumplir las promesas que hizo en la ampliación (empezando por la segregación de su banco malo), se explica el desplome del 8,42% de este viernes hasta quedarse al filo del euro por acción.
CaixaBank es el que más ha gustado en el ámbito puramente nacional, ya que es el único que ha conseguido un crecimiento en el margen de explotación. Por el contrario, Bankia ha decepcionado y se critica su falta de iniciativa para reaccionar a la caída de márgenes. Sabadell ha cumplido las previsiones, pero los inversores consideran que ya estaba en precio, y su cotización cayó el viernes un 3,78%.
Sin duda ninguna, los peores resultados han sido los del Popular, que a la necesidad de acometer unos enormes saneamientos de su ladrillo suma una caída de márgenes mayor de la esperada. Si unimos las dudas del mercado sobre su capacidad de cumplir las promesas que hizo en la ampliación (empezando por la segregación de su banco malo), se explica el desplome del 8,42% de este viernes hasta quedarse al filo del euro por acción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario