El Ayuntamiento rechaza las propuestas del Real Oviedo por las marcas del club
Patrimonio aboca a la entidad a firmar un nuevo convenio de cesión por cuatro años o a la compra del escudo y el dominio web por 4,8 millones
La pelota, pese a que «está en el tejado del Ayuntamiento», como expresó hace dos días el director deportivo del Real Oviedo Joaquín del Olmo haciéndole un guiño al alcalde, lleva pinchada desde el 14 de agosto, cuando la sección de Patrimonio informó negativamente a la petición del Real Oviedo bien de extender la cesión del contrato de uso del escudo y el dominio web de la entidad, bien de firmar un nuevo convenio por un plazo de 20 años, «o el mayor que sea posible», por 240.000 euros a razón de 12.000 cada ejercicio. El informe, al que ayer tuvo acceso este diario, desestima las alegaciones presentadas por la entidad carbayona para recomprar, eventualmente, y con un precio similar al de 2009, sus marcas.
Para ir tirando, mientras tanto, la cifra propuesta por el club no es aleatoria. Las entidades locales no pueden, según la ley, ceder el uso de sus bienes por debajo de un 6% del valor de venta. Con la nueva tasación que el Consistorio solicitó a la empresa Dungarvan, esos 240.000 euros corresponden al porcentaje mínimo de los 4 millones de la valoración (4,8 con IVA), frente a los 3 por los que se compraron las marcas en 2009.
El informe, que resuelve en diez páginas las razones jurídicas por las que el Ayuntamiento no puede aceptar las demandas del club al contravenir estas el interés general del municipio, deja la puerta abierta, por el contrario, a la firma de un nuevo convenio de cesión hasta el fin de la temporada 2021/2022 y «por un precio no inferior a esos 240.000 euros más IVA». Cuatro años, no veinte.
El redactor del expediente se pregunta a continuación que si con los dos anteriores convenios de cesión el Ayuntamiento ha ingresado 360.000 euros en ocho años, es bastante extraño que en 20, ingrese 240.000: «¿Por qué en momentos de bonanza para la entidad como se desprende de sus alegaciones, debería ampliarse cinco veces más?».
Por otro lado, el club apela a la condición de socio del Ayuntamiento para tratar de ablandar a Patrimonio. Tampoco cuela. Pese a que el valor de sociedad se ha incrementado desde que la adquirió el grupo Carso, el informe no encuentra ligazón entre la tenencia de acciones y ser propietario de las marcas.
Además, los servicios municipales se blindan frente a las pretensiones del Real Oviedo elevando el dictamen a Abogacía Consistorial y a Intervención General.
Difíciles de entender, entonces, esas palabras de Del Olmo alineándose junto al alcalde frente a «otros grupos del Ayuntamiento» cuando a lo que se enfrenta el club es a la interpretación de la legislación que se hace desde las consistoriales.
El problema para la entidad deportiva es la tasación. El precio de 2009 y el de ahora. Y cómo justifica en sus alegaciones que el escudo debería regresar a su propietario original «sin costar un euro más de lo que se dio». Todo, porque lo que pagó el Ayuntamiento en su día, esos 3 millones, eran ciencia ficción con un equipo peleando por salir del barro de la Tercera y Segunda División B.
Esa nueva valoración de las marcas del club, que la tasación eleva a 4,8 millones sustentándolas en «la mejora de la situación del Real Oviedo en los últimos años y la tenencia sostenida en el tiempo de esta línea» se contraponen a los argumentos utilizados por el club que abona también en su buena salud deportiva y financiera la tesis que, por el contrario, justifique un precio a la baja.
Con fecha de 25 de julio, el presidente de la entidad carbayona, Jorge Menéndez Vallina, escribió a Patrimonio para reiterar que el club «no comparte el valor dado a las marcas ya que el incremento del valor experimentado sobre el precio tiene su única causa en los éxitos deportivos del club y la correcta gestión de su situación económica». Los funcionarios municipales tampoco pasan por alto esto último y recuerdan que este argumento solo estaría justificado para abaratar la tasación «en caso de un indeseado descalabro deportivo-económico-financiero de la entidad».
Por último también despacha Patrimonio la última de las pretensiones del club: la firma de un contrato por un año y con la posibilidad de que, una vez vencido, sea el Real Oviedo quien realice una tasación que abarate la compraventa. Algo que «dejaría en manos de la parte del contrato no propietaria de las marcas y dominio el ejercicio de la tasación en función de sus intereses».
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