Científicos de toda España defienden los «incontestables» hallazgos de Otín
«La revista está en su derecho de retirar los artículos, pero había una solución mejor para la ciencia: su corrección», opina Juan Valcárcel
Científicos de todo el país cerraron ayer filas en torno a Carlos López-Otín. Lo hicieron después de que dos revistas exigieran al catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo la retirada de nueve artículos, publicados entre 2000 y 2007, en los que se refiere la identificación de nuevos genes humanos implicados en el cáncer y otras enfermedades. El propio Otín reconoce que en dichos trabajos había «fallos». Errores «mínimos» en algunas imágenes que «no afectan a las conclusiones finales», remarcaba ayer uno de los integrantes de su equipo, el bioquímico Víctor Quesada.
Es lo que sostienen también Carlos Suárez Nieto, director científico de la Fundación para la Investigación Biosanitaria de Asturias (Finba); Aurora Astudillo, su homóloga en el Biobanco del Principado; Luis Fernández-Vega, director del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, patrono de la Finba y presidente de la Funación Princesa de Asturias, y el experto en genómica Juan Valcárcel. Entre estos investigadores, la opinión es unánime: «Los hallazgos de López-Otín son incontestables. Todo su trabajo es reproducible». De hecho, señalan, investigaciones posteriores realizadas en otros laboratorios han validado sus conclusiones.
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«Carlos falló en la supervisión de la preparación de algunas figuras, pero eso no invalida su trabajo. Es como poner en cuestión el descubrimiento de Colón porque no supervisara correctamente el atraque de la flota en La Gomera», compara Juan Valcárcel. «Por iniciativa propia», el investigador, que ahora desarrolla su trabajo en Barcelona, coordinó a un grupo de medio centenar de científicos españoles que trató de mediar con la revista 'Journal of Biological Chemistry', que edita la Sociedad Americana de Bioquímica y Biología Molecular. Al igual que hizo otro grupo de científicos internacionales, en diciembre se dirigieron a la publicación para instarle a que admitiera una corrección. «Su respuesta fue muy escueta. Nos dijo que era un asunto entre los autores y ellos. Es cierto que está en su derecho de pedir la retirada de los artículos, pero me parece un error. Que esos trabajos desaparezcan hace un flaco favor a la comunidad científica. Había una solución mejor: su corrección».
Fue lo que trató de hacer el equipo de Otín. «Ofrecimos la figura corregida desde el original para subsanar los fallos y la revista no la quiso», explicó Víctor Quesada. En el IES de Infiesto -del que fue alumno y al que ayer regresó por el 50 aniversario del centro- criticó la campaña de desprestigio a la que, a su juicio, está siendo sometido su mentor, «un investigador excepcional». «Una persona súper íntegra», abunda Aurora Astudillo que asume que, en ciencia, «por impecable que seas siempre puede haber algún error. Esto pasa en las mejores familias».
«Por odio y rencor»
Los detectados en el trabajo de Otín, apunta Carlos Suárez, son «errores menores que no invalidan el contenido de la información», porque «los resultados son inamovibles». El director científico de la Finba lamenta que con «ataques» como los dirigidos a López-Otín «se siembran dudas sobre los pilares que rigen la ciencia. Hacen daño a las personas, pero también a la Universidad y al sistema científico y solo benefician a quienes, por motivos, presumiblemente originados por el odio, el rencor o cuestiones personales, quieren ponerle en la picota sin dar la cara». Ataques que no descarta fueran alimentados desde el seno de la propia institución académica, «pero como son anónimos no se puede saber». Valcárcel también criticó que las webs en las que aparecieron artículos poniendo en duda el trabajo del equipo de Otín «se han convertido en una especie de 'Sálvame' de la ciencia» cuando «su intención inicial -servir de foro abierto de discusión científica- era buena». «Los ataques son frecuentes», admite Luis Fernández-Vega, quien anima al bioquímico a «sobreponerse, seguir adelante con su trabajo y hacer las cosas cada vez mejor».
«Estas cosas son muy dolorosas, pero no deben acabar con uno porque eso es lo que pretenden los que te atacan, que te doblegues», quiso transmitirle Suárez Nieto.
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