Si el elogio del adversario otorga la máxima altura a un reconocimiento, el de la valía política de Vicente Álvarez Areces tuvo ayer en otro expresidente del Principado, Francisco Álvarez-Cascos, a uno de los valedores más elogiosos de su trayectoria. El exministro popular, fundador y vicepresidente de Foro Asturias y sucesor de Areces al frente del Ejecutivo autonómico fue uno de los primeros políticos en acudir al Tanatorio de Cabueñes para ofrecer sus condolencias a la familia del político gijonés, y casi dio la impresión de buscar los micrófonos y las cámaras para hacer público su «reconocimiento personal a quien fue 12 años alcalde de Gijón y otros 12 presidente del Principado»: una «persona indiscutible» para la que pidió «el recuerdo y el reconocimiento de todos», y a la que un político tan poco dado a dulzuras como Cascos reconoció su altura como el rival seguramente más correoso que se encontró en las canchas tanto municipales como autonómicas.
«En el plano personal, no es hora de entrar en ninguna consideración de tipo político ni de su obra, pero es justo reconocer que fue un dificilísimo adversario. Los resultados demuestran el nivel y la talla política que alcanzó durante esos 24 años. Además fue con todos nosotros y conmigo en particular una persona muy cordial y muy afable a la que también quiero reconocerle esas cualidades que honran su figura», señaló Álvarez-Cascos.
Lo hacía instantes después de que el actual jefe del Ejecutivo regional, Javier Fernández, compareciese a su vez con gesto que dejaba traslucir muy a las claras su sentimiento ante el «mazazo» de la noticia que sobresaltaba esta mañana a toda Asturias: «Se va un compañero muy querido, un amigo», ha dicho Fernández en mitad de «un mal día para los asturianos, los socialistas y para mí». «Todo el mundo sabía quién era Areces; un servidor público comprometido políticamente ya en la etapa predemocrática con la lucha de las libertades», ha añadido el presidente autonómico, que ha resaltado «que marcó una impronta en Gijón y en Asturias en un momento en el que se estaba desarrollando la autonomía».
El tercero de los titulares de la presidencia del Principado en visitar la sala 8 del tanatorio fue el socialista Antonio Trevín,que destacó una vez más la «pasión política» y la «eficiencia y brillantez como gestor» de Areces, pero que también puso el acento en el «coraje» demostrado por el político fallecido ante quienes han arremetido «con demasiada inquina» para «echar abajo el legado» de «una de las más relevantes personas en la Ddemocracia en Asturias».
Por su parte, el primero de los presidentes de la autonomia asturiana, el también socialista Pedro de Silva, ha descrito a su sucesor como «un político integral, en el tiempo (casi medio siglo metido a fondo en faena) y el espacio (Gijón, Asturias, España), siempre con intensidad, discurso, compromiso, ejecutoria y ejecuciones». De Silva valora especialmente la «consistencia de ideas y consistencia de frutos» en el quehacer político de Areces y su «entrega total», con cualildades como la «inteligencia, audacia, peligro (para el adversario) y ambición de poder y de hacer». «Demasiado», puntualiza, aunque también aprenciando que «tanta potencia disculpa algunas demasías».
inalmente, Juan Luis Rodríguez-Vigil, segundo presidente socialista del Principado y ausente estos días por viaje al extranjero, se ha mostrado en declaraciones a Europa Press «profundamente consternado» por el fallecimiento de «un político todoterreno y vocacional que no tenía intención de jubilarse porque le apasionaba la política y el servicio público».
No hay comentarios:
Publicar un comentario