Y tú de cabeceru eh!
Gaspar Llamazares: «O reconstruimos una izquierda seria y plural o el votante se quedará en casa»
Gaspar Llamazares. Impulsor de Actúa y coportavoz de Izquierda Abierta
«Sería un error que IU de Asturias se plegase ante Madrid, ante una dirección burocrática y espectral; no le aportaría nada»
No ha sido esta que termina una semana cualquiera en la vida de Gaspar Llamazares. Enfrascado en una batalla política sin cuartel con la dirección federal de IU que lidera Alberto Garzón, el hasta ahora diputado y portavoz en la Junta General consideró que la situación había llegado a un límite y, pese a contar con el respaldo de una mayoría de la federación asturiana, decidió dejar sus cargos y renunciar a liderar la candidatura en las elecciones autonómicas de mayo. Ahora, a través de Izquierda Abierta, el partido que encabeza en el seno de IU, y de Actúa, la plataforma pensada para promover espacios de diálogo y acuerdo en este ámbito ideológico, se plantea nuevos retos, con los comicios europeos de la primavera como punto de partida. En esta entrevista, Llamazares habla de pasado, presente y futuro.
-Dimitió el lunes, el martes dio explicaciones públicas y el miércoles recibe un burofax de Izquierda Unida federal dando trámite al expediente disciplinario. Menuda semana.
-La dirección federal ya sabía que yo había renunciado y siguió con el procedimiento. No sé si interpretarlo como una inercia burocrática en una dirección a la que solo le queda la burocracia porque no tiene política, o como una persecución. Si el acoso continúa, me defenderé. Entre otras cosas, porque vuelven a utilizar para su objetivo una conversación privada, no pública, y bordean así los límites de la irregularidad en un procedimiento inquisitorial.
-¿Se siente perseguido?
-Me he convertido en una obsesión para la dirección federal de IU, que cree falsamente que eliminando a quienes piensan distinto están más acertados. Y no es así. Primero se empezó con las federaciones, recuerde que no hay nadie de Asturias en la lista europea, y luego siguen con las sensibilidades. Hoy les queda una parte minoritaria del PCE, no el PCE. A falta de política, les queda la caza de brujas y una dirección convertida en una oficina burocrática.
-¿Cree que le expulsarán?
-Sí, el final del camino será la exclusión de IU. Como adversario interno ya me han cortado las alas, ¿qué necesidad tienen de expulsarme? No lo entiendo. Ahora bien, yo soy de un partido federado de IU y no pueden sancionar a sus militantes y mucho menos expulsarlos.
-¿Por qué acabó renunciando? ¿Qué pesó más en su decisión?
-Lo que más pesó fue que sabía que no iban a parar. La idea inicial era aguantar la tormenta, si IU de Asturias aguantaba yo también lo haría. Íbamos a primarias y que decidieran los militantes. Pero la tormenta se convirtió en tsunami, y no iban a parar ni en campaña electoral. Ni siquiera sé si la nuestra sería la única candidatura de IU, lo que sería gravísimo y nos dejaría en una situación fatal. En una situación de confrontación, no sería descartable que se acabase en una intervención o en una ruptura. Eso me decidió. Ni un partido estatal haciéndonos la guerra ni la ruptura son la mejor antesala de un buen resultado electoral, el que Izquierda Unida de Asturias se merece.
-¿Se sintió suficientemente respaldado por IU de Asturias? ¿Temió que a una parte de la organización le temblasen las piernas en el momento decisivo?
-Me sentí respaldado por una mayoría de la organización incluso en los momentos más difíciles. El problema que sí constaté, y del que advertí, fue que la lentitud en la toma de decisiones sobre la candidatura le daba a la dirección federal pie a la intervención. Debimos ser más ágiles, pero la negociación de una candidatura de consenso se alargó y el control de los tiempos, que al principio fue nuestro, pasó a la dirección federal y quedamos en una posición de debilidad. Otra cosa es que hubiera declaraciones públicas más o menos afortunadas que no oculto que en algún caso me molestaron.
-Entiendo que se refiere al coordinador, Ramón Argüelles, que le reclamó una desvinculación total de Actúa. ¿Lo interpretó como un intento de forzar su salida?
-No, no creo que fuera así. Sé que Ramón tiene una posición difícil y ha tenido que hacer equilibrios. Proviene de una asamblea convulsa, con un apoyo del sector más garzonista, y la evolución hacia la mayoría no ha sido fácil. He entendido la mayor parte de las declaraciones, aunque algunas no me sentaran bien por innecesarias, pero eso no ha sido algo determinante. En general creo que Ramón ha aguantado el tipo ante la dirección federal en situaciones complicadas.
Fallaron los tiempos
-Si, como usted dice, la candidatura se hubiera resuelto antes, ¿el desenlace sería diferente?
-Sí porque no hubiéramos llegado a un límite. Hubiéramos tenido tiempo para cohesionar las filas y a la dirección federal le hubiera sido más difícil chantajearnos con una intervención. Con una candidatura votada por la militancia hubiera tenido muy difícil desmontarla o impulsar otra. Con más agilidad todo hubiera sido diferente.
-¿Comprende que haya cargos y militantes en IU de Asturias que se sientan abandonados por usted, incluso traicionados?
-Sí, por supuesto. La política asturiana está hoy muy determinada por la española. Estos cuatro años, sobre todo los dos últimos, han sido muy duros. IU de Asturias se quedó sin una referencia en el Congreso y en la dirección federal. Había la idea de que este escenario, el de un partido que fuera una 'aldea gala', podía repetirse otra legislatura.
-¿Usted no lo cree?
-Estoy convencido de que habíamos llegado a un límite y que era necesaria una salida. No ha sido comprendido por una parte de la organización que yo trabajase por la construcción de una referencia estatal, porque hay quien piensa que es posible un partido asturiano sin que tenga una referencia estatal, o que la tenga pero a medio plazo. Quizá esos compañeros piensan que la renuncia es precipitada, y que se podría capitalizar la legislatura con mi candidatura, por un lado, y por otro, a medio y largo plazo, rehabilitando a la dirección federal o construyendo algo nuevo. Pero la dirección federal es irrehabilitable, está disuelta en Podemos a todos los efectos: orgánico, político... En IU hay algo bueno que es una visión disciplinada de la militancia, y en esa visión es difícil reconocer que la relación se rompe y hay que afrontar un divorcio. Una mayoría creía que a lo máximo a lo que había que llegar era a una separación lo menos conflictiva posible, yo pensaba que el divorcio era irreversible y que había que gestionarlo.
-Pero las dudas sobre su participación en Actúa son legítimas. Hay quien dice que es como si Susana Díaz se presentase a las elecciones con el PSOE en Andalucía y con otro partido en Madrid.
-Que se mencione a Susana Díaz no es casual, ya he oído otras veces esas sospechas de estar cercanos al adversario. Pero en la política actual, líquida, ese tipo de iniciativas es algo obligado. Los viejos esquemas de militancia y organización han saltado por los aires. Hoy gran parte de la política asturiana viene determinada por la estatal, y si no tienes una referencia estatal, o cambias de referencia o mueres. IU federal fácticamente ha desaparecido, no sé cómo explicárselo a mis compañeros. IU federal solo es el esqueleto de lo que fue, solo queda el ropaje burocrático. Su política ha desaparecido y buena parte de los votantes lo han reconocido y no votan a Unidos Podemos porque no es IU. Así que o construimos una referencia de la izquierda que era IU, una izquierda plural, dialogante, seria, de sensibilidades, o la gente se va a quedar en casa y esa cultura política solo aparecerá en los museos de antropología.
-No sé si hay hueco para esa izquierda con el PSOE o Unidos Podemos ya peleándose por la tarta.
-Estoy convencido de que sí. La izquierda a la que representó IU no está representada por Unidos Podemos ni desde el punto de vista de la identidad, ni en las alianzas, ni en el modelo de Estado... No se trata de un partido a la búsqueda de votantes sino de votantes a la búsqueda de un partido.
Movimientos en Madrid
-¿El movimiento de Manuela Carmena e Íñigo Errejón le seduce? ¿Le ve proyección federal?
-Tiene que ver con el ámbito de Madrid, un entorno urbano donde más cuajó el 15-M. Pero creo que no es extrapolable al conjunto del Estado. Creo que tiene que ver con la institucionalización y el cesarismo de Podemos, que han provocado desilusión y la incompatibilidad con otras personas e ideas. Que eso pueda consolidarse como un proyecto que converja con otros en el ámbito del Estado, veremos. No me ha resultado extraño que no quisieran hablar, o hablar sí, pero no incorporar a Actúa. Pienso que aún no han decidido su futuro, si van a ser un ala del podemismo refundado o si rompen amarras con el proyecto original y articulan otro partido.
-¿Por qué cree que no están por la labor de contar con Actúa?
-Nosotros hablamos con quien quiera hablar. Lo intentamos hacer con Unidos Podemos pero no quisieron. Hablamos con quien quiera, con Íñigo y con Carmena, como lo hicimos con Pedro Sánchez antes de que fuera presidente del Gobierno. Creo que aprovechan a Actúa para seguir diciendo a su marca original que ahí siguen, que son fieles. Ningún problema, seguimos con voluntad de hablar y los compañeros de Madrid decidirán si van a las autonómicas o si el lío de partidos ya es suficientemente grande. Nuestra voluntad es ir allí donde podamos en candidaturas de colaboración, y en otros casos con candidaturas de identidad. La candidatura europea tiene que tener identidad para ejercer de locomotora del proyecto de reconstrucción de la izquierda.
-La hoja de ruta es que Actúa se presente al Europarlamento bajo el paraguas del movimiento 'Primavera Europea' que abandera el ex ministro griego de Finanzas Yanis Varoufakis.
-No hay candidaturas paneuropeas, pero tener relación con otras candidaturas es bueno. Luego habría que ver cómo se articula todo eso en un grupo parlamentario, que debe ser plural. Es bueno tener una referencia y Varoufakis es una referencia de la izquierda. Este es un tema muy importante porque si hay una referencia de reconstrucción del proyecto, esa es la referencia europea.
-¿Será usted el candidato?
-Yo estaré en lo que Actúa considere, pero no hay nada maduro aún. Estoy dispuesto a participar pero aún no sé en qué ámbito.
El futuro en Asturias
-Con su salida, ¿IU de Asturias lo tendrá más complicado?
-Con mi presencia tendría más fácil capitalizar la estrategia de una legislatura y el conocimiento de una figura pública, con sus cosas positivas y negativas. Ahora lo tendrá más fácil a nivel interno, con la dirección federal, y tiene el reto de hacer compatible la rentabilización de la política hecha con la renovación. Ya lo ha hecho otras veces y estoy convencido de que sigue teniendo posibilidades de conseguir un buen resultado en mayo.
-¿Le decepcionaría una pacificación interna que pasase por que IU de Asturias se pliegue a Madrid, a Garzón y los suyos?
-Me parecería un error porque supondría que IU de Asturias se plegase ante el fantasma, el espectro de IU. Que una IU real se plegase ante una IU burocrática y espectral sería un error y no aportaría nada.
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