Carreño cae desquiciado en Australia
Una decisión arbitral en el desempate final inclina el intenso duelo ante Nishikori
Pablo Carreño se quedó con la miel en los labios tras más de cinco horas de partido. Tuvo en sus manos el triunfo ante el japonés Kei Nishikori, lo que suponía el pase a los cuartos de final por primera vez en su carrera en el Open de Australia, el Grand Slam que abre todos los años el curso tenístico. Pero una controvertida decisión arbitral, con todo a su favor -el marcador reflejaba en ese momento 8-5 en el 'super tie-break'-, sacó de su casillas al asturiano, que protestó con vehemencia al juez de silla, al considerar tremendamente injusta su postura. Y es que Carreño, a partir de dicho momento, no sumó más puntos y cometió además varios errores que acabaron condenándolo ante un 'top ten' como el japonés, al que no se le puede conceder nada. El resultado final para el nipón fue por 6-7 (8), 4-6, 7-6 (4) 6-4 y 7-6 (8).
Y tiene su fundamento la protesta del gijonés, porque en el libro de normas se refleja claramente que «si el juez grita antes del impacto el punto debe repetirse al entenderse que condiciona la reacción de los jugadores». Se trata de la postura que defiende Carreño al interpretar que el canto de fuera ha sido previo al impacto, pese a que en la repetición no está del todo claro, pero da la sensación de que grita después. Sin embargo, el juez de silla toma la decisión, porque, según estima, el aviso se produce después del impacto de Nishikori y el desenlace de la jugada no parece condicionado, porque el japonés conectó un tiro ganador al que el gijonés no llegó. Sobre esto último, Carreño explica que que «le da igual lo que haya hecho Kei, porque cantaron algo erróneo en mitad de un punto y han podido llevar a un fallo a los jugadores en pista», que en su caso fue precisamente él quien fue perjudicado. La norma es interpretable, pero si se apela al sentido común, lo lógico es repetir la acción si se produjo un cántico erróneo en mitad de un punto.
Del 8-5 a favor del asturiano se pasó al 8-10 para Nishikori, quien firmó el final del partido con un saque directo. Carreño, al sentirse ultrajado, no le dio la mano al árbitro -sí a su rival- y tras recoger su equipamiento comenzó a insultar al juez mientras abandonada la pista. Un final inmerecido para el que podría haber sido el tercer español en cuartos, tras las presencias confirmadas de Nadal y Bautista.
Posible sanción
Quedará por ver si hay una posible sanción a Carreño por los insultos y una poco probable explicación de la jugada por parte del juez.
En cuanto al resto del partido, los aficionados disfrutaron con ambos jugadores, porque se pudo comprobar un encuentro de altísimo nivel. En el primer set, Pablo fue mejor en los momentos cumbre y tomó ventaja pronto para resolver en el 'tiebreak'. El segundo fue una batalla psicológica en la que, tras cuatro oportunidades de rotura para cada uno, Carreño dio un zarpazo al resto que dejó tocado a su rival. En la tercera manga, el nipón elevó su nivel y el gijonés, que percibía cómo cambió el partido, cedió terreno. Mantuvo el tipo y llegó al desempate, en el que el nipón dio un golpe de efecto. Ya en el cuarto set, Nishikori tomó pronto ventaja y, pese a perder el saque, impuso su tenis.
En el 'tiebreak' del quinto, la citada polémica que descentró al tenis forjado en el Grupo decidió el partido. Pese a la derrota, Carreño puede irse con la cabeza alta, porque ofreció su mejor versión, la que le llevó al 'top 10' tras el Open Usa de 2017. Y a buen seguro que este año dará muchas alegrías y comenzará una escalada hacia los puestos altos del ránking mundial.
Córdoba, Buenos Aires y Río de Janeiro serán las próximas citas del calendario de Pablo Carreño en este 2019, después de la decepción que supuso su eliminación de ayer
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