lunes, 8 de enero de 2024

Gijón y su gran ...." Matu "

Gavia, OTEA y el bulevar de El Musel Por Víctor Guillot 8 enero 2024 La Semana Negra en los terrenos de Naval Gijón. Lo llamaron el Plan Azul. Era uno de los puntos estratégicos incorporado al programa electoral de Foro. Su validez o no se vería contrastado meses después con un resultado electoral exiguo pero suficiente para gobernar, con el apoyo de PP y Vox. Hace unas semanas, la Autoridad Portuaria tasó en 5,1 millones de euros el precio del suelo que se extiende en los terrenos de Naval. Hay que conquistar el oeste de Gijón, decíamos entonces. La conquista fue electoralmente. Y ahora, con la chequera del Ayuntamiento en la mano, se atisba una operación económica arriesgada para la que el gobierno municipal no está preparado. Se trata de una operación compleja. No basta con adquirir los terrenos de El Puerto. Hay que convencer a Álvaro Platero, hombre del PP y, sobre todo, propietario de Pymar, de la rentabilidad de la operación. Quieren convertir a Platero en otro promotor inmobiliario, como lo está siendo Lourido. Probablemente el empresario naval esté observando con bastante recelo los movimientos que se están sucediendo alrededor de su propiedad. El industrial se ha sentado en el porche de su cabaña y observa como un vaquero asediado sigilosamente por los indios que merodean alrededor de su rancho. Qué razón tendría Platero para entregar sus tierras a unos promotores si ese trabajo ya lo puede hacer él, pensará. De momento, Lourido ya le ha dado una medida, un precio, sobre el que especular: 5 kilos pesan el 65% de ese suelo. Que Platero haga su personal regla de tres. Volvamos al principio. Lo llamaron el Plan Azul. En esencia, se trataba de erigir un nuevo parque tecnológico orientado hacia la economía del mar, quintaesenciado por la sostenibilidad, la revolución digital, la investigación, la innovación y el desarrollo. Seria el saneamiento de una zona deprimida y abandonada durante décadas, regada aparentemente por millones de euros procedentes de Fondos Europeos, abocetada de edificios inteligentes y cimbreada por el viento de un pasado que había visto como bajo unos viejos astilleros, se podía soñar una playa como la de Poniente y hacerla realidad. Pero no todo el mundo es Tini Areces. La realidad, seis meses después de las elecciones, es otra. El Plan Azul no es un parque tecnológico sino un simple y vulgar bulevar sembrado de locales, restaurantes y zonas de ocio. Harbour Club Ibiza. En OTEA están encantados. Mayormente, Ángel Lorenzo y el Grupo Gavia. Quien sabe, quizá el hombre que empezó su negocio con un bulevar en El Muelle, hoy vea culminado su proyecto con otro de grandes dimensiones en el Oeste donde se pueda bailar cumbia y bachata. La cumbia es el nuevo punk, me dijo un día Pablo Lesuit. Pues allá vamos, con un poco de punk: nadie se puede imaginar a los Alvargonzález gestionando pubs, pero no hace falta abrazarse a la imaginación para darse el gustazo de pensar en esa posibilidad. En 2012, Gonzalo Alvargonzález Figaredo constaba como consejero del Harbour Ibiza, un bonito club de la isla regentado también por el presidente de OTEA, o sea, Lorenzo, o sea, ya saben. ETIQUETASactualidad_cabeceraÁlvaro PlateroAutoridad PortuariaayuntamientodestacadoGonzalo Alvargonzález FigaredoLouridoPlan AzulpymarTini Areces Artículo anterior La costa asturiana en alerta por el vertido de microplásticos

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