Farolillo rojo. Si los grandes índices bursátiles del mundo compitieran en una liga, este año al Ibex-35 le tocaría descenso. Y esque como sucede tantas y tantas veces en los campeonatos de fútbol, siempre acaba en el vagón de cola alguno de los que se desfonda en el tramo final, que echa por tierra el trabajo de todo un año.
Eso es lo que le ha sucedido en 2015 al selectivo español. En su competición particular con el resto de grandes índices europeos, ha terminado sucumbiendo. Los movimientos inversores internacionales marcaban la pauta y el Ibex, con sus más y sus menos, seguía a rueda de los grandes capos como el Dax alemán o el Cac-40 francés. Ha sido en el mes de diciembre, a pocos kilómetros de meta, cuando se ha soltado del pelotón de cabeza y se ha quedado atrás, para retroceder nada menos que un 8,1% en sólo 31 días, lo que supone su peor mes de cierre de año desde hace trece ejercicios, allá por aquel 2002 en el que se empezaba a oler a euro.
El declive del último mes del año ha machacado a un Ibex que cierra ejercicio con una caída del 7,15%, lo que supone romper una racha de dos años al alza y lo deja en la peor situación desde 2011, cuando los fantasmas de la crisis económica se aparecían en cada esquina.
El doping suministrado por Mario Draghi desde el Banco Central Europeo se presuponía un catalizador para la renta variable europea, y así lo ha sido para la mayoría de bolsas del Viejo Continente. Tanto es así que el Dax y el Cac, los índices más grandes, han conseguido elevarse alrededor del 9% en estos doce meses que acabamos de dejar. La comparación es aún más sonrojante para el Ibex si se le coloca frente a los vecinos de Italia y Portugal, que se han elevado a doble dígito. En torno al 10% el principal selectivo luso y algo más de ese 10% ha conseguido el FTSE Mib de Milán.
La estabilidad política, la clave
¿Cuál ha sido el denominador común de las pérdidas? El clima político. No es casualidad que este fatídico mes de diciembre para el Ibex haya coincidido con una campaña electoral que finalmente ha alumbrado un escenario político muy fragmentado. Los inversores han decidido dar un paso atrás hasta que se pongan más cartas boca arriba sobre la conformación el Gobierno de España. Hoy por hoy, en el primer día de 2016, nada está claro, con lo que no es descartable un parón de la inversión debido a que, finalmente, los responsables políticos se vean abocados a convocar nuevo comicios, lo que podría alargar la incertidumbre por un tiempo aún más extenso.
Casualemente, los otros índices que peor lo han hecho también han tenido un transfondo político tenso en su país. Por un lado, el FTSE 100 de Londres. Aunque ha caído en torno al 5%, menos que el Ibex, Reino Unido ha celebrado elecciones, además de un referéndum de independencia en Escocia. Pero el camino aún está sin despejar, ya que la hipotética salida de Gran Bretaña de laUnión Europea sigue encima de la mesa.
Por otro lado, el paradigma en 2015 de la confusión en los mercados por razones políticas ha sido Grecia. Varias elecciones y disputas de sus mandatarios con Europa han llevado a la Bolsa de Atenas a registrar undescenso superior al 25% en el año.
¿Y qué pasa con la prima de riesgo? Ahí sí, la medicina del Banco Central Europeo ha surtido efecto para España. Las compras de bonos que cada mes realiza Mario Draghi han sido mano de santo para neultralizar a la prima que tantos dolores de cabeza dio a España en el verano de 2012.
Fuera de Europa
Tanto Wall Street como el Nikkei han estado mejor que el Ibex. No obstante, tampoco ha sido el año de Nueva York. El principal selectivo, el Dow Jones, se ha dejado un 2% anual. También ha quedao rezagado, aunque prácticamente plano, el S&P 500. Hoy por hoy, el rey es el índice de las compañías tecnológicas. El Nasdaq ha ganado un 9%. También ha sido fuerte la revalorización en el país de los empreadores. El Nikkei japonés, bolsa de referencia en Asia, se ha elevado más del 10%.
Otros con problemas
Uno de los factores que más contagió negativamente a las bolsas en 2015 fue la caída de los índices chinos durante el verano. Así, el índice de referencia en Hong Kong ha sido uno de los que peor año ha hecho con un descenso de más del 7%. En último lugar, otra de las potencias emergentes con problemas políticos y económicos que lo está pagando en el parqué: Brasil. El índice de la samba ya no baila y su primer selectivo, el Ibovespa, ha perdido alrededor del 13%.
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