Los asturianos beben como nórdicos
Un estudio sobre drogas y adicciones confirma el cambio de modelo mediterráneo, de consumo diario, por los atracones habituales en el norte de Europa // Se retrasa la edad de inicio en el tabaco y el cannabis
SUSANA D. MACHARGO
@SMACHARGO
VIERNES 05 DE FEBRERO DE 2016
Los asturianos ya beben como nórdicos o, al menos, imitan sus patrones. Han pasado del consumo de alcohol moderado pero a diario --el denominado modelo mediterráneo-- a los atracones en festivos y fines de semana --el nórdico--. Esto supone que las estadísticas reflejan una caída en la frecuencia y un repunte en la ingesta puntual y desmedida. Pasa, sobre todo, con los jóvenes pero también en el resto de las edades. Así aparece reflejado en el último estudio sobre drogas y adicciones publicado por el Principado de Asturias. La Consejería de Sanidad ha hecho una recopilación de todos los informes publicados en los últimos ejercicios para analizar las tendencias y los ha editado junto con la Ley de Atención Integral en Materia de Drogas y Bebidas Alcohólicas que entró en vigor en marzo de 2015. Este análisis reposado ha servido para descubrir algunos aspectos positivos, como el retraso en la edad de inicio tanto en el alcohol como en el tabaco y en el cannabis. A la vista de los datos, el Gobierno asturiano califica de "leyenda urbana" la letanía de que las administraciones no pueden hacer nada para frenar el contacto de los más jóvenes con las drogas, legales o ilegales.
Hay en este nuevo estudio luces y sombras. Con respecto al alcohol, parece positiva la rebaja del consumo diario pero se activa la alerta con los atracones. También llama la atención de los expertos el incremento exponencial de consumo entre las jóvenes, sobre todo en el apartado de mujeres menos de 18 años que admiten haberse emborrachado en el último mes. Por esa razón, auguran un futuro en el que los problemas de salud relacionados con el consumo de alcohol acaben equiparándose entre hombres y mujeres, algo que ya sucede desde hace tiempo con el tabaco. Tampoco parece particularmente beneficioso que entre 30.000 y 40.000 asturianos mantengan una relación peligrosa con el alcohol, con pautas de riesgo. De hecho, se ha incrementado el número de alcohólicos que acuden a centros de desintoxicación.
En diferentes apartados de este trabajo, se analiza la edad del primer contacto con las drogas, tanto a nivel experimental como como cotidiano. Se ha retrasado el inicio del consumo de alcohol, cannabis y tabaco. Sobre las bebidas, los expertos indican que ahora está situado en los 14 años. Esto supone que se ha conseguido retrasar la edad de inicio en medio año desde el 2008. Aunque es un paso pequeño, lo consideran significativo. El primer cigarrillo se enciende a los 13,9, es decir, casi a los 14. El primer porro se fuma a los 15. Son edades tempranas pero más elevadas que hace una década.
La última ley del tabaco -- la Ley 42/2010 de Medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco-- no ha sido tan eficaz como se esperaba. La Consejería de Sanidad del Principado, con los datos en la mano, reconoce que "no ha tenido un efecto reductor, ni drástico ni inmediato, sobre el porcentaje de consumidores en población general", así que recomienda no bajar la guardia y "mantener las medidas preventivas y de abandono del hábito tabáquico que se vienen desarrollando". No obstante, también en este apartado caben matices. El efecto no ha sido drástico en la población general pero sí entre los jóvenes. El informe recoge que entre los adolescentes el porcentaje de fumadores a diario ha bajado al entorno del 10% y que, a diferencia de lo que sucede en otros tramos de edad, es igual para hombres y para mujeres. Parece que esta labor preventiva sí que está dando resultado. Otra cosa es la deshabituación. Los números globales reflejan que todavía el 25,4% de los asturianos fuma y que se han desenganchado de la nicotina más hombres que mujeres.
Con respecto a las drogas ilegales, las más prevalentes siguen siendo el cannabis y la cocaína, aunque ambas registran un descenso generalizado de los consumos diarios. La alerta, en ambos casos, es el incremento del denominado consumo experimental y esporádico, es decir, la gran cantidad de jóvenes que lo prueban y lo utilizan de forma puntual ligado al ocio.
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