EL 88% DE LOS
DIRECTIVOS DE LAS GRANDES EMPRESAS CONSIDERAN QUE EL PRESUPUESTO
DESTINADO A LA TRANSFORMACIÓN DIGITAL ES EL PRINCIPAL IMPEDIMENTO
MÁS DEL 70% DE LOS
DIRECTIVOS SEÑALAN QUE LAS TRES BARRERAS MÁS IMPORTANTES PARA EL ÉXITO DE
UNA TRANSFORMACIÓN DIGITAL SON UNA CULTURA DE SILOS FUNCIONALES, LA
INDEFINICIÓN DE ROLES SOBRE DICHA TRANSFORMACIÓN Y LA ESCASEZ DEL
PRESUPUESTO
ICEMD -el Instituto de
la Economía Digital de ESIC-, ha presentado el estudio “Una
transformación digital incompleta” basado en una
encuesta a 70 directivos de grandes empresas españolas representando a 12
sectores que suman en conjunto una facturación anual superior a
74.000 millones y más de 240.000 empleados, en el que desvela los
principales frenos de la transformación digital en España. El estudio
constata, entre otras cosas, que la transformación digital está generando
mucho ruido y tensiones en las organizaciones y originando debates sobre
cómo se ha de llevar a cabo, quién ha de liderarla y cuáles son los roles
de los directivos, muchos de los cuales la consideran un sinónimo de
cambio tecnológico o una mera tendencia.
Madrid 26 de octubre de 2018.- El
estudio “Una
transformación digital incompleta” ha sido
elaborado por los profesores de ICEMD Michael de José Belzunce y David
Aguirre, con la colaboración de CIONET, itSMF y Penteo, y parte de una
encuesta a 70 directivos de grandes empresas españolas representando a 12
sectores que suman en conjunto una facturación anual superior a 74.000
millones de euros y más de 240.000 empleados. Éste concluye que la
empresa española está caminando hacia una transformación digital
incompleta y descubre cuáles son las principales trabas de la
transformación digital en el universo empresarial en España.
¿Transformación o disrupción?
Las
empresas españolas encuestadas identifican la oportunidad del impacto
positivo a corto plazo que proporcionan las tecnologías digitales, y
están lejos de entender su potencial disruptivo. Muchos directivos
consideran que la transformación digital es simplemente una revolución
tecnológica. Según ellos, su importancia radica en el impacto en la
productividad, las reducciones de costes y los nuevos productos que
pueden crearse basados en los mismos. Este concepto, bastante extendido,
resulta minimalista y aunque tiene un impacto positivo en el negocio,
resulta limitado, cortoplacista y se refleja en los objetivos que las
empresas persiguen con la transformación digital.
Según
los directivos que han participado en el estudio, con la transformación
digital las empresas quieren incrementar ventas con una mayor y mejor
presencia en canales digitales, reaccionar lo más rápidamente ante las
nuevas demandas de los clientes, fidelizarles mediante la mejora de la
experiencia de usuario, adelantarse o defenderse de una disrupción
en el sector, reinventarse y crear nuevos canales de venta.
A
partir de este análisis ha sido posible concluir que el cliente está
presente en tres de los motivos más mencionados: reaccionar rápidamente a
la demanda, aumentar ventas y fidelizar a los clientes.
Lo
que más preocupa a los directivos es la velocidad de reacción al cambio:
no solo es el motivo más citado (82%), sino el más valorado como crítico
para la empresa (un 42% de menciones, casi el doble que el resto de las
menciones que han sido valoradas como críticas). Estos datos parecen
reflejar una clara conciencia de que el ritmo de cambio de los
consumidores es un reto para la empresa, que debe reducir sus ciclos de
innovación y acelerar el ritmo de lanzamiento de nuevos productos.
“Las empresas españolas están lejos de entender que la
transformación digital es sobre todo una oportunidad de disrupción,
quedándose en la superficie de las posibilidades que ofrece la
convergencia de las tecnologías digitales para innovar” ha
declarado Joost van
Nispen, CEO y fundador de ICEMD.
La tentación del impacto a corto plazo
Este
enfoque funcional de la transformación digital representa una primera
fase práctica, donde se buscan resultados inmediatos y donde los
responsables funcionales se sienten atraídos por las promesas de mayores
ventas y productividad. Cada área es capaz de acotar bien los beneficios
esperados, los recursos necesarios y el riesgo: sin necesidad de contar
con la colaboración de otras áreas (lo que siempre es más complicado y
hace el proceso más lento). Las áreas aprovechan la versatilidad de las
tecnologías digitales- y la frecuente lentitud de reacción del área de TI
- para buscar aplicaciones inmediatas al margen y sin la colaboración del
área de Sistemas. Los beneficios a corto plazo para las áreas
funcionales- rapidez e independencia de TI- oscurecen las desventajas a
largo plazo: los costes ocultos de la posterior integración y la alta
tasa de proyectos fallidos.
La importancia del cambio de cultura
La
transformación digital es un proceso de cambio que afecta a toda la
organización y cuyo éxito requiere no sólo de la incorporación de nuevas
tecnologías sino -y esto es más difícil de gestionar y controlar- de
cambios en actitudes y comportamientos al nivel de toda la organización.
Los directivos afirman que un 54% de las organizaciones cree que la
transformación digital es un cambio profundo que afecta a toda la
organización; un 29% piensa que es aprovechar las nuevas tecnologías
digitales y el 18% restante una forma de responder a los nuevos hábitos
de los consumidores.
En
procesos de cambios fuertes -como es el caso de la transformación
digital- son en último término las personas las que marcan el éxito o el
fracaso de su implementación. Concretamente, son sus actitudes y
comportamientos los que determinarán en el éxito organizativo de un
proceso de cambio. Si
el cambio es radical, las personas tienen un gap medio en su nivel de
competencias emocionales del 78%. La neurociencia y la inteligencia emocional
trabajan el cambio en las personas desde dentro hacia afuera y
combinando este enfoque con un método de gestión de cambio se consiguen
los mejores resultados.
Por
todo ello la gestión de las personas se erige como uno de los aspectos
clave para conseguir esta evolución. A tal fin, los autores destacan tres
metodologías (Adkar, Kotter y Dale Carnegie). Las tres tienen un enfoque
global y sistémico, impulsado desde arriba, que establece diferentes
fases: crear un clima de cambio, comprometer y capacitar a la
organización, sostener este proceso y mantener la vigilancia.
Los presupuestos
El
88% de los directivos consultados consideran que el presupuesto destinado
a la transformación digital en la empresa es la principal barrera para la
transformación digital. Si la transformación digital se considera algo
estratégico, del que puede depender el futuro de la empresa, hará falta
un presupuesto ambicioso. Sin embargo, solo el 9% de los casos confiesa
estar en esta situación.
El CIO frente a la transformación digital
“Aun en este difícil contexto, la trasformación
digital es una magnífica oportunidad para los CIOs, pero solo para los
que tengan el coraje de aprovecharla”,
declara Enrique
Benayas, director general de ICEMD. Tan citada
transformación se apoya en la tecnología, pero lo que se transforma es
todo lo demás. En dicho proceso de cambio todo profesional ha de
encontrar su nuevo lugar. Cambia todo su entorno, necesita apoyarse en él
para llevarlo a cabo y es, paradójicamente, en este mismo entorno donde
cree encontrar las principales resistencias para dicho cambio. Antes de
cargar contra el resto de stakeholders, para resolver dicha paradoja y
dar más consistencia a su función, el CIO debería empezar por
transformarse a sí mismo.
La
transformación digital usa la tecnología, pero son las personas quienes
la realizan. El éxito de la transformación digital dependerá más de cómo
se haya gestionado a las personas que de la tecnología en sí misma. Y el
éxito profesional del CIO estará supeditado a cómo gestione sus
relaciones con ellas. El CIO ha de hacerse cómplice de su CEO y ser
consciente de que hay un mundo más allá del departamento de TI con el que
cada vez más necesita estar integrado; y con el que tiene más cosas en común
de las que le separa, aunque un día a día lleno de incidencias con ellos
pudiera hacerle creer lo contrario. Un 52% de los CIO dice que existen
tensiones entre TI y el resto de las áreas y un 43% admite que no se le
tiene en cuenta como referente tecnológico ni se respeta su visión.
Género y transformación digital
La
presencia de las mujeres en el mundo de la tecnología es escasa, un hecho
que puede afectar a la transformación digital ya que -en el estudio- la
diversidad de género se identifica como un elemento clave en la creación
de una organización con un equipo de excelencia. Solamente el 38% de los
CIOs identifica esto como un problema. Poniendo en relevancia la
importancia de tomar conciencia, pasar a la acción y participar en la
solución de un problema que afecta a todos, mediante la eliminación de
las barreras actuales.
Descárgate
el estudio aquí:
Nota: Adjunto 2 fotografías del
acto de presentación del citado estudio.
Para
más información:
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