L.N.E.La excavación que busca los restos de Lucus Asturum en La Morgal (Llanera) ha dado sus frutos. La campaña arqueológica que dirige Esperanza Martín ha localizado unas termas romanas tras algo más de un mes de trabajo sobre el terreno. La aparición de un hipocausto, el sistema utilizado por los romanos para calefactar el suelo de las zonas calientes de los baños, no deja lugar a dudas de que se trata de unas termas de época romana que estuvieron en activo hasta el siglo III.
Las habitaciones de estos baños se encuentran distribuidas en torno a un eje lineal. En concreto, en torno a un muro del que no queda prácticamente nada porque alguien expolió el yacimiento hacia el siglo XVIII. “A pesar de que faltan todas las piedras que formaban el muro, sí se conserva el mortero lateral con pinturas”, explica la arqueóloga Esperanza Martín. En concreto, se encontró “pintura blanca con motivos florales en color azul y algunas líneas en color rojo”. Recuperar estos restos decorativos es una tarea compleja porque la zona es muy húmeda y, además, se inunda con cierta facilidad, tal como apunta la arqueóloga.
Las termas romanas de este yacimiento conservan parte de las canalizaciones de agua y presentan dos salas típicas en este tipo de edificaciones: el “frigidarium” y el “caldarium”. O lo que es lo mismo: la sala donde se tomaban los baños fríos y el cuarto para baños calientes. Esta última estancia presenta un hipocausto, es decir, una estructura típica de la época romana para calentar el suelo. Estaba formada por columnas o pilas de ladrillos (llamadas “pilae”) que sustentan el suelo pero dejan un hueco por debajo por el que circula aire o agua para calentar la estancia. “Creo que en este caso se utilizaba aire y agua, las dos”, explica Martín.
Todos los suelos de este yacimiento, además, son hidrófugos para evitar las filtraciones de agua. Además, localizaron la típica moldura en cuarto de bocel, una estructura que se colocaba en los laterales de las piscinas para evitar que el agua incidiese en los ángulos rectos de la habitación y se produjesen filtraciones.
La existencia de unas termas en Lucus Asturum abre nuevas vías de investigación en un futuro. “Se necesitan más excavaciones para poder saber si eran unas termas públicas o privadas y las dimensiones que tendrían”, especifica Martín. Hasta el momento, la excavación en la finca de La Morgal “abarca una cuarta parte del edificio”, tal como revelaron previamente las pruebas llevadas a cabo con el georadar.
Por el momento, la gran incógnita sobre Lucus Asturum sigue sin resolverse. La arqueóloga encargada de esta excavación sostiene que aún es pronto para determinar si este núcleo romano se trataba de una gran ciudad o de una sucesión de núcleos. Lo que sí puede asegurar es su datación. “Los materiales recuperados nos dan claras muestras de que el último momento de ocupación fue en el siglo III”, detalla Martín según los análisis llevados a cabo a los restos de tégula romana y trozos de cerámica que aparecieron en los primeros días de excavación a escasos centímetros de la superficie.
En estas últimas semana del suelo de La Morgal también se han extraído los esqueletos de dos caballos. “Cuando robaron el edificio, se ve que el hueco que dejaron fue lo suficientemente amplio como para depositar el cadáver de un animal; otra hipótesis sería que el propio animal, uno de ellos es un potro por las dimensiones, se haya caído dentro”. Y hay más. Sobre el suelo romano también encontraron “restos de malacofauna”; en concreto, conchas de ostras. “Esto no es algo extraño porque las consumían de manera relativamente habitual”, explica Martín.
El trabajo de campo llevado a cabo por los arqueólogos y voluntarios del Grupo de Investigación Histórica de Laviana está a punto de terminar. Aunque estaba previsto concluir la excavación el pasado viernes, se prolongará a lo largo de esta semana dado el interés de los restos encontrados
Martín: "Se necesitan más excavaciones para determinar si eran unas termas públicas o privadas y sus dimensiones"
El concejal de Cultura del ayuntamiento de Llanera, Alfredo Rodríguez, admite que el resultado de la excavación ha superado las expectativas del consistorio, que sufragó de forma íntegra esta excavación con 15.000 euros. “La existencia de una sala calefactada nos viene a confirmar que estamos ante un complejo de termas con sus diferentes salas. Esperamos que esto sea una puerta a futuras actuaciones porque este hallazgo demuestra la potencialidad de esta zona desde el punto de vista arqueológico”, dice Rodríguez. Mientras él siga al frente de la concejalía de_Cultura, asegura, seguirá apostando por este yacimiento.
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