Fue rector de la Universidad de Oviedo por dos mandatos, destacado economista, que ha dado el paso para situarse en primera línea del fragor político. Juan Vázquez recibió la semana pasada el respaldo de los militantes para asumir la candidatura de Ciudadanos en la carrera por la presidencia del Principado. Como independiente de convicciones de «centro izquierda» asegura que los naranjas son el partido que ofrece el mejor espacio para llevar a cabo políticas de reforma y progreso. También que la próxima legislatura será una con un parlamento muy dividido en el que los pactos serán cruciales para formar mayorías y asegura que, en ese tiempo, ellos pueden ser los protagonistas.
-Seguramente a lo largo de su trayectoria tuvo muchas ofertas para entrar en política ¿por qué lo ha hecho ahora y por qué ha elegido a Ciudadanos?
-Hubo varias razones, la primera un cierto momento vital. En otros momentos de mi vida tuve una vinculación más universitaria, una orientación más académica y he pensado que en este momento de mi vida era una oportunidad; y que además lo era especialmente por el momento delicado que vive tanto España como Asturias. No son tiempos para hacer de Hamlet, con dudas, si no de decidir de una vez de pasar de pensar las cosas a tratar de hacer las cosas. Y también me animó mucho que, en un proceso de decisión complejo para mí, me encontré con un entorno, no sólo familiar si no social, que me empujaba mucho. Y finalmente, ¿por qué en Ciudadanos y no en otras opciones? Muchas veces se ha dicho que si yo era del PSOE pero yo nunca he militado y cualquier colaboración que haya tenido ha sido más institucional que partidista. Se han producido dos circunstancias, el PSOE se ha alejado del sitio del que yo estaba mientras que Ciudadanos es una opción de centralidad que es imprescindible. De centralidad, de renovación y de modernización; eso es lo que explica que en mi sitio.
-En otras ocasiones se ha definido como alguien de centro izquierda pero, al menos en las encuestas, Ciudadanos es un partido cada vez más percibido como de derechas, ¿cómo se compagina eso?
-Efectivamente, me ratifico en que me considero de centro izquierda y he tenido siempre una ideología de tipo socialdemócrata y a ninguna de esa dos cosas renuncio ni creo que sean incompatibles con estar donde estoy. Creo que hay una tecnología del márketing interesada en situar a Ciudadanos en la derecha cuando es un partido verdaderamente de centro y además creo que es de centro progresista. Tanto el liberalismo como la socialdemocracia, si los renovamos como exige el siglo XXI, si acertamos en eso, serán el verdadero progresismo de hoy. Y uno más fundado que otros que autoinvocan esa etiqueta. Que los mercados funcionen eficientemente, que tengamos sensibilidad por la igualdad y la redistribución, con pautas propias del siglo XXI porque todo ha cambiado. Progresismo es volver a situar al ciudadano en el centro de la escena, porque ahora ha sido desplazado por los extremos.
-A nivel estatal, Ciudadanos ha marcado unas líneas rojas para sus pactos ¿las tiene en Asturias?
-Si me considero de centro es porque estoy alejado de los extremos y no me gusta poner trincheras. Mi opción es una de moderación y de centro, de pactar y de acordar con partidos moderados y constitucionalistas. Creo que para eso el centro es el que está en mejor posición y en Asturias en particular vamos a ser una fuerza decisiva e incluso, por percepciones, creo que podemos ser los protagonistas de esos acuerdos. Por nuestra centralidad y porque, la sociedad asturiana que es sabia, después de este abuso de los extremismos van a premiar la moderación y ahí van a encontrarnos a nosotros.
-Lo decía porque parece que a nivel estatal al menos, Ciudadanos ha excluído al PSOE de Sánchez, ¿es el PSOE asturiano de Barbón un partido constitucionalista?
-El PSOE de Sánchez y Barbón son parecidos pero en ese desplazamiento que se ha generado diría que ha tenido más parte Sánchez que Barbón. Ese desplazamiento yo no lo puedo compartir y espero y deseo que vuelvan a posiciones como las que siempre tuvo el PSOE en el que yo me reconozco, el de Felipe González. Creo que hay un movimiento en la sociedad por el que algunos, no sé cuántos pero una porción significativa, de votantes que están deseando reconocerse en sus partidos de siempre.
-En Andalucía ha habido un pacto, aunque sea indirecto, con Vox. También una forografía con ellos en la manifestación de Colón que Rivera trató de eludir, ¿es posible que en Asturias pudiera darse una suma así?
-No acepto ese discurso y creo que tiene mucho de tecnología de la distorsión por parte de otros partidos para situar a Ciudadanos donde no está. Francamente no creo que Ciudadanos haya pactado con Vox en Andalucía, me puede gustar más o menos la foto, pero tenemos que quitarnos la obsesión por los tópicos y pensar más en políticas que en políticos. Si yo reconociese que Ciudadanos está haciendo alguna política propia de la extrema derecha, yo lo criticaría. Pero no creo que lo esté haciendo ni en Andalucía ni en España; a mí lo que me importa son las políticas que haces, no con quién te sacas una foto aunque me guste más o menos. Y desde luego a mí Vox no me gusta nada, pero no voy a hablar de ellos para hacerles la campaña.
-¿Qué le transmitió Albert Rivera en los encuentros que tuvieron antes de dar el paso a entrar en política?
-Los argumentos que yo le podía dar a él o él a mí eran bastante previsibles, me basé más en el ‘feeling’ personal que es muy positivo. Es una persona verdaderamente con arranque, con capacidad y con liderazgo, y muy comprometido con la defensa del marco constitucional, la defensa de la unidad de España, algo con lo que yo me siento igualmente comprometido y además con un afán reformador y modernizador claro. Es la representación de la nueva generación de líderes que este país necesita
-En Asturias, Ciudadanos tiene una expectativa importante de crecimiento de escaños ¿en qué caladeros electorales espera pescar?
-La demoscopia no es lo que mejor se me da, no soy tan atrevido como Tezanos. Todos los indicios apuntan a un crecimiento claro de Ciudadanos pero no sé por cuánto. La previsión es que en Asturias se dé un resultado muy fragmentado y muy cercano posiblemente y por eso creo que podemos ser primera fuerza. Porque nuestro margen de crecimiento es muy alto, otros estarán decreciendo y por eso decía que podemos encontrarnos en una situación que requiera pactos y podemos ser los protagonistas. El caladero es el de la gente de centro, moderada y que no se reconoce en los partidos actuales, que siente que no ha tenido voz y que quiere que se hagan cosas razonables. No es que haya un candidato que quiera dirigirse a ese segmento, es que ese segmento necesita un candidato y un partido.
-Ningún partido con representación en la Junta General repite candidato en estas elecciones, ¿qué le dice eso de lo que puede esperar en la próxima legislatura?
-Está muy bien que haya habido esta renovación, probablemente sea una señal de la voracidad de la política que yo todavía no he tenido oportunidad de experimentar, pero es que también responde a la necesidad de un cambio de rumbo y un cambio de ciclo que es imprescindible en Asturias. No hay que eternizarse en política y siempre he sido partidario de los mandatos acotados; estuve dos en el rectorado y aunque hubiera podido no habría optado a un tercer. Es bueno para el país y para las instituciones que haya renovación y llegue gente con nuevos impulsos y nuevas visiones. Este es un momento crítico para Asturias en renovación, ya hemos visto que lo que se hacía no ha funcionado, pues hagamos cosas nuevas.
-Asturias tiene muchos retos, el demográfico, la financiación autonómica... ¿con qué ideas los afronta?
-Tendremos ocasión de concretarlo en el programa y además creo que seremos capaces de plantear ideas innovadoras en muchos terrenos. Asturias tiene muchos retos, demasiados retos sobre los que hemos dado demasiadas vueltas y planteado pocas soluciones; y es el momento de candidaturas y de gobiernos eficaces en la búsqueda de soluciones de las cosas que importan a los ciudadanos porque creo que nos hemos enredado mucho en debates-rotonda, que nos hacen dar vueltas sin salir de ella, en debates simbólicos que importan muy poco a la gente, y asistimos a una sociedad perpleja con la sensación de que deben cambiar también los lenguajes, además de los políticos. Me tengo por un candidato que supone que, frente a los políticos profesionales, hay que incorporar profesionales a la política. Y creo también es una circunstancia que valora positivamente la sociedad porque quieren que hablemos de los problemas realmente relevantes y que lo hagamos con esa capacidad de dar soluciones. No quiero ser maximalista, lo seremos quizá en el programa, pero creo dos cosas muy claramente, lo primero es que lo razonable sea posible porque hay muchas cosas posibles que son poco racionales y segundo, estoy convencido de que hay que salir del discurso melancólico y pesimista de Asturias hacia uno de confianza en nosotros mismos y de optimismo. Creo que es posibles, quiero hacer hincapié en eso, en Asturias tenemos muchas fuerzas durmientes que están esperando que se les den canales para manifestar todo su potencial.
-¿Y qué propuestas tiene en materia de fiscalidad?
-Yo soy economista y tengo muy claro el concepto de que para repartir hay que tener; y por tanto la generación de riqueza que luego queramos redistribuir es fundamental. Otros parecen haberlo olvidado. Te encuentras con muchas propuestas que suponen una huida hacia adelante sin fundamento ninguno. También tengo claro el concepto de ventana de oportunidad, es decir, no todo es posible, y lo que gasto en uno estoy dejando de gastarlo en otro; por lo tanto tengo que valorar dónde hay prioridades, donde hay una eficiencia y un rendimiento mayor. La fiscalidad como todo habrá que adaptarlas a las nuevas realidades de este siglo. Y hay que cambiar algunos enfoques, sabemos por ejemplo las grandes empresas tecnológicas pagan poco. Ya sé que eso es algo que se escapa al alcance autonómico, incluso se escapa al alcance español; pero esa es una línea fundamental. La otra idea que tengo es que Asturias no es suficientemente rica como para tener una fiscalidad muy elevada, tiene que adaptarse a la situación económica y el nivel de renta que tienes. Aunque parezca que estoy diciendo cosas abstractas, son principios muy importantes porque no hay acciones sin convicciones
-Por ejemplo en Asturias hay un gasto enorme en sanidad, y por eso es muy valorada. La apuesta de Ciudadanos por rebajas fiscales ¿cómo casa con mantener el gasto en el Estado del Bienestar?
-Esa es una pregunta que habría que hacer a otros antes que a Ciudadanos, el propio gobierno español está haciendo una política de gasto que no tiene respaldo y vamos a encontrarnos con que el próximo gobierno español, y eso incide en las comunidades, ha endeudado al país en 16.000 millones de euros más. Hay que tener mucho rigor y hacer políticas que se digan cómo se financian; no sólo hacer políticas desde el gasto sino ser más eficientes y respaldándolas con ingresos. La sanidad es irrenunciable, es junto a la educación un bien de primera necesidad, pero tiene un problema de sostenibilidad. La política es el juego de hacer posible lo deseable. Hay que compaginar mantener una sanidad de la que debemos sentirnos muy orgullosos con una eficiencia en la que tenemos que ganar muchas etapas todavía. La sanidad española y la asturiana en particular son de las mejores del mundo, si uno va a EEUU y se pone enfermo ya puede tener la tarjeta de crédito a mano, hay que reconocer nuestros grandes logros pero no se pueden comprometer con falsas soluciones o promesas que halaguen a la opinión pero que no sean realizables. Más que medidas yo quiero abrir dinámicas que son las que, en una dirección u otra, son las que nos conducen al desastre o a corregir y restaurar equilibrios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario