El Ayuntamiento construirá aparcamientos y parques infantiles en Almacenes Industriales
«Es algo en lo que ya se está trabajando y habrá actuaciones antes de que acabe el año», anticipa el concejal de Urbanismo, Nacho Cuesta
Tres meses y medio. Ese es el tiempo que la empresa FCC ha tardado en derribar la antigua nave de Aceites Elosua, en el número 38 de la calle Almacenes Industriales, en Ciudad Naranco. La burocracia hizo lo suyo. Tres meses y medio -y una ejecución subsidiaria forzosa para lograrlo- a los que habría que sumar una década de quejas vecinales, planes fallidos, seis incendios y la constante presencia de okupas en los alrededores. Los trabajos finalizaron ayer; no obstante, el de Elosua era solo uno de los muchos edificios abandonados que quedaban en pie en la zona. Por eso, el primer teniente de alcalde de la Corporación municipal ovetense, Nacho Cuesta, anticipó ayer, en declaraciones a EL COMERCIO, la receta de la Concejalía de Urbanismo e Infraestructuras para atajar el problema: la construcción de «aparcamientos provisionales, parques y zonas de juegos infantiles». Ya lo había avisado en campaña, primero habrá que demoler. Y ahora toca afilar la piqueta, porque, según el edil, los trabajos comenzarán antes de 2020.
«Para el nuevo equipo de gobierno la actuación en solares y naves abandonadas es y será una prioridad, tal y como nos comprometimos en campaña. Somos conscientes de que Ciudad Naranco es una de las zonas más afectadas, y en especial, Almacenes Industriales», matizó el vicealcalde. «Nuestra intención es acondicionar esos espacios abandonados con la mayor celeridad posible y dotarlos de usos provisionales en función de las necesidades de cada barrio y de las peticiones vecinales», sentenció.
Y es en ese punto donde entra en juego la revisión del Plan General de Ordenación (PGO). El documento de prioridades ya anticipa la posibilidad de transformar las ocho hectáreas del conjunto del suelo industrial a una zona industrial 'verde' como alternativa a los usos residenciales previstos en el texto vigente, aprobado en 2006, que no se llegaron a desarrollar. Un cambio que podría acelerar la batería de medidas previstas desde el área del líder de la formación naranja, dado lo enmarañado y complejo de la estructura de propiedad. «Es algo que está aún por definir, pero es algo en lo que ya se está trabajando. Las actuaciones comenzarán antes de que acabe el año», concluyó el exdecano del Ilustre Colegio de Abogados.
La de Aceites Elosua, en manos de la empresa Naranco 2000, es una historia larga. El anterior concejal del área, Ignacio Fernández del Páramo, había llegado a un acuerdo con la propietaria para convertir el solar resultante y el aledaño en un aparcamiento provisional gratuito mientras no existiesen otros planes para el terreno. Ayer, el arquitecto encargado de los trabajos, Felipe Díaz-Miranda, presentó la obra a los técnicos municipales a primera hora de la mañana. Sobre las doce mediodía ya había coches aparcados en el solar.
Planes sin ejecutar
En 2006, la promotora Naranco 2000 pagó más de 6 millones de euros por los terrenos de la primera subdivisión de Almacenes Industriales, la más próxima a Nicolás Soria, en una operación urbanística que aspiraba a transformar la cara de Ciudad Naranco en el plazo de cuatro años. Fracasó. El Ayuntamiento había dividido el plan en tres actuaciones para facilitar la adquisición de los solares. La segunda de ellas, situada a medio camino entre Nicolás Soria y la antigua cárcel, ya se había convertido en un bloque en forma de 'L', de siete alturas más bajo cubierta.
Más tarde, la empresa anunció la inminencia de los derribos de las viejas fábricas, pero el caso jamás llegó a darse. Mucho menos en la unidad de gestión más próxima a la antigua cárcel, para la que se habían puesto sobre el papel dos bloques en 'L' entre Almacenes Industriales y las vías, y otros dos entre la misma calle y Coronel Bobes. No se hizo nada.
Hoy, la calle que en otro tiempo fue uno de los focos fabriles de la ciudad, agoniza entre el hormigón viejo, las trazas de amianto en las estructuras a medio derrumbar de algunas de las naves abandonadas y la basura que se acumula en los solares. Quedan pocos negocios más allá de un par de talleres de reparación de automóviles que han resistido el paso del tiempo y unos muy escasos doscientos vecinos.
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