AZSA invertirá cien millones de euros en una nueva nave con tecnología digital que le permitirá ahorrar energía
El proyecto ya ha sido aprobado por la multinacional en Suiza y solo está pendiente de la tramitación administrativa
Asturiana de Zinc dará un importante impulso a su producción en la planta de Castrillón y ejecutará una inversión superior a los cien millones de euros para la construcción de una nueva nave de electrolisis. Sustituirá a dos de las actuales, que se habían quedado obsoletas, y mejorará la eficiencia de esta sección en San Juan de Nieva. El proyecto ya ha sido aprobado por la multinacional Glencore International, a la que pertenece AZSA, en Suiza, y ayer fue presentado ante los sindicatos de la planta. A partir de ahora se inicia la tramitación administrativa, de la que dependerán los plazos.
La nueva nave, que será la nave 'e', se edificará en el denominado parque de intemperie, y la previsión es que la construcción se demore dos años a partir del momento en el que se tengan todos los permisos pertinentes. Una vez finalizada, la nueva nave servirá para minorar los costes energéticos actuales de la planta de Asturiana de Zinc en San Juan de Nieva, que actualmente suponen alrededor del 40% del total, ya que incorporará tecnologías mucho más modernas que las que se utilizan en las dos naves más antiguas que, previsiblemente, desaparecerán.
La compañía proyecta la incorporación de procesos digitales y de industria 4.0 que, además de mejorar la eficiencia energética servirá también para reducir los riesgos laborales y de salud de los trabajadores, así como las necesidades de mantenimiento. Propiciará también un mejor aprovechamiento de los recursos. Paralelamente, se construirá también un nuevo horno de fusión, que será el horno 7.
Actualmente, la planta de Asturiana de Zinc de San Juan de Nieva tiene cuatro naves de electrolisis, uno de los procesos finales de la producción de zinc electrolítico, siendo una de las mayores plantas de este producto del mundo. La más antigua data de 1960, año en el que comenzó a funcionar la planta. Posteriormente se levantó una segunda electrolisis, en concreto en el año 1974. Esas dos naves siguen funcionando en la actualidad, pero su tecnología se ha quedado obsoleta, motivo por el cual la multinacional ha optado por su modernización.
Las otras dos electrolisis son de factura más moderna, la tercera se construyó en el año 1991 y la cuarta una década más tarde, en 2001. Son de tecnología más moderna y similares entre sí. Ahora, esta quinta electrolisis supondrá una importante modernización con respecto a las dos más antiguas, y supone consolidar la actividad de la firma en Asturias, con el objetivo se seguir siendo no solo una de las mayores del mundo, sino también una de las de menor coste operativo, según señala la propia compañía en su página web.
Con recursos propios
La construcción de la nueva nave de electrolisis se hará en su mayor parte, además, con recursos propios de la firma y apoyándose en compañías locales. En este sentido, el diseño y el proyecto llevan la firma de ADZ Tecnología, una división que suministra servicios de consultoría, asesoría y asistencia técnica a las plantas existentes para mejora de sus procesos, y participa en el diseño, ingeniería, construcción y puesta en marcha de nuevos proyectos. Esta tecnología propia se desarrolla y aplica en la planta de San Juan de Nieva y abarca desde las máquinas de arrancado de cátodos, grúas automáticas multifunción, las cubas electrolíticas, cátodos, ánodos, barras equipotenciales, barras de alimentación o torres de enfriamiento.
La obra se espera que corra a cargo de otras firmas del grupo, como Mefasa, una compañía instalada también en San Juan de Nieva que se dedica a la «fabricación de equipos mecano soldados, en metal y plásticos o materiales compuestos, con grandes capacidades en calderería, soldadura, mecanizado y tratamientos superficiales».
El sindicato mayoritario, el SITAZ, se ha felicitado por el hecho de que «la dirección de Suiza haya apostado por la planta de San Juan y no por otras del grupo» para llevar a cabo está importante inversión, algo que atribuyen «al buen clima de las relaciones laborales y al esfuerzo de todos».
Inversiones constantes
Esta inversión será la más importante que haya hecho Asturiana de Zinc en los últimos años, pero no la única, ya que este mismo año culminó la transformación de su muelle portuario, donde ha levantado dos naves y cintas transportadoras a las que se destinaron alrededor de 21 millones de euros, una inversión fundamentalmente ambiental que ha servido para crear para transportar el mineral de blenda de forma totalmente hermética desde el puerto hasta la planta, situada a escasa distancia.
Hasta el año 2015, cuando entró en funcionamiento la primera de las naves, la compañía descargaba la blenda a cielo abierto y lo llevaba a través de cintas transportadoras también abiertas, lo que ocasionaba un gran impacto ambiental en la zona. El cierre y aislamiento del material se ha notado de manera significativa en la reducción de la emisión de partículas a la atmósfera en la zona portuaria.
Paralelamente, la compañía obtuvo este pasado verano la licencia para clausurar su tercera balsa con jarofix, una acción con un presupuesto de 5,5 millones de euros en la que ya se está trabajando desde principios de octubre y que evita el paso de unas cuatro decenas de camiones diarios a El Estrellín
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