martes, 18 de agosto de 2015

De nuevo las terrazas...

La revisión de la ordenanza reabre la guerra de las terrazas en Oviedo

La brecha entre vecinos y hosteleros complica la mediación municipal // Urbanismo convocará a las partes para negociar una nueva versión de la normativa que entrará en vigor en 2016
Fernando Serrano

FERNANDO SERRANO

MARTES 18 DE AGOSTO DE 2015
Las terrazas en verano suelen estar abarrotadas, pero esa imagen en Oviedo puede cambiar el año que viene. Meses de ideación, reuniones, diálogo y todavía no hay un acuerdo unánime sobre la ordenanza que las regulará a partir del próximo uno de enero. Vecinos, asociaciones y representantes políticos se han reunido entre ellos para llegar a un punto medio sobre el uso de las aceras.

Hosteleros y profesionales del gremio

Las voces que se alzan entre las mesas y las sillas que ocupan la acera son muchas y entre ellas destacan las de vecinos y hosteleros. Desde la Asociación Unión y Defensa de Hosteleros de Asturias (UDHA), nacida de una escisión de la patronal Hostelería de Asturias, explican que los trabajadores de este sector no sabían nada del proceso de la nueva normativa sobre las terrazas. “No se nos había comunicado nada de esto”, explica el presidente de la asociación, Edén Jiménez, para remarcar que, “el hostelero es el hostelero, no se llama José Almeida (presidente de Hostelería de Asturias). Y que habrá que hacer una ley para todos”. Desde la UDHA, quienes han hablado de forma individual con políticos y asociaciones como Asociación de Parapléjicos y Grandes Minusválidos del Principado de Asturias, explican que están abiertos al diálogo sobre las terrazas, pero que creen que aplicar al 100% la normativa presentada será un duro golpe para el sector. “La nueva ley eliminará cerca del 95% de las terrazas de la ciudad”, explica Jiménez. Por lo que desde la UDHA se movilizaron, “si me dicen que el 95% de las terrazas de esta ciudad van ha desaparecer, yo como asociación  me muevo e intento parar esa ley”. Para ello impugnaron la norma. El objetivo de la asociación presidida por Jiménez es llegar a un acuerdo con todas las partes implicadas. Por ello desde la UDHA hicieron un estudio sobre los efectos que puede tener la aplicación, al 100%, de esta ley sobre los negocios, el empleo y la ciudad. Este informe, ha anunciado Jiménez, será presentado en el juzgado para pedir las medidas cautelares sobre la ordenanza.
También explican desde la joven asociación que entienden que la calle es de todos. “Desde siempre ha habido conflictos entre vecinos y hosteleros”, comenta Edén Jiménez, “pero vamos a ser inteligentes. El que está en medio, el que tiene que ser el maestro de ceremonias, tiene que ser el Ayuntamiento”. Ya que como explica el presidente de la asociación, “si nos sentamos juntos en la mesa intentaremos llegar a un entendimiento común. De esta misma forma hay que hacer con las terrazas”. También, la secretaria de la asociación de hosteleros, Begoña Yugueros, explica que los profesionales solo quieren trabajar, “en los tiempos que corren, no es ninguna broma. Yo tengo un negocio y tengo empleados, si quitan esa terraza no puedo mantener los puestos de trabajo”. También explica que, “no son solo los empleados, también son los refrescos, las cervezas o los bocatas que se van a dejar de vender. Está todo junto. Afecta a proveedores de todo tipo: refrescos, alimentación, panaderías…”.
El objetivo desde la Asociación Unión y Defensa de Hosteleros de Asturias es sentarse a hablar. Como explica Jiménez: “Pedimos una mesa de trabajo. Pedimos sentarnos a hablar. Que nos den la oportunidad de sentarnos ha poner las diferentes visiones del asunto y llegar a un acuerdo”. A lo que apunta Yugueros: “Si la hostelería se sienta con todas las partes para llegar a un equilibrio, no hay lugar a réplica. Todos estaríamos dispuestos a poner las ideas sobre la mesa. Tenemos expectativas de que pueda salir bien”.

Los vecinos

Otros protagonistas son los vecinos, quienes no cejan de luchar para que el Ayuntamiento exija a los hosteleros que cumplan la nueva ley a partir del 1 de enero. El portavoz de la asociación de vecinos Tigre Juan, de El Fontán, Juan García Alonso, ha calificado como una muerte lenta lo que llevan soportando los vecinos de lo Antiguo desde hace años. García Alonso, comparando el problema con el cáncer, explica que “la célula del bar musical se ha convertido en un verdadero cáncer de la zona. Durante 365 días al año, convirtiéndose en el mal principal que aqueja al 90% de lo que se entiende por el Oviedo Antiguo”. Además de esto, explica que con la aparición de la ley que prohíbe fumar en los bares y cafeterías aumentó el problema de los vecinos. “Teníamos que luchar contra el ruido y la música, y ahora hay que luchar con un montón de bárbaros que estaban ahí hasta las seis, las siete o las ocho de la mañana. Mientras que tú estás intentando descansar para ir a trabajar al día siguiente”. Esa falta de descanso que explica el portavoz de los vecinos es la que “pone en riesgo la vida de muchos vecinos”. “Luchamos contra una agresión que jamás hemos provocado y que se está produciendo”.
“Además de esa agresión, los hosteleros están ocupando un espacio público sin beneficio para los ciudadanos”, comenta el portavoz. Desde las asociaciones de vecinos se quejan de que algunos hosteleros no respetan los tramos de acera que tienen para las terrazas, ni los horarios. “Por ello las tres asociaciones del entorno del casco antiguo, y luego se nos unieron de otras zonas de Oviedo, nos dirigimos al Ayuntamiento de modo tenaz hasta que nos hicieron caso”, cuenta García Alonso. “Ahora por fin llegamos a un diálogo”, explica el portavoz, “durante dos años tuvimos reuniones. Participaron numerosas asociaciones de toda índole. Prácticamente el movimiento ciudadano entero. Además de asociaciones de minusválidos y representantes de los grupos políticos que estaban presentes en el Ayuntamiento de Oviedo. Se debatió de forma pública”. Como explica, “en las reuniones se hizo un documento a través de un consenso. Un texto que era el menos malo para todos”. Y ese documento se aprobó en la comisión municipal, aunque posteriormente se presentaron alegaciones a diferentes puntos del texto. “Después de las alegaciones se llevó al pleno del Ayuntamiento, donde se aprobó por unanimidad de todos los grupos políticos”, cuenta el portavoz, “y posteriormente desde el gremio de la hostelería se empezaron a quejar de que es imposible llevar a cabo la norma. Los individuos están avasallando a la ciudad ocupando un espacio público para beneficio propio”.
En cuanto a la mesa de trabajo que se plantea crear para seguir debatiendo el conflicto, las asociaciones de vecinos no quieren entrar. “En una mesa en la que van a estar presentes los hosteleros, el señor Alcalde puede tener claro que nosotros no vamos a estar”, afirma el portavoz de los vecinos del casco antiguo, “nosotros vamos a conversar con quien quiera, donde quiera y el tiempo que quiera, menos con esos señores”. “Uno no conversa con quien le ataca”, afirma García Alonso, “vamos a impedir, con la ley, que nos sigan agrediendo”.
Por parte de los vecinos el futuro es aplicar la norma ya creada a partir del uno de enero de 2016. “No es deseo, ni esperanza, es una convicción”, comenta García Alonso, “los textos dicen lo que dicen y las leyes hay que cumplirlas”.

Un problema de convivencia

“Es más complejo que unas terrazas, ya que hay por detrás unos comportamientos incívicos que hay que empezar solucionar”, explica el concejal de urbanismo Ignacio Fernández del Páramo. Según el edil hay que llegar a un acuerdo entre las partes, “el ayuntamiento entró hace unos años a hacer una ordenanza que se venía demandando desde las asociaciones vecinales”. Fernández del Páramo explica que hay unos derechos fundamentales que hay que respetarse y cómo no se han hecho desde el Ayuntamiento se ha intentado poner solución.
Lo que sí tienen claro desde el consistorio es que hay que poner solución al conflicto, para ello se pone en marcha una mesa de trabajo en la que se ha invitado a participar a todos. “Todos tienen sus demandas y sus necesidades”, comenta el edil de urbanismo, “lo que hay que anteponer ante todo es la búsqueda de que se cumplan los derechos mínimos. No puede ser que haya barrios de Oviedo que a las siete de la mañana haya un jolgorio continuo porque la gente tiene que descansar y dormir”. Y como explica, “esto no es solo un problema de las terrazas, sino del comportamiento”.
En cuanto al futuro, desde el Ayuntamiento “creo que puede haber planteamientos muy interesantes, por las cuales las asociaciones vecinales y los hosteleros pueden ponerse de acuerdo para hacer actividades que revitalicen barrios o calles”, prevé Fernández del Páramo. Según el edil, la normativa es la que es y en la mesa de trabajo que comienza en septiembre se buscarán acuerdos y medidas entre vecinos y hosteleros.

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