Las elecciones celebradas este domingo en tres estados federados alemanes castigaron a la gran coalición que lidera la canciller AngelaMerkel y dieron alas al populismo de derecha de Alternativa para Alemania (AfD), que irrumpe con fuerza en los parlamentos regionales con su rechazo a la acogida de refugiados.
Los comicios en Baden-Württemberg, Renania-Palatinado y Sajonia-Anhalt eran considerados un examen a la gestión de la crisis de los refugiados en un país que recibió el año pasado a cerca de 1,1 millones de solicitantes de asilo, y muchos votantes mostraron su descontento.
La Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel perdió peso en los tres “Länder”, aunque mayor fue la debacle del Partido Socialdemócrata (SDP), superado por AfD en dos de los “Länder” en liza.
AfD, partido nacido hace tres años como fuerza euroescéptica, logró con un discurso populista y de tintes xenófobos situarse como segunda fuerza en Sajonia-Anhalt, con el 24 % de los votos; y como tercera en Baden-Württemberg (15 %) y Renania-Palatinado (12,4 %), según las últimas proyecciones realizadas por la primera cadena de la televisión pública alemana, ARD.
El único estado gobernado por la CDU de Merkel era Sajonia-Anhalt, en gran coalición con el SPD, y aunque los conservadores perdieron menos de tres puntos y se mantuvieron en cabeza, sus socios se hundieron, con once puntos menos que en los comicios de 2011, y el AfD duplicó ampliamente sus votos.
El castigo en este “Land” se extendió a La Izquierda, fuerza que aglutina a postcomunistas y disidentes socialdemócratas y que fue desplazada de su tradicional segundo puesto en la región.
El líder del SPD y vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, mostró su preocupación por unos resultados que muestran que “los partidos democráticos son vulnerables” y que suponen, dijo, “un punto de inflexión” para su formación.
En Baden-Württemberg, estado tradicionalmente conservador donde la CDU fue desbancada del poder hace cinco años por Los Verdes en alianza con los socialdemócratas, los daños fueron grandes tanto para el partido de Merkel como para el SPD, que cayeron alrededor de doce y de diez puntos, respectivamente.
Se trata del primer y hasta ahora único estado federado que dirigen los ecologistas en Alemania y los votantes premiaron su gestión con más del 30 % de los sufragios, seis puntos más que hace cinco años.
Sin embargo, su primer ministro, Windried Kretschmann, deberá previsiblemente cambiar de socio de coalición ante el desastre socialdemócrata.
La única alegría para el SPD en esta noche electoral fue que la primera ministra de Renania-Palatinado, Malu Dreyer, revalidó su triunfo sin perder apenas votos frente a su rival, la vicepresidenta de la CDU, Julia Klöckner, que quedó a más de cuatro puntos de distancia.
Ante la caída de Los Verdes, socio menor del gobierno en este estado, Dreyer puede verse abocada a negociar una gran coalición con su rival para la próxima legislatura.
”Se necesita a la CDU en los tres estados”, subrayó como balance el secretario general del partido, Peter Tauber, quien avanzó que no ve necesario que la canciller, que comparecerá mañana ante los medios, modifique su política de refugiados por los resultados obtenidos o por el auge de AfD.
Los principales partidos han dejado claro que en ningún caso negociarán con los populistas de derechas, que asumen que quedarán en la oposición en los tres estados, como ya lo están en los otros cinco “Länder” en los que tienen representación parlamentaria.
En las elecciones generales de 2013, la entonces recién fundada AfD se quedó fuera del Bundestag por unas décimas, al no lograr el mínimo necesario del 5 % de los votos, y en las europeas de 2014 logró siete diputados, aunque sólo dos mantienen sus siglas después de que el partido se dividiera en dos.
Las guerras internas en el seno de AfD no han impedido sin embargo que su mensaje cale en buena parte del electorado, y a pesar de la campaña de “difamación” en su contra, como sostuvo hoy la líder del partido, Frauke Petry, ante los simpatizantes que se reunieron en Berlín para festejar su éxito.
”Es un buen día para la democracia en Alemania”, aseguró Petry, convencida de que la “catastrófica política” de Merkel ha abierto finalmente los ojos de los ciudadanos.
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