Mientras esperan a ver si el PSOE evoluciona del "no es no" de Pedro Sánchez a la abstención para que pueda haber Gobierno, la dirección del PP y su grupo parlamentario han recuperado la oferta original de Mariano Rajoy a los socialistas para garantizar el desbloqueo institucional: primeroinvestidura, luego apoyo para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado y también pactos de Estado.
Los principales dirigentes y portavoces del PP siguen al pie de la letra la consigna de su jefe de no entrar en la crisis interna del PSOE ("hay que darles tiempo"), mientras que repiten su plan para salir de los nueve meses de parálisis política y recuperar el tiempo perdido. Descartada la gran coalición de partidos constitucionalistas y el pacto de legislatura, las dos primeras opciones ofrecidas por Rajoy después de los últimos comicios, en el PP insisten en que sigue sobre la mesa la tercera salida: que los socialistas se abstengan para poder constituir un Ejecutivo; pero también que se comprometan a garantizar la gobernabilidad con un entendimiento básico sobre los próximos Presupuestos y en las cuestiones "de Estado".
El presidente del Gobierno en funciones pretende que el PSOE, previo acuerdo, le preste su apoyo en la política exterior, de defensa y de lucha contra el terrorismo. Y sobre todo en la respuesta del Estado al desafío separatista en Cataluña. En fuentes del PP, insisten en que sin esos compromisos añadidos a la abstención en la investidura de Rajoy, la legislatura nacería muerta.
"Si después bloquean los Presupuestos con el resto de la oposición, lasterceras elecciones serían inevitables en pocos meses", apuntan en los mismos medios, para recordar que sin ayuda de los socialistas tampoco podrán sacar adelante ninguna reforma de calado. Ni una sola ley orgánica. La clave de que haya o no nuevas elecciones sigue en manos del PSOE y los populares advierten de que el desbloqueo no puede limitarse a la sesión de investidura.
La teoría acuñada en la sede de Génova es que, sin ese compromiso de gobernabilidad por parte del PSOE, los terceros comicios simplemente se aplazarían de este mes de diciembre a mediados del próximo año, porque nacería un Ejecutivo sin ningún margen de actuación. Con la antigua Convergència echada al monte del separatismo y el PNV comprometido con los socialistas en el País Vasco (diputaciones y principales capitales), el Grupo Popular no tiene posibilidades de cerrar mayorías ni en las medidas económicas, como hacía en tiempos de José María Aznar.
De momento, el único avance constatado en el Partido Socialista es que el presidente de la gestora, Javier Fernández, considera que "no es lo mismo abstención que apoyo". Sánchez equiparaba ambas posiciones e iba más allá al sostener que salir del "no es no" a Rajoy era una traición a su electorado y suponía amnistiar al PP de sus casos de corrupción.
El Grupo Parlamentario Socialista también ha pasado a asumir que la repetición de elecciones "es lo peor" para España y para su propio partido. Ahora les falta el paso de facilitar la formación del Gobierno, pero los populares prefieren esperar a ver si la gestora logra que sus diputados respalden esa posición en el Congreso. Luego llegaría la hora de negociar los acuerdos de gobernabilidad. Y todo en dos semanas.
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