Doce propuestas optan al concurso internacional de ideas para Santullano
Dudas, falta de datos y contradicciones en los pliegos para reformar la entrada desde la ‘Y’ | Del Páramo defiende que «no se puede parar la ciudad» y que los redactores deberán adaptarse al nuevo Plan General
El plazo para la presentación de proyectos para el Concurso de ideas del nuevo Bulevar de Santullano finalizó el pasado 20 de septiembre y en el buzón del Ayuntamiento aguardan 12 sobres con las propuestas de otros tantos estudios personados. En las próximas fechas se reunirá el jurado, compuesto por un miembro del Colegio de Arquitectos, otro por el de Ingenieros, técnicos municipales y un portavoz de la plataforma Imagina un Bulevar, para decidir, de esa docena, quién pone negro sobre blanco cómo transformar la entrada a Oviedo desde la ‘Y’ en una calle que de bulevar solo tiene el nombre.
El proyecto no será sencillo. De momento, solo hay financiación garantizada para la primera fase de las obras, en el entorno de Guillén Lafuerza, gracias a los 6,9 millones de euros que el Ayuntamiento ha reservado con el apoyo de los fondos europeos Feder para la actuación.
Más difícil que buscar financiación parece resolver las contradicciones en las que incurren los pliegos del concurso o la falta de información para las empresas interesadas en hacer el proyecto que, desde que se abrió el proceso el 1 de julio, llevan planteando sus dudas.
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La más llamativa es que, aunque el objetivo final es humanizar este antiguo tramo de autopista y «pacificar el tráfico», los pliegos establecen que los redactores deberán seguir las prescripciones del vigente PGOU y del actual Plan de Movilidad y tener en cuenta las revisiones de ambos documentos que el Ayuntamiento trata de poner en marcha. O lo que es lo mismo, ¿deberán mantener las empresas el soterramiento que prevé la normativa actual, la losa de Santullano que tanto rechazó generó y dio lugar a Imagina un Bulevar o sentarse a esperar a que los redactores del nuevo Plan General propongan otra cosa?. O lo uno o lo otro, todo a la vez no puede ser.
El concejal de Urbanismo, Ignacio Fernández del Páramo, admite la confusión, pero razona que se debe a que Oviedo se mueve hacia un nuevo modelo de ciudad.
En primer lugar, está en marcha la revisión del Plan General de Ordenación Urbana. En segundo, el pasado cinco de septiembre el Ayuntamiento contrató, por 76.000 euros, la revisión del Plan de Movilidad Urbana Sostenible, a ejecutar en siete meses y, por último, por falta de datos, hubo que esperar a la ejecución del nuevo mapa de ruidos para conocer, mediante los sensores que se instalaron, el volumen de tráfico real que soporta la ciudad en la actualidad.
No es de extrañar, entonces, que en el pliego de condiciones técnicas para el diseño del futuro bulevar la palabra más importante sea ‘flexibilidad’. La necesitarán porque en el pliego técnico se pide que los estudios «se adecuen a las previsiones del Plan de Movilidad Urbana Sostenible existente, así como el grado de compatibilidad de la propuesta con las previsiones de la Revisión del Plan de Movilidad Urbana Sostenible, ya en marcha».
‘Flexibilidad’
Del Páramo afirma que «no podemos tener parada la ciudad a la espera de resolver el PGO, la revisión del Plan de Movilidad y el diseño del bulevar. Son tres niveles que se superponen; como si jugáramos con tres pelotas de diferentes pesos».
El edil afirma que el proyecto ganador «tiene que ser acorde al plan de movilidad actual y tiene que mirar hacia adelante». «Si la revisión, que estará lista en seis meses dice, por ejemplo, que el tráfico tiene que desviarse por esa zona, los que proyecten el bulevar tendrán que tener la capacidad de adaptarse a eso». Flexibilidad.
El proyecto salió a concurso con datos de tráfico solo de la antigua ‘Y’ y de 2014, pero Del Páramo afirma que una vez se realizó el mapa de ruido, los concursantes accedieron a los números actualizados para poder rehacer sus cálculos. Flexibilidad. La misma que se requiere de los interesados para diseñar rutas ciclistas que sirvan de germen «al anillo verde de la ciudad», que aún no tiene diseño definido. Tanto como para que cuando las licitadoras pidieron datos de las sendas verdes y ciclables del concejo de cara a sus propuestas, la respuesta municipal fuera enviarlos a visitara «webs especializadas».
Varios pidieron cartografía actualizada de la zona objeto del proyecto, pero Contratación les respondió que «esta sección no dispone de la cartografía apropiada y actualizada, más allá del levantamiento topográfico del antiguo tramo de autopista». La tendrán, explica Del Páramo, cuando comiencen los trabajos de la revisión del PGOU, que incluyen realizar un nuevo levantamiento topográfico y cartográfico de la ciudad.
Pese a los interrogantes, Del Páramo lo ve como algo lógico. «En cualquier otra parte del mundo se vería como algo normal. Lo hizo Bilbao, que tenía un gran problema. Lo que necesitamos es solucionar la mentalidad de los 60 y 70. Construir una autopista al lado de Patrimonio de la Humanidad no se le ocurre a nadie».
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