sábado, 6 de octubre de 2018

Haciendo ciudad...

Oviedo espera recaudar 4,7 millones de euros en 2019 con el IBI diferenciado

Rubén Rosón y Eduardo Rodríguez conversan antes del Pleno de ayer, mientras Del Páramo y Taboada, a la izquierda, consultan el móvil y el ordenador. / M. ROJAS
Rubén Rosón y Eduardo Rodríguez conversan antes del Pleno de ayer, mientras Del Páramo y Taboada, a la izquierda, consultan el móvil y el ordenador. / M. ROJAS

El Pleno aprueba inicialmente las ordenanzas fiscales y rechaza las enmiendas de la oposición | Rosón presume de cuatro años seguidos de bajadas del IBI, que PP y Ciudadanos niegan que se hayan producido

GONZALO DÍAZ-RUBÍN OVIEDO.
Oviedo está de oferta. «Es más barato», en palabras del concejal de Economía, Rubén Rosón, que ayer presumió de haber bajado los impuestos durante cuatro años seguidos, para hacer «una ciudad más cómoda». El Pleno extraordinario que aprobó ayer de forma inicial las ordenanzas fiscales para 2019, volvió a dibujar dos mundos, con opciones a un tercero, naranja y alegre. En uno, el Ayuntamiento aplica una política fiscal más justa, abarata los servicios públicos y multiplica las ayudas; en el otro, asusta a las empresas, recauda más y gasta cada vez peor. El tercero, queda para el final.
De nuevo, el IBI diferenciado centró buena parte del debate. La propuesta del equipo de gobierno de gravar con un tipo del 1,3% a esos cerca de 250 inmuebles no residenciales con valores catastrales por encima del millón de euros es, para el concejal de Economía, «que paguen un poco más los propietarios más ricos de la ciudad». El edil cifró en 4,7 millones de euros los ingresos extra que permite la medida, lo que facilita señaló bajar el tipo general al 0,6%. Según sus cálculos, el tripartito ha rebajado el tipo un 18% en cuatro años, frente a una subida «récord de 13 años consecutivos del PP» entre 2000 y 2013. En todo caben matices, salvo en el debate plenario. Los 13 años de subidas coinciden con el lapso que la ciudad esperó por una revisión de los valores catastrales. Los seis de bajadas, con los que lleva en vigor la nueva ponencia que elevó un 50% de media el valor de los inmuebles y que se aplica en tramos del 5% cada año y que Rosón llamó «catastrazo en diferido».
En el mundo de enfrente, Eduardo Rodríguez (PP), defendió que, dado que el Ayuntamiento deja sin ejecutar un 20% del presupuesto cada año, «hay margen para rebajar la presión fiscal a los ovetenses». Es el discurso contrario. El popular negó la rebaja en el IBI. Expuso que, dado que los valores catastrales suben cada año un 5%, las rebajas del tipo del 4,1% para 2019 o las del 1% en 2016, el 4,25% en 2017 y el 3,6% en 2018 «son insuficientes». «¿Recuerdan cuando desde la oposición algunos calificaban como injusta una rebaja del tipo del 5%? Ustedes gobernando, todavía no la han aplicado, ni por asomo». Destacó el récord de recaudación por este impuesto, 76,3 millones de euros como prueba de ello. Y defendió sus enmiendas para bonificar impuestos como el IBI para nuevas viviendas en la zona rural, negocios no de bebidas en El Antiguo o para nuevos pequeños comercios. Calificó de «injustificada y descomunal» la subida del IBI en el sector de la construcción «al rebajar casi a la mitad las bonificaciones en los edificios en obras, porque perjudicará la recuperación del empleo».
E insistió en que el IBI diferenciado «es innecesario», porque el Ayuntamiento se deja sin gastar «millones de euros cada año, con remanentes de récord, de hasta 54 millones de euros» y «ese dinero», en su opinión, «estaría mejor» en la calle «fomentando la actividad económica y creando empleo».
En el mundo de Rosón, en cambio, el Pleno de ayer sirvió para distinguir «entre grupos políticos que quieren beneficiar al 0,1% perjudicando al 99,9% restante» e instó a PP y Ciudadanos a que propongan eliminar el IBI diferenciado en Madrid, Barcelona, Valencia o Zaragoza. «O suben el IBI a todo el mundo o recortan becas y ayudas» y «a contar mentiras a casa», invitó a los dos grupos de la oposición.

Otro mundo posible

Existe un tercer planeta municipal, uno en el que «hay un grupo municipal naranja, el color de la alegría» y cuyo portavoz conoce todas las desgracias personales. Luis Pacho tiró de ejemplos -una viuda con una pensión de 800 y «derramas para cambiar el ascensor», tres hermanos que han perdido a sus padres y, además, «han tenido que pagar 1.800 euros de plusvalía» y la historia «mágica» de la tarjeta ciudadana- para hacer una crítica general y muy particular de las políticas del tripartito. ¿Un resumen? «Cuánto mejor estaría el dinero en el bolsillo de los ciudadanos que en manos del gobierno decente de la gente». Negó también la bajada del IBI -«los ciudadanos han estado pagando el mismo IBI durante los años tripartitos»- e insistió en hacer desaparecer la plusvalía para las herencias. Tuvo tiempo incluso para decir que la política fiscal de Rosón, lejos de ser moderna «está más pasada que los pantalones de campana». Justo ahora, que vuelven.

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