De origen muy humilde, voz inmensa consagrada definitivamente en el Carnegie Hall de Londres en 1965 con 20 minutos de aplausos, figura icónica de la cultura española desde hace medio siglo con un final triste debido a la enfermedad y a sus problemas con Hacienda, la soprano Montserrat Caballé ha muerto la madrugada de este sábado a los 85 años en el Hospital Sant Pau de Barcelona. Artista inmensa que subió a los mejores escenarios del planeta, las acusaciones de evasión fiscal en 2010 la afectaron profundamente. Condenada finalmente a cumplir medio año de cárcel y a pagar 500.000 euros de multa, su hasta ese momento impecable imagen se vio trastocada y ella desapareció de la vida pública.
La soprano se hallaba ingresada desde mediados de septiembre en el citado centro médico y llevaba varios años sin dejarse ver en actos públicos, afectada además por problemas de movilidad. Sufrió un tumor cerebral y un ictus que la alejaron definitivamente de los escenarios. La última vez en que la cantante fue vista en público fue en marzo del pasado año cuando recibió un galardón a su trayectoria por parte del Real Círculo Artístico de Barcelona y Opera Jove de Cataluá. El funeral tendrá lugar el lunes al mediodía en el Tanatorio de les Corts, mientras que el velatorio será este domingo a partir de las 14 horas en el mismo centro, según fuentes funerarias.
Montserrat Caballé nació el 12 de abril de 1933 en una familia a la que la guerra golpeó duramente con hambre, violencia y mil penalidadescomo relataría posteriormente: "Nos echaron varias veces de casa y llegamos a vivir a la intemperie". Cuando en 2017 recogió la Medalla de Oro del Real Círculo Artístico de Barcelona por su excepcional trayectoria, recordó emocionada sus difíciles pasos iniciales en la ópera, cuando su querido hermano Carlos le proporcionó los primeros contratos: "todo eran audiciones fracasadas y momentos tristes en los que nadie te quería y pensabas que tal vez habías escogido mal".
La imponente voz de Caballé comenzó su imperio en 1962 con una interpretación de 'Arabella' en el Gran Teatro del Lice en Barcelona y conquistó al planeta con uno de esos azares imposibles. El 20 de abril de 1965, Caballé tuvo que sustituir in extremis a una indispuesta Marilyn Horne en el Carnegie Hall de Londres sorprendiendo a un público rendido ante el poder de una voz que recordaba, según dictaminó The New York Times, a las míticas Renata Tebaldi y Maria Callas: cargada de plenitud, potencia y pureza.
Animal escénico absoluto, sus encuentros sobre las tablas con Plácido Domingo, Pavarotti o un Freddie Mercury ya enfermo para los fastos preparatorios de las Olimpiadas de Barcelona de 1992, desataban auténticos terremotos de música y pasión. Fue Isolda, Tosca, La Bohème, Madame Butterfly y Turandot, y se batió con la misma fuerza en las oquedades de la ópera barroca y en las exaltadas alegorías de Verdi, Puccini, Wagner o Strauss.
Extremadamente afable y bienhumorada, reconocida como embajadora principal de la cultura española en el mundo, sus últimos años fueron tristes. Simulando residir en Andorra para aligerar sus relaciones con Hacienda, fue juzgada y condenada por evasión de impuestos en 2010. En 2012 le atacaría un ictus durante una gira por Rusia y, más recientemente, una afección de vesícula la llevó a ser internada en el Sant Pau de Barcelona en donde ha fallecido esta madrugada.
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