Madrid
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido hoy a España, tras culminar su última visita de revisión de la economía, que ligar el alza de las pensiones únicamente a la inflación como ha recomendado el Pacto de Toledo podría poner en riesgo la sostenibilidad del sistema.
“Las recomendaciones del Pacto de Toledo consistentes en volver a vincular el aumento de las pensiones a un indicador del poder adquisitivo no deberían traducirse en medidas legislativas que no formen parte de un paquete integral. Un ajuste ad hoc de las prestaciones podría hacer peligrar la sostenibilidad financiera del sistema”, ha alertado.
Sus cálculos indican que volver a vincular el incremento de las prestaciones al IPC, sin otras medidas de equilibrio, aumentaría de forma permanente el desembolso en pensiones entre tres y cuatro puntos del PIB de aquí a 2050.
“Un aumento de tal magnitud en el gasto estructural ha de verse contrarrestado por otras medidas estructurales”, reclama el FMI, que propone incrementar la cotización mínima de los trabajadores autónomos y elevar el tope de las cotizaciones para salarios altos, o vincular la edad legal de jubilación a la esperanza de vida.
“A menos que exista una correspondencia plena entre el aumento de ingresos y el gasto adicional previsto, no podrá evitarse una futura reducción de las pensiones, aunque sea moderada”, argumenta, vaticinando una rebaja de las prestaciones si no se buscan medios para obtener más recursos. El FMI pide, además, claridad y celeridad en las reformas necesarias para garantizar la viabilidad del sistema a fin de dar seguridad a los futuros jubilados.
Más allá, el FMI ha revisado a la baja su previsión de crecimiento de la economía española en un marco de desaceleración global del crecimiento, y reduce del 2,8% al 2,7% el incremento del PIB que espera para 2018, igualando las cifras que maneja el Gobierno.
Para 2019, la previsión de crecimiento es del 2,2%. La institución destaca que el crecimiento de la economía española se ve lastrado por "retos estructurales, tales como una deuda pública notablemente elevada [98% del PIB], un alto desempleo estructural y un lento aumento de la productividad", así como por elementos externos como "la escalada del proteccionismo a nivel global y el debilitamiento de las condiciones de las economías emergentes".
En cuanto a la senda de déficit, el FMI considera que "el objetivo de déficit del 1,8% del PIB anunciado por el Eejcutivo para 2019 es crucial y apropiado, implicando un esfuerzo estructural que ronda el 0,5% del PIB", y pide medidas presupuestarias creíbles para 2019 y un incremento de ingresos que permita mantener las cuentas en equilibrio y avanzar hacia el superávit.
Los llamados hombres de negro aplauden las reformas realizadas por España en los últimos años, que le han permitido liderar el crecimiento económico en Europa, pero advierten que “el ciclo económico está llegando a su madurez y varios riesgos a la baja ensombrecen el panorama a medio plazo”.
Ante esta coyuntura, el FMI pide medidas preventivas para frenar eventuales crisis y pone el foco en la necesidad de realizar un ajuste fiscal y en reforzar la remodelación de un mercado de trabajo con una elevada tasa de paro estructural y un alto componente de empleo temporal.
El organismo internacional admite, en todo caso, que esta agenda reformista es, y debe ser, compatible con una agenda social, especialmente en lo concerniente a la incorporación de jóvenes al mercado laboral para asegurar un incremento de sus rentas, que son la palanca de ingresos más importante del Estado.
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