• El plan es comprar el 'apellido' del estadio para revenderlo
Víctor Grífols, presidente no ejecutivo de la farmacéutica Grifols. Foto: Archivo.
Madrid
La familia Grifols quiere pujar por los derechos comerciales del nuevo nombre del Camp Nou, el emblemático estadio al que el FC Barcelona busca apellido para obtener tesorería y salvar las cuentas del club. Aunque la compañía como tal, la farmacéutica Grifols, ha salido ya hasta en dos ocasiones a desmentir oficialmente que esté interesada en esta operación, las fuentes consultadas por elEconomista aseguran que el matiz está en que la oferta al club blaugrana no se ha producido desde la compañía, sino desde la propia familia y directivos de la empresa, a través de la sociedad Scranton Enterprises BV, un vehículo de inversión que opera desde Holanda.
La intención de la familia Grifols, según estas fuentes, tampoco pasa por ponerle su apellido al Camp Nou, sino que el plan trazado por los inversores es hacer de intermediarios: comprar estos derechos de naming a través de la firma holandesa y buscar posteriormente un comprador que sí pondrá su apellido al estadio. Según ha deslizado el propio FC Barcelona, la venta de los derechos del nombre del Camp Nou superaría los 300 millones de euros. Y es que la junta directiva que preside Josep Maria Bartomeu necesita durante este 2019 una fuerte inyección de dinero para rebajar la deuda del club.

El Barça necesita ingresar este año y de golpe, no a plazos, 300 millones de euros

En juego está la propia supervicencia de los directivos. Según marcan los estatutos de la entidad, si la deuda supera en dos veces el ebitda, la junta directiva estaría obligada a dimitir. El Barça cerró el año 2017 con esta ratio en el 1,99, con una deuda de 247 millones y un ebitda de 124 millones. El año pasado 2018, según las memorias anuales del club, la deuda neta se habría disparado hasta los 483 millones y el ebitda a 177 millones, con lo que la ratio estaría ya en 2,72. Sin embargo, este año el club ha alegado un cambio de criterio contable y, siguiendo las premisas de LaLiga, sólo usa el concepto de ingresos y gastos "más relevantes". Con esta fórmula, la deuda se ha rebajado a 157 millones, con lo que la ratio oficial está en 0,88.
Aún así, el Barça necesita ingresar este año y de golpe, no a plazos, esos 300 millones. Por ese motivo, el club rechazó el pasado verano la oferta que realizó Mediapro por estos derechos. El grupo audiovisual fundado por Jaume Roures ofrecía esa cantidad pero a pagar en 15 años. El Barça rechaza cualquier oferta a plazos porque además de rebajar su deuda, el club decidió subastar el apellido del Camp Nou para sufragar los costes de las obras de remodelación del estadio y el nuevo Palau Blaugrana de baloncesto, presupuestado en 600 millones de euros.

La oferta de la familia Grifols recoge un tipo de patrocinio rotatorio para dar 'apellido' al Camp Nou

La idea del Barça es alcanzar un acuerdo de cesión de patrocinio del Camp Nou por 20 años y cobrar por adelantado el montante de la operación. La oferta que baraja la familia Grifols incluye este modelo de cesión, aunque la intención de Scranton Enterprises es aumentar el número de años del contrato. Además, la oferta de la familia Grifols recoge un tipo de patrocinio rotatorio, por lo que no habría un solo comprador, sino que el apellido del Camp Nou cambiaría cada cierto periodo del contrato. El Barça, eso sí, se quiere reservar la última palabra sobre la marca que se asociaría a su nombre.
Scranton Enterprises, cuyo interés en el naming del Camp Nou fue adelantado por el diario Marca, no ha respondido a este diario sobre los detalles de la operación. La compañía actúa como la sociedad patrimonial que ejerce como vehículo inversor de la familia Grifols y que tiene su sede en Amsterdam. Actualmente es propietaria del 8,67% de las acciones de la farmacéutica Grifols, valorado en unos 800 millones. Esta sociedad pertenece a varios miembros de la familia: el presidente no ejecutivo, Víctor Grifols Roura; su primo Juan Ignacio Twose Roura; su hermano Raimon Grifols Roura; y su hijo Víctor Grifols Deu; además de dos consejeros, Ramón Riera Roca y Tomás Dagá Gelabert, socio fundador del despacho Osborne Clarke.

Sus otros negocios: de Wallapop al Joventut

La firma Scranton Enterprises, una sociedad con sede en Amsterdam, es la compañía que sirve de vehículo de inversión para varios directivos de la multinacional de hemoderivados Grifols, entre ellos su presidente no ejecutivo, Víctor Grífols Roura. Además de su inversión en la farmacéutica familiar, cuyos activos ascienden a unos 800 millones de euros, esta sociedad ha ido realizando diversas inversiones en los últimos meses. La última ha sido su alianza con la promotora catalana Corp Promotors para formar un grupo que construya 2.500 viviendas de alquiler en el área de Barcelona, con una inversión de 230 millones.
Antes, Scranton Enterprises se convirtió en el mes de agosto en el accionista mayoritario del Club Joventut de Badalona, al suscribir casi en su totalidad una ampliación de capital de 3,7 millones de euros que sirvió para evitar la desaparición del equipo de baloncesto de la Liga Endesa debido a sus deudas. Tras el cambio accionarial, el consejo de administración se ha ampliado con tres nuevos miembros en representación de Scranton. Se trata del consejero delegado de la sociedad, el italiano Luca Tassan; el directivo de la empresa y de Grifols, Ramón Riera, y Eduard Arruga, el abogado de Osborno Clarke que intervino en las negociaciones.
Los familiares y directivos de Grifols también invirtieron en 2015 en Wallapop y compraron el 5% por 12,3 millones de euros. Entre sus participadas está la empresa catalana de drones para uso civil Hemav; Qardio, especializada en tecnología para la salud, y la firma de software Realtrack Systems. Sus última inversión ha sido la toma de un 25% de las acciones de la papelera catalana Iberboard Mill y en la bodega Juve & Camps.