domingo, 7 de abril de 2019

Borrell dá en el clavo....

Borrell avisa: sin un presupuesto fuerte, la UE puede convertirse en "un parque temático" sin peso en el mundo

El ministro de Exteriores de España Josep Borrell. EFE
Propone una "integración diferenciada", acabar con la regla de la unanimidad y dar a la Unión competencias en materia migratoria.
El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Josep Borrell, considera que si la Unión Europea no se dota de un presupuesto adecuado a sus ambiciones corre el riesgo de convertirse en un "parque temático": "Recibiremos muchos turistas atraídos por nuestro patrimonio y gastronomía pero no tendremos ningún peso en las decisiones mundiales".

Así lo afirma en el prólogo del libro 'La Unión hace la fuerza. Europa ante los desafíos del siglo XXI', coordinado por Álvaro Anchuelo, Enrique Feás y Federico Steinberg, y editado por Deusto.
El ministro, que será candidato del PSOE a las elecciones al Parlamento Europeo, avisa de que, si la UE quiere recuperar su legitimidad y el apego de los ciudadanos tras los años de crisis y "dogmatismo económico", tiene que "desarrollar una dimensión social y protectora".
Por eso, además de dotar convenientemente el Presupuesto europeo para que la UE tenga "protagonismo" en políticas como las migraciones y la defensa, reclama "un nuevo contrato social" para que los europeos vean que, "bajo la protección" de la UE, la globalización puede ser "fuente de oportunidades".
Para ello, propone un presupuesto para la zona euro "para responder a los choques asimétricos" y, en ese sentido, acoge favorablemente la propuesta francoalemana sobre la capacidad fiscal para la convergencia, la competitividad y la estabilización. Sin embargo, reclama ir más allá, incluyendo los beneficios del Banco Central Europeo como recursos propios --como quieren los Gobiernos de Francia y España--.
En segundo lugar, propone armonizar las políticas sociales, con un seguro europeo de desempleo y un sistema de salario mínimo. Pero eso, añade, implica redistribuir capacidades fiscales entre los distintos niveles, porque "la UE no puede proclamar grandes objetivos de política social" con un presupuesto de apenas el 1 por ciento del PIB europeo.
Así, sostiene que si de verdad se quiere financiar un pilar social europeo hay que introducir nuevos recursos propios, como el impuesto a las transacciones financieras o un impuesto a los gigantes de Internet (al que se refiere como GAFA: Google, Amazon, Facebook y Apple).

'Tasa Google'

Este impuesto, conocido en España como 'tasa Google', ha sido rechazado este mes de marzo en el Consejo de la UE por el rechazo de Irlanda, Dinamarca, Suecia y Finlandia. Borrell cree que el debate sobre el presupuesto europeo 2021-2027 es una ocasión única para debatir cómo deben contribuir al nuevo contrato social unas empresas que se benefician de las infraestructuras europeas, el talento de sus científicos y los datos de sus ciudadanos.
Por otro lado, avisa de que ningún Estado de la UE podrá responder de forma eficiente a los retos del mundo globalizado, y apuesta por aunar capacidades, eso así, abandonando "la maldición de la unanimidad". También cree que las reticencias de la actual Administración estadounidense a seguir brindando protección militar son una oportunidad para desarrollar las capacidades europeas y apuesta por unas Fuerzas Armadas europeas como objetivo a medio plazo.
Para todo ello, admite que, a medio plazo, los Tratados actuales no serán suficientes para adoptar decisiones trascendentales de política tributaria y social, bien porque se exija unanimidad o porque no haya base legal, así que será necesario, en algún momento, reformarlos "en clave federal".
Eso, sumado a la necesidad de una UE "más democrática", le lleva a proponer "reforzar los poderes del Parlamento Europeo", para que tenga poder de codecisión con el Consejo en todos los temas, y extender a todos las decisiones por mayoría cualificada. También habla de atribuir a la UE competencias adicionales, por ejemplo en materia migratoria, "gran asignatura pendiente".
Eso sí, añade que no es necesario que todos los países se sumen a estas iniciativas, porque no todos los gobiernos comparten los mismos objetivos, así que apuesta por una integración "a distintos ritmos". "Aceptemos la realidad y hablemos abiertamente de la necesidad de una integración diferenciada", afirma, como ya sucede con el euro y con Schengen.

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