Voz Populi-El Partido Popular quiere ir de la mano con Ciudadanos en Cataluña si hay repetición de elecciones generales, con una fórmula idéntica a la que tan buenos resultados ha dado en Navarra en la última ronda de comicios que hubo en abril y mayo, según fuentes de Génova consultadas por Vozpópuli.
El PP de Pablo Casado ya sondeó la posibilidad de acudir junto a Cs en las elecciones municipales en Barcelona. Las dudas no se prolongaron demasiado en el tiempo ya que la incorporación de Manuel Valls al frente de la candidatura naranja actuó como efecto disuasorio. Fue entonces cuando Casado fichó al empresario panadero Josep Bou, quien logró retener dos concejales en las locales de Barcelona en contra de casi todos los pronósticos.
La posibilidad de concurrir en candidatura conjunta a unos comicios en Cataluña es una idea que siempre ha sobrevolado por los despachos de Génova. En el caso de que Pedro Sánchez decida convocar nuevas elecciones, una vez que hayan fracasado sus intentos de investidura, sería una ocasión muy oportuna para probar esta fórmula. En Navarra, la lista integrada en 'Suma' empató en las generales a escaños con el PSOE, dos para cada uno, aunque la coalición de centro-derecha consiguió 13.000 votos más que los socialistas.
En unas elecciones autonómicas anticipadas por decisión de Quim Torra, quizás el tirón de este cartel electoral compartido de 'Cataluña Suma' conseguiría incluso mejores resultados. La dirección general del PP nunca lo ha descartado. Dentro del equipo de Casado hay gente que lo considera línea de actuación digna de estudio.
En el PP catalán, la labor que lleva a cabo Alejandro Fernández empieza a dar resultados, tanto en presencia social como en repercusión mediática. Ciudadanos aparece en retroceso en tanto que el PP logra frenar su tendencia declinante e incluso amaga con una recuperación de la mano de Bou y Xavier García Albiol desde su atalaya de Badalona.
No ha habido hasta ahora una aproximación formal entre ambas formaciones para concretar esta idea, puntualizan las citadas fuentes. En este sentido, hay factores que pueden influir directamente en impulsarla o no. Uno de ellos, sin duda fundamental, será lo que ocurra en la región una vez conocida la sentencia del juicio del 'procés', cuyos efectos pueden alterar el normal discurrir en la Comunidad y provocar una alteración sustancial del panorama político.
La fórmula ya vivida con Valls
En Ciudadanos, por el momento, no se plantean para Cataluña una coalición como la de Navarra Suma y la fórmula con Manuel Valls ha salido bastante peor de lo que la dirección pensó inicialmente. En todo caso, la formación de Rivera vive un preocupante retroceso electoral en los últimos años en esta comunidad autónoma que podría abrir al final la espita de una coalición.
Por ejemplo, en las europeas del 26-M perdió un 73% del voto -un total de 810.951 papeletas- si se compara con las autonómicas de diciembre del 2017, en la que consiguió su techo electoral. La dirección de Ciudadanos dijo entonces que no eran magnitudes comparables y que era mezclar churras con merinas. Pero la preocupación cunde entre la militancia y los cargos catalanes, que achacan lo ocurrido a la estrategia nacional de ocupar el espacio del PP y al salto a la política nacional de la mayoría de referentes del partido en Cataluña.
En las autonómicas del 2015, las llamadas plebiscitarias, Ciudadanos pasó de 9 a 25 diputados con 735.000 votos y se convirtió en la primera fuerza de la oposición. El 21-D del 2017, tras la aplicación del 155, Inés Arrimadas logró una victoria histórica en las urnas, que no impidió la mayoría separatista en el Parlament. Ciudadanos obtuvo en aquellos comicios, tras la aplicación del artículo 155, 1'1 millón de votos.
Pírrica subida
En este 2019 tan electoral, Ciudadanos no ha conseguido acercarse si quiera a esos números en el ciclo de generales, municipales, autonómicas y europeas. El 28-A obtuvo 478.000 votos, menos de la mitad que Arrimadas. Y el 26-M se quedó en las 277.300 papeletas.
Es una pírrica subida con respecto al 2015 motivada, por un lado, porque el partido presentaba más candidaturas y, por otro, porque Valls mejoró ligeramente los resultados de Barcelona. El PSC, por hacer la comparativa, pasó de los 531.000 votos en 2015 a 735.000 en 2019.
El problema, advierten en Ciudadanos, es la caída en municipios en los que ya estaban. En Badalona, por ejemplo, han desaparecido del Ayuntamiento tras verse arrasados por el huracán de García Albiol. En Hospitalet, el PSC se llevó la mayoría absoluta. Y Ciudadanos perdió concejales en localidades como Gavá, El Masnou y en capitales como Lérida.
Al final, el crecimiento de Ciudadanos en Cataluña ha ido acompañado de un complejo proceso de expansión al resto de España. El partido es ya la tercera fuerza política a nivel nacional. Y la convivencia del alma catalana de Ciudadanos con la de otras comunidades ha sido complicada.
La militancia catalana, proveniente en muchos casos del PSC, fue la que se opuso al cambio de ideario que borró la socialdemocracia como influencia ideológica y consagró al liberalismo. Y fueron los intelectuales fundadores de Ciudadanos quienes más criticaron a Rivera por vetar los acuerdos con el PSOE de Sánchez las pasadas generales.
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