Notable para las sendas ovetenses, «pero necesitan algunos arreglos»
Los usuarios de la pista filandesa y del parque de Invierno se quejan de los ciclistas que, desde que comenzó la desescalada, tienen mayor presencia
Pasar el final del invierno confinados, y que la primavera coincidiera con la primera fase de desescalada han convertido a los parques y sendas de la ciudad en el escenario perfecto para practicar deporte y caminar, incluso para aquellos que habitualmente no realizaban este tipo de actividad.
La pista filandesa y el parque de Invierno son ahora transitadas por centenares de personas al día que se unen a los habituales. Todos presumen de que es «un lujo» tener estos espacios en la ciudad donde se reúnen corredores, paseantes y ciclistas, por ello, les dan una nota media que se acerca al notable. No obstante, también hay quejas y advierten de que «se necesitan arreglos».
Es el caso de Julio Fernández y de su amiga Mercedes García. Ambos suelen ir a caminar o a correr a la pista. A sus 71 años Julio Fernández es todo un deportista y es habitual que suba corriendo hasta el Corazón de Jesús. Por ello, conoce la filandesa como la palma de su mano. Debido a las restricciones del confinamiento, los aparatos de gimnasia se encuentran precintados «pero yo pondría más cuando se puedan volver a utilizar», indica.
Asimismo, critica a las bicicletas «que no las dejaría pasar, y menos con la pandemia». En eso coincide también Mercedes García, «debería haber una delimitación solo para las bicicletas. Estaría bien que hicieran un carril para ellas».
Mónica Andrés, bancaria, acude habitualmente a caminar al camino de Valdeflora. Pese a que ya hay vallas «en alguna zona pondría más». Coincide con los demás en el problema de las bicicletas y añade a los perros «que deberían ir atados pero en ocasiones van sueltos».
Las quejas también se trasladan al parque de Invierno. Allí comienza una senda que, a su paso por la antigua estación de tren de La Manjoya, cuenta con dos argayos que según los usuarios «llevan dos o tres años sin arreglarse». Eusebio López suspende esa senda en su conservación. Además de señalar el argayo, incide en que hay vallas que están podridas «debido a la humedad del río». Entre las necesidades, el vecino de Oviedo haría una vía verde «que se pareciera a los caminos de monte para quienes practican montañismo».
«Hacia tiempo que no venía y tardaré en volver. La senda está muy bien pero hay mucho ciclista y mucha gente corriendo, es un riesgo», afirmó Alfredo Fernández. Pese a que antes del estado de alarma este vecino iba muchos días al parque de Invierno, ahora lo ve inviable debido a la cantidad de gente que se acumula en las horas permitidas. «Volveré a callejear por el centro», indica. Entre sus quejas se encuentra el argayo «que sigue sin arreglarse» y las bicicletas «que van como motos». Así, indica que, de momento, deberían desviarlas a otras zonas de la ciudad.
María Virgós acude cinco días a la semana a correr a primera hora de la mañana. «Necesita un arreglo, se han caído vallas y ha habido derrumbamientos», señala. Para ella los dos primeros kilómetros de la senda, justo hasta la Manjoya, son los que están peor en relación al mantenimiento «y son los que más usa la gente para caminar». A su juicio, las bicicletas «no respetan» y a la «mínima te invaden, por lo que te pueden tirar».
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