Juan Velarde: «No se está adoptando ninguna medida de verdad para frenar la crisis»
JUAN VELARDE. ECONOMISTA
«Esta es de las peores situaciones que he visto, salvo la prolongación de la guerra civil. Se juntan cosas que suponen un hundimiento total»
Ni siquiera el coronavirus puede con su imparable actividad. El economista asturiano Juan Velarde (Salas, 1927), muy crítico con la gestión de esta crisis, continúa desde el confinamiento escribiendo artículos, estudiando documentos y organizando los cursos de La Granda, que espera que este verano se puedan celebrar, a pesar de que reconoce que no ha vivido nada comparable.
–¿Cómo está llevando el estado de alarma?
–Encerrado en casa, desde el principio. Cuando me enteré estaba en la academia (es presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas y de la Real Sociedad Geográfica), cerramos puertas y ventanas y me vine para casa. Aquí estoy con mi mujer y una hija. Trabajo bastante, escribo artículos largos, estoy pendiente de documentos...
–¿Ha vivido usted algo igual?
–Pensándolo mucho, yo he vivido la Revolución del 34 en Asturias, la guerra civil... También eran situaciones especiales, pero tenía la posibilidad de salir.
–¿Cómo ve la situación económica?
–Preocupadísimo. Esta es de las peores situaciones que he visto, salvo la prolongación de la guerra civil. En este momento se juntan muchas cosas que suponen un hundimiento total.
–Más allá del coronavirus, ¿cuáles son todos esos aspectos que coinciden en el tiempo?
–La economía española, para avanzar, necesita exportar y todo eso se ha cortado, incluso el turismo. Si esto se corta, la economía española se viene abajo. En segundo lugar, necesitamos el impulso de empresarios que tengan visión de futuro y ahora esas posibilidades también se han cortado. Otro asunto es que requerimos que el mercado nacional sea el mayor posible, pero diversas políticas autonómicas, sobre todo vascas, navarras o catalanas, rompen el mercado español. Y a todo esto se suma que tenemos la tasa de paro, quizás no la mayor del mundo, porque nos suele ganar Turquía o Sudáfrica, pero sí de las mayores, y va en aumento. Esto genera tensiones sociales y obligaciones. Por último, tenemos un gasto público muy superior a lo que somos capaces de producir. La situación es demoledora.
–¿Será peor esta crisis que la de 2008?
–Ahora ya es peor, porque entonces llegábamos de una situación muy buena y ahora venimos de una mala. El hundimiento en el último año ya era notable.
–¿Qué le parecen las medidas que se están adoptando?
–No se está adoptando ninguna de verdad. En la intervención parlamentaria del presidente del Gobierno solo habló de cómo arreglar el tema del gasto sanitario, pero no habló de medidas económicas. Daba la impresión de que se lo pasaba a Casado. Para tomar decisiones hay que tener poder, estar bien organizado y Sánchez no tiene ningún asesor económico serio, así que funciona a empujones y eso es peligrosísimo.
–¿Qué recetas cree que deberían aplicarse para que el impacto de esta crisis fuera menor?
–Sería necesario que una mayoría de partidos derrocase a este Gobierno. Es el tercer derrumbamiento económico de un Gobierno socialista. Felipe González se fue con una crisis económica muy grande, también Zapatero, y ahora es igual, que venga otro.
–Pero, independientemente de quien gobierne, ¿qué medidas se deberían aplicar?
–De momento, se debería liquidar mucha parte del gasto público. No hay más remedio. No el sanitario, pero sí otros. Y nada de nacionalizaciones. Hay que abrir camino a la iniciativa privada, con una vigilancia tremenda para evitar tendencias monopolísticas. También habría que eliminar todas las tensiones que hay como consecuencia del intervencionismo público del Estado y de las autonomías, con obligaciones distintas en cada sitio y un exceso de burocracia. La falta de homogeneidad corta la capacidad de competitividad.
–Entiendo que la renta básica que se plantea no le gusta.
–Que toda persona tenga una renta mínima suena bien, pero ¿qué significa eso para el gasto público? La pregunta es hasta dónde se puede ir. La carga para el sector público es tremenda y eso obliga a subir los salarios, cosa que también parece bien, pero ya se descubrió que genera paro y más gasto público.
–¿Y el impuesto para ricos que plantea Unidas Podemos?
–¿Qué límite tiene la subida de impuestos? Si se suben demasiado la gente deja de trabajar porque se lo lleva el Estado. Es la curva de Laffer, una curva que existe y si se suben mucho los impuestos baja la recaudación.
–¿Saldrá la economía transformada de esta crisis?
–El hombre ha superado muchas cosas y esto se va a superar, pero el impacto económico va a durar mucho. Como no lo hagamos bien, y no lo estamos haciendo, habrá dificultades serias. En el turismo, que es un elemento de desarrollo notable, se pueden generar muchas dudas, aunque España tiene una situación muy buena en este sector y ventajas tremendas.
–Asturias, con un mayor peso de la industria, ¿saldrá mejor de esta crisis?
–Asturias tiene ventajas, también porque el impacto del coronavirus ha sido menor, y porque es una comunidad marítima, está cerca si tiene medios aéreos, desde Portugal se llega enseguida... Tendría las condiciones para ser una especie de isla con una base económica aceptable. No veo mal a Asturias en este sentido. Sus niveles culturales son de los más altos de España y eso también es una ventaja muy grande, con la Universidad. Ese centro de Asturias es una maravilla.
–¿Se celebrarán este verano los Cursos de La Granda?
–Ya los hemos empezado a montar. CésarNombela será el encargado de abrirlos, con su visión científica del virus. Esperamos tener estudios y análisis del impacto económico, sociológico, social e, incluso, teológico alrededor de este tema.
–¿Y podrán hacerse de forma presencial?
–Yo creo que sí. Ya si nos imponen restricciones...
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