Revisado por Adam Tooze: una cuenta magistral de la crisis financiera
El Partido Republicano en los EE. UU. Y Angela Merkel se encuentran entre los únicos culpables en un análisis que aclara la profundidad del desastre.
Donald Trump en la Casa Blanca, Ucrania en jirones, Rusia en ascenso, Grecia en ruinas, fascistas en los parlamentos de Europa. El mundo está en espasmo, y lo ha estado durante años; tanto, de hecho, que parece que ha estado ocurriendo para siempre. Es por eso que necesitas leer Crashed .
Es difícil recordar antes de que comenzara la crisis financiera en 2007, hasta el momento en que solíamos llamar a la Gran Moderación, cuando el empleo era alto, la inflación baja y el progreso era cierto. Ese fue un momento de abundancia relativa: los gobiernos europeos podían permitirse un gasto social generoso, y Estados Unidos podía sumergirse en guerras (y nosotros, en el Reino Unido, podíamos hacer ambas cosas). Pero la prosperidad era ilusoria. En retrospectiva, esa época podría haber sido mejor llamada la Gran Complacencia; la gran presunción O, tal vez, la gran deuda.
Ya somos conscientes de la historia de cómo la economía mundial fue destruida por la colisión de la urgencia de los banqueros de prestar dinero con el deseo de los propietarios de pedirlo, pero la cuenta de Tooze es magistral. Nos lleva al interior del miedo y la incredulidad que acompañaron la gran congelación del crédito del que dependían los bancos. Washington se había estado preparando para un enfrentamiento con Pekín, y en su lugar fue totalmente cegado por la implosión de Wall Street.
Su narrativa se disipa en todo el mundo, centrándose en los tres grandes bloques de poder en la economía global: los Estados Unidos, la UE y China. Fue el deseo chino de los bonos del Tesoro antes de la crisis lo que redujo los rendimientos y envió otro dinero en busca de inversiones más rentables, como los bonos hipotecarios. Fueron los bancos europeos, que carecían de un gran territorio propio, los que más se excedieron en satisfacer ese apetito. Y fue la Reserva Federal la que tomó las medidas necesarias para evitar que la crisis se convierta en una catástrofe. En este tapiz, Tooze también teje la crisis ucraniana de 2014, la tragedia griega en curso, el gran error Brexit, el auge del nacionalismo, el derroche de la infraestructura china y, por supuesto, la elección de Trump.
Los políticos del mundo, con la posible excepción de Gordon Brown , que sale bastante bien de esta historia, fracasaron espectacularmente en el desafío al que se enfrentaban. Tooze se reserva un trato particularmente severo para el partido republicano, que puso a su propia ideología incoherente y donantes ricos por encima de cualquier deseo de responsabilizarse de los Estados Unidos o del mundo, y de Angela Merkel , quien se negó a poner nada por delante de la prosperidad de los burgueses de Alemania media
Los políticos europeos respondieron inicialmente a la crisis de alto riesgo con la alegría. Se dieron cuenta demasiado tarde de que sus bancos no solo estaban mucho más expuestos que los estadounidenses, sino que sus instituciones carecían del mandato para hacer algo al respecto. Tooze forensically muestra cómo surgió la crisis de la eurozona a partir del desplome inicial de EE. UU. Y demuestra cómo fracasó la austeridad, así como cómo las matemáticas en las que se basó fueron erróneas. Cuando finalmente se retiraron los rescates de Berlín, se beneficiaron los bancos que hicieron los préstamos, no las personas obligadas a pagarlos.
La rigidez de Merkel condenó cualquier intento de transformar el Banco Central Europeo en una máquina efectiva de lucha contra la crisis, y solo se vio obligada a actuar cuando se hizo el daño, y una generación de jóvenes había destruido sus perspectivas. Si nada más, este libro lo curará de cualquier esperanza de que Merkel pueda ir al rescate de Granxit de Gran Bretaña: ella simplemente no tiene la capacidad de tomar la iniciativa de esa manera.
La historia de Tooze es una descripción, no una receta: no nos da sugerencias sobre cómo se podría manejar mejor el mundo, solo explica la profundidad del desastre. Sin embargo, se refiere regularmente al acuerdo de Bretton Woods de la posguerra , que sustentó la prosperidad y la estabilidad mundiales hasta la década de 1970 con su régimen de control de capital y tipos de cambio fijos. En lugar de un sistema coherente y bien entendido para la cooperación internacional, como este, Crashed describe un contratiempo ad hoc. Las instituciones clave, como el BCE o la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, no pueden o no quieren hacer lo correcto en una crisis.
Ha sido nuestro fracaso reemplazar a Bretton Woods por algo similarmente coherente que nos ha expuesto al riesgo de flujos cada vez mayores de dinero caliente, que son capaces de abarrotar a países más pequeños y hacer que las decisiones democráticas de su pueblo carezcan de sentido.
Como se le dijo al nuevo gobierno de izquierda de Grecia en 2015: "No se puede permitir que las elecciones cambien la política económica". Fue un mensaje resistido por varios países en la periferia de la eurozona, pero todos cedieron eventualmente e implementaron los recortes que exigían sus tenedores de bonos. . Dado que la austeridad estaba aplastando sus economías, era probable que los recortes persistieran en un futuro previsible, ya que las deudas no estaban más cerca de ser pagadas. No es sorprendente que sus ciudadanos hayan optado por elegir partidos que se nieguen a aceptar esta triste disciplina, por muy terribles que sean muchos de esos partidos.
Y ahora hay alguien en la Casa Blanca que podría ser peor que todos ellos. El ascenso de Trump a la presidencia muestra cómo perdimos la oportunidad de abordar las causas fundamentales de la crisis antes de que fuera demasiado tarde. De hecho, ahora que China está mucho más integrada en el sistema financiero internacional que hace una década, el volumen de dinero que fluye en todo el mundo ha aumentado enormemente y los riesgos han aumentado con ello.
Con suerte, surgirá una nueva generación de políticos capaces de comprender la necesidad urgente de un acuerdo justo en el hogar y una nueva estructura internacional. Tendrán que rechazar la economía errónea de la generación anterior y crear teorías tan audaces como las que respaldaron a Bretton Woods. Este libro proporciona la materia prima para esas teorías; Es una lectura indispensable para cualquier persona que quiera entender el pasado para construir un futuro mejor.
• Moneyland de Oliver Bullough es publicado por Profile. Crashed es una publicación de Allen Lane. Para solicitar una copia por £ 25.80 (RRP £ 30), vaya a guardianbookshop.com o llame al 0330 333 6846. Envío gratuito en el Reino Unido a partir de £ 10, solo pedidos en línea. Pedidos telefónicos mín. P & p de £ 1.99.
Ya que estás aquí ...
... tenemos un pequeño favor que pedir. Más personas están leyendo The Guardian que nunca, pero los ingresos por publicidad en los medios están disminuyendo rápidamente. Y a diferencia de muchas organizaciones de noticias, no hemos colocado un muro de pago: queremos mantener nuestro periodismo lo más abierto posible. Así que puedes ver por qué necesitamos pedir tu ayuda.
The Guardian es editorialmente independiente, lo que significa que establecemos nuestra propia agenda. Nuestro periodismo está libre de sesgos comerciales y no está influenciado por propietarios multimillonarios, políticos o accionistas. Nadie edita nuestro Editor. Nadie dirige nuestra opinión. Esto es importante porque nos permite dar voz a los que no tienen voz, desafiar a los poderosos y exigirles cuentas. Es lo que nos hace diferentes a tantos otros en los medios de comunicación, en un momento en que la información objetiva y honesta es fundamental.
Si todos los que leen nuestros informes, a quienes les gusta, ayudan a respaldarlos, nuestro futuro sería mucho más seguro
No hay comentarios:
Publicar un comentario