REDACCIÓN
Después de que el pasado sábado entrase en vigor la orden que obliga a todos los ciudadanos turcos a portar mascarillas en espacios con aglomeraciones de personas, el Gobierno ha ido un paso más allá. Turquía ha prohibido la venta de mascarillas en todo el país y además las distribuirá gratuitamente entre su población. El anuncio fue realizado por el presidente, Recep Tayyip Erdogan, quien aprovechó el mismo discurso para reiterar sus críticas a Occidente, donde indicó que no se ha gestionado bien la crisis del coronavirus.
Tenemos una reserva de mascarillas que será plenamente suficiente para nuestros ciudadanos hasta el fin de la pandemia», anunció Erdogan
Las autoridades turcas ya habían restringido previamente la exportación de mascarillas y material sanitario producido por Turquía, una medida que se tradujo en el conflicto diplomático por la entrega de productos adquiridos por comunidades autónomas españolas y que acabó solucionándose mediante la mediación de Exteriores. «Queda prohibido vender mascarillas por dinero. Tenemos una reserva de mascarillas que será plenamente suficiente para nuestros ciudadanos hasta el fin de la pandemia. El Estado hará llegar mascarillas gratuitas», sentenció Erdogan.
En este sentido, cada ciudadano adulto puede solicitar un total de cinco unidades a la semana que serán enviados a domicilio en un paquete, en una medida que también está siendo complementado con el reparto en los autobuses. No obstante, los mayores de 65 años y los menores de 20 -que no pueden salir a la calle- pueden solicitar el envío de productos de primera necesidad. El Gobierno también trabaja en la construcción de dos hospitales de campaña, cuya finalización está prevista para dentro de 45 días, y que se ubicarán en el antiguo aeropuerto de Atatürk y en un aeródromo militar cercano a Estambul. Ambos tendrán capacidad para mil camas.
La pelota en el tejado de Europa y Estados Unidos
Erdogan también está empleando un lenguaje muy crítico, concretamente contra Estados Unidos y los países de Europa, a los que acusa de responsables de la entrada del COVID-19 en Turquía, en una estrategia ya utilizada anteriormente por otros líderes mundiales, como el caso del propio presidente estadounidense, Donald Trump, que se refirió al coronavirus como «el virus chino» o su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro.
Si desde el principio estos países [en alusión a Estados Unidos y Europa] hubieran mostrado la sensibilidad que mostrábamos nosotros, hoy podríamos estar todos mucho mejor»
Entre los ataques vertidos, Erdogan argumentó que «si desde el principio estos países hubieran mostrado la sensibilidad que mostrábamos nosotros, hoy podríamos estar todos mucho mejor», para detallar que «una parte importante de nuestros pacientes con COVID-19, y quienes se lo transmitieron, habían viajado por Europa o Estados Unidos en un momento en el que estos países no habían tomado precauciones». Los muertos por coronavirus en Turquía ascienden a 649, 75 en las últimas 24 horas, pero los positivos ya han alcanzado los 30.000, segundo datos facilitados por las autoridades turcas.
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