Oviedo dejará de ingresar 800.000 euros por la suspensión de tasas a hosteleros
Otea explica que la reapertura avanza con «cautela» y pide cambiar la ordenanza de terrazas aprovechando la experiencia actual
El equipo de gobierno está perfilando el plan de recuperación económica y empresarial del municipio tras las repercusiones económicas que ya ha comenzado a generar la crisis sanitaria en las cuentas municipales. En lo que toca directamente a la hostelería, protagonista esta semana del inicio de la fase 1 de la desescalada, el Consistorio dejará de ingresar hasta diciembre unos 800.000 euros por la exoneración de las tasas municipales a los empresarios hosteleros de la ciudad. Unos números que, en palabras del edil del ramo, Alfredo García Quintana, «serán necesarios compensar» en la cuenta municipal, lo que «dependerá de las ordenanzas fiscales».
Una medida que se suma, como anticipó EL COMERCIO a la habilitación de una línea de crédito con Asturgar de un millón de euros para microcréditos con un año de carencia y un 1,5% de interés, subvenciones para inversión en los locales en materia de protección, y ayudas para el mantenimiento del empleo. «El objetivo ya no es generar empleo sino mantenerlo», sentenció el concejal.
Mientras tanto, en la ciudad las terrazas se siguen llenando de clientes. Algo que ya ha ocasionado, como el pasado lunes, episodios de aglomeraciones y denuncias de la Policía Local a dos establecimientos. «Hechos puntuales, pero poco recomendables», matizó García Quintana, «que se van a solucionar con responsabilidad y sentido común». Aun así, los negocios reabren sus puertas con paso más lento.
En ese sentido, para el presidente de la junta local de la patronal de Hostelería y Turismo, David González Codón, el primer desconfinamiento de la hostelería se está caracterizando por la «pausa» y la «cautela» de los hosteleros. Números que no alcanzan el 15% de locales abiertos y que se traducen en una «mucha demanda y poca oferta», aseguró, mientras mantiene que la masificación «se relajará» según vaya habiendo más persianas levantadas. Eso sí, «un bar no es rentable al 50%. Los que abrieron el lunes lo hicieron en un ejercicio de honor y valentía», apostilló el propietario del Clic Bar, «y esta nueva situación va a exigir la flexibilidad de todos y un ejercicio de empatía por parte de los vecinos. No puede ocurrir como con la ley del tabaco, no nos pueden criminalizar», sentenció.
Por otra parte, advirtió González Codón, con los locales comenzando a extender la superficie de sus terrazas (como contempla la nueva modificación de la ordenanza) y la posibilidad de ocupar espacios de aparcamiento y otros de uso público, ya cabe «poner sobre la mesa la renegociación de la ordenanza de terrazas vigente» que surja, relató, de la «convivencia» que se genere entre vecinos y hosteleros hasta el próximo diciembre. «La ordenanza hay que cambiarla, y el aprovechamiento de zonas para aparcamiento es un hito hacia el futuro», concluyó.
No obstante, para García Quintana, «ahora no es el momento» de poner sobre la mesa esa renegociación, ya que «la prioridad es luchar contra la crisis sanitaria». «Los negocios de hostelería tienen problemas más acuciantes como la falta de liquidez o los ERTE y las terrazas no son condicionantes de la viabilidad económica de los negocios, si bien es cierto que van a ayudar en este diseño por fases de apertura». Eso sí, advirtió, «nosotros nos comprometimos a revisar las ordenanzas, y la de terrazas es una de las que hay que actualizar, pero es un proceso largo».
«Vamos a ser más duros»
Por su parte, la Policía Local ya ha aumentado las labores de control en los principales focos hosteleros de la ciudad. Uno de ellos, el casco histórico, apuntó ayer el subinspector Bernardo González, donde, añadió, «queremos dejar muy claro que el botellón no se va a permitir. Vamos a ser más duros con la norma».
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