jueves, 17 de marzo de 2011

Manualillos para una crísis ( 2 )

Y por que no el G-20?

El G-7 y los bancos centrales estudian una respuesta global a la crisis japonesa

17.03.2011 MADRID/BERLÍN D.Badía/C.Vela 0
Las instituciones monetarias se reunirán esta semana con el G-7 para valorar la aprobación de medidas de contingencia.
Los representantes del G-7 y los bancos centrales mantendrán una reunión mediante teleconferencia esta semana con el fin de buscar una solución financiera al desastre de Japón. Así lo manifestó ayer la ministra de Finanzas de Francia, Christine Lagarde. “Tenemos que estar a disposición de nuestros amigos japoneses sobre asuntos monetarios”. Algo que corroboró pocas horas después el titular de Finanzas alemán,Wolfgang Schäuble: “Se hará lo que sea necesario y posible para ayudar a Japón”.
Pero estas medidas no sólo irían en beneficio de Japón, ya que uno de los riesgos que el G-7 quiere detener es una venta masiva de activos extranjeros por parte de inversores japoneses, lo que desestabilizaría los mercados financieros mundiales.
Los bancos centrales, en general y especialmente en circunstancias como ésta, se encuentran en contacto permanente, hacen seguimiento de los acontecimientos y están listos para apoyarse cuando lo vean necesario. “Considero que los bancos centrales deben estar vigilantes ante potenciales perturbaciones de liquidez que puedan producirse. La situación es suficientemente complicada para no hacerlo”, indica José Luis Martínez, estratega en España de Citi.
Alternativas
Tras los ataques del 11-S, así como días después de la quiebra de Lehman, han llevado a cabo acciones coordinadas, bien mediante rebajas de tipos de interés, poco probables en el contexto actual, multimillonarias inyecciones de liquidez o acuerdos de intercambio de divisas entre las instituciones monetarias.
No obstante, Schäuble matizó que “es muy pronto para concretar las medidas que podemos tomar”, al ser preguntado por si la UE comprará bonos soberanos japoneses o habrá una inyección coordinada de los bancos centrales.
Por ahora, el Banco de Japón ha inundado el sistema de dinero. En total, ha inyectado 26,5 billones de yenes (190.000 millones de euros) para intentar estabilizar los mercados.
A su vez, mantiene vigente con la Reserva Federal un acuerdo para poder facilitar financiación ilimitada en dólares a los bancos comerciales del país. De hecho, el Banco de Japón celebró ayer otra subasta en esta divisa. “Las líneas swap (intercambio de divisas) han sido de enorme ayuda para países europeos y asiáticos durante la crisis financiera”, apunta Guillermo de la Dehesa, presidente del Centre for Economic and Policy Research (CEPR).
Junto al riesgo de una oleada de ventas de activos en moneda extranjera por parte de japoneses, “se pueden producir situaciones de desconfianza e iliquidez en bancos y compañías japonesas”, según Martínez. Y, por último, existe la posibilidad de que aparezcan nuevas tensiones y una mayor volatilidad en los mercados de deuda pública. Lagarde indicó ayer que se analizará “de qué manera podemos participar en sus emisiones de deuda y cómo podemos reaccionar a nivel financiero”, según recoge Reuters.
Consenso
Existe un claro consenso: todavía es muy pronto para determinar el apoyo que podría requerirse. “Por ahora es un tema más doméstico, a no ser que acabe teniendo un impacto sobre todos los mercados financieros”, justifica Laurent Fransolet, economista de Barclays Capital.
No obstante, lanzar esa señal de unidad por parte de las autoridades ya es positivo. “Han tocado el silbato para avisar de que estamos aquí y que podemos reaccionar. Cuando los mercados están asustados, hay que darles protección”, apunta José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney.
Guía de actuación en otras crisis
Ataque a las Torres Gemelas en Estados Unidos (11 de septiembre de 2001): Los bancos centrales se coordinaron para realizar una rebaja de tipos e inyectar cantidades ingentes de dinero en el sistema para evitar una crisis de liquidez.
Quiebra del banco Lehman Brothers (15 de septiembre de 2008): Se repitió el modus operandi, aunque de una forma más agresiva –el BCE, por ejemplo, mantiene abierta la barra libre de liquidez–. Además, la Fed, el BCE, el BOJ, el Banco de Inglaterra, el Banco de Canadá y el Banco Nacional Suizo aprobaron un intercambio de divisas el 18 de septiembre de 2008, con el fin de que éstos pudieran proporcionar financiación en otras monedas a las entidades comerciales de sus respectivos países.

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