domingo, 4 de septiembre de 2016

Y detrás del TTIP.....el TISA.

TISA: ¿Un acuerdo secreto “más peligroso” que el TTIP?

Varios países negocian en ‘petit comité’ este tratado de libre comercio que de acatarse debilitaría considerablemente el poder del Estado.


Angela Merkel junto a Barack Obama
Angela Merkel junto a Barack Obama
/ • 10:35
Varios países y compañías privadas están negociando desde 2012, y en el más absoluto secreto, un tratado de libre comercio con mayor envergadura que el TTIP. Se trata del TISA (Trade In Services Agreement), un acuerdo internacional dentro del marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que tiene como objetivo liberalizar el mercado de servicios. Un tratado con nombre “amable” pero tan sospechoso que lo único relevante que se sabe es gracias a las filtraciones de Wikileaks. Unas filtraciones que, por cierto, no son nada halagüeñas para un sistema de bienestar público y la soberanía de los Estados.

Australia, Canadá, Chile, Colombia, Corea, Costa Rica, Estados Unidos, Hong Kong, Islandia, Israel, Japón, Liechtenstein, Mauricio, México, Noruega, Nueva Zelanda, Pakistán, Panamá, Perú, Suiza, Taiwán, Turquía y la Unión Europea son quienes bajo la bandera de la OMC están llevando a cabo las negociaciones del TISA. Junto a estos países, algunas de las corporaciones más grandes del mundo participan en las negociaciones aportando su conocimiento y sus ‘recomendaciones’. IBM, Walmart, Citigroup, MetLife, UPS y Liberty Mutual forman parte del Team TISA, un grupo de corporaciones que tienen como objetivo impulsar el acuerdo mediante el establecimiento de un diálogo constructivo con autoridades norteamericanas y de otros países para proveerles de información relativa a la importancia de los servicios en la economía mundial. Otras compañías gigantes como Microsoft, Walt Disney o Google  participan también en esas reuniones aportando sus impresiones.

Hasta ahora el TTIP ha copado las portadas, las loas y las críticas, pero ateniéndonos a los participantes en este tratado, el TISA puede resultar aún más preocupante, pues mientras el TTIP es una negociación entre Estados Unidos y la Unión Europea, el TISA involucra a más de 40 países que representan en total el 70% del comercio internacional de servicios.

Si se aplicase lo que se sabe del tratado TISA, este afectaría directamente a la regulación económica y al control jurídico de las Administraciones públicas, dejando a las grandes multinacionales con la última palabra sobre áreas tan importantes como la salud, la educación o los servicios básicos. Según informa la organización Global Justice Nowen su informe “¿por qué debemos parar el TISA?”, la aprobación de este tratado generaría consecuencias dramáticas para un sistema social, que en palabras inscritas en el propio informe, pasaría a ser el “salvaje oeste legal”.

Una de las medidas más preocupantes incluidas en el tratado es la referida a las cláusulas standstill y ratchet. Según Global Justice Now, estas cláusulas podrían bloquear las privatizaciones haciéndolas irreversibles una vez se llevasen a cabo. Es decir, si algo público pasase a manos privadas, no habría vuelta a atrás. Los defensores de este tratado aseguran que eso no implica que todos los servicios vayan a ser privatizados, pues el TISA incluye un apartado en el que determina que algunos sectores podrán no liberalizarse, siempre y cuando se especifiquen. No obstante, Global Justice Now denuncia que ese apartado es etéreo y que abre la posibilidad a considerar servicio privatizable cualquier actividad, incluida la sanitaria, pues incluso el lenguaje cambia el derecho a la Sanidad por “el servicio de Sanidad”. Según el TISA los derechos pasarían a ser servicios.

Otras medidas incorporadas en el TISA y que preocupan sobremanera a varios colectivos como Global Justice Now son las referidas al medioambiente. Según estas organizaciones, aprobar el tratado supondría una “noticia terrible para el clima”. Los documentos facilitados por Wikileaks demuestran que las partes negociadoras están particularmente interesadas en liberalizar el acceso a las fuentes de energía, equiparando las modalidades energéticas al mismo nivel, provoquen el efecto que provoquen sobre el calentamiento global. Esto significa que las compañías podrían acudir a los recursos energéticos más baratos como el carbón en detrimento de las energías renovables, que serían las compañías más perjudicadas de este acuerdo.

El TISA también amenaza la privacidad online. Según el informe elaborado por Global Justice Now, el acuerdo promete dar mucho más poder a empresas como Google y Microsoft para que estas compañías puedan cruzar los datos personales de los usuarios a países con leyes de protección de datos mucho más laxas.

Por otro lado, basando la información en las filtraciones realizadas por Wikileaks, el TISA considera a los trabajadores migrantes como “proveedores de servicios independientes”, lo que significaría que no tendrían derecho a un salario mínimo o a unirse a un sindicato. Y aún más preocupante, podrían ligar su visa al trabajo de tal modo que si fueran despedidos pudieran ser deportados.

Estas son algunas de las consecuencias que podrían suceder en caso de que este tratado fuera acatado por los Estados, que directamente verían reducir al máximo su capacidad normativa.

Nacimiento del TISA

El TISA es un tratado que nació bajo la influencia del European Services Forum (ESF) y de la Coalition of Services Industries (CSI). Su gestación data del año 2012, cuando 16 países se reunieron para llevar a cabo un acuerdo multilateral de servicios que beneficiase a las principales compañías de servicios y sus lobbies, como Coalition in Services Industries. Eso sí, la condición en aquella reunión ampliable a más países fue que en el tratado no se incluiría a los BRICS: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Los países dominantes del TISA consideraban que los BRICS habían conseguido beneficiarse más que ellos en tratados anteriores. Por lo tanto, ninguno de esos países forma parte del acuerdo. Sí que está en la Unión Europea, que aceptó su incorporación a las negociaciones en verano de 2013, cuando por amplia mayoría el Parlamento Europeo validó a la Comisión Europea a entablar conversaciones.

Hasta la fecha se han celebrado 18 rondas de negociación sin noticias en el frente. Aunque para tenerlas es probable que debamos esperar a la colaboración divina y humana que pueda filtrar la información.

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