Auscultando a Tsipras...

Es Tsipras el Nuevo Lula?

CAMBRIDGE - El primer ministro griego, Alexis Tsipras tiene la oportunidad de convertirse a su país lo que el presidente surcoreano Kim Dae-jung, y el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva fueron a la de ellos: un hombre de izquierda que se mueve hacia la responsabilidad fiscal y mercados más libres. Como Tsipras, ambos fueron elegidos en medio de una crisis económica. Tanto inmediatamente confrontado las limitaciones financieras internacionales que los políticos de la oposición pueden darse el lujo de ignorar.

Al asumir el poder, Kim y Lula fueron capaces de ajustar, política y mentalmente, a las nuevas realidades que se enfrentaban, el lanzamiento de reformas muy necesarias. Algunas reformas eran "conservadores" (o "neo-liberal") y no podría haber sido posible en virtud de los políticos de la derecha. Pero otros fueron consistentes con sus compromisos para toda la vida. Corea del Sur bajo Kim comenzó a controlar a los chaebols , enormes conglomerados de propiedad familiar del país. Brasil bajo Lula implementó Bolsa Familia , un sistema de pagos directos en efectivo a los hogares que se acredita con sacar a millones de la pobreza.

Tsipras y su partido Syriza, sin embargo, pasaron sus primeros seis meses en el cargo aún miope acerca de las realidades financieras, incapaz de ver las cosas desde la perspectiva de los demás. La decisión de celebrar un referéndum sobre los términos del rescate establecidos por los acreedores de Grecia mostró que estaban políticamente miope también.

Si Tsipras estuviera leyendo un guión normal que lógicamente habría pedido griegos a votar que sí. Pero él les pidió que se vote no, lo que hicieron por un sorprendentemente amplio margen. Evidentemente pensaba que esto fortalecería su mano; en cambio, simplemente fortaleció la posición de aquellos alemanes convencido de que había llegado el momento de dejar que Grecia caiga fuera del euro.

Sólo una semana después del referéndum, Tsipras finalmente se enfrentó a la realidad: los socios del euro de Grecia no están dispuestos a ofrecer condiciones más fáciles. Por el contrario, ellos insisten en más extensas concesiones como el precio de un tercer rescate.

El único resquicio posible a esta triste historia es que algunos de los partidarios de Tsipras en casa pueden ahora estar dispuesto a tragar la medicina amarga de los acreedores. No hay que subestimar a la oposición que las reformas siguen enfrentándose entre los griegos. Pero al igual que Kim y Lula, Tsipras podría reunir el apoyo político de algunos en la izquierda, que reconozco, "Si él dice ahora que estas medidas son inevitables, hay realmente debe haber otra alternativa. "(Lo mismo tiene, por supuesto, que pasó a la derecha: Sólo Nixon podría ir a China.)

Nada de esto quiere decir que las realidades financieras internacionales a los países caras son necesariamente siempre razonable. A veces el afán de los mercados financieros globales "para prestar resultados en auges irrazonables, seguidos de retrocesos bruscos.

Gobiernos acreedores de Relaciones Exteriores puede ser razonable también. Las percepciones erróneas y los errores de los líderes en Alemania y otros países acreedores han sido tan perjudiciales como los de la parte de los líderes griegos menos experimentados. Por ejemplo, la creencia de que la austeridad fiscal eleva los ingresos, en lugar de bajar, incluso en el corto plazo, fue un error , ya que fue la negativa en 2010 para escribir la deuda. Estos errores explican por qué la relación deuda / PIB de Grecia es aún mayor de lo que era entonces.

La negativa de cada lado para admitir sus errores reforzado terquedad del otro lado. Los alemanes habrían hecho mejor que admitir que la austeridad fiscal es contractiva en el corto plazo. Los griegos habrían hecho mejor que admitir que la democracia no significa que la gente de un país pueden votar a entregarse el dinero de otros países.

En términos de la teoría de juegos, el hecho de que los griegos y alemanes tienen diferentes intereses económicos no es suficiente para explicar el pobre resultado de las negociaciones hasta la fecha. La diferencia en la percepción ha sido central. "Llegar a sí" en una situación de negociación requiere que los negociadores no sólo tienen una idea clara de sus propias prioridades, pero también que ellos entienden lo que la otra parte quiere más.

Un "mal negocio" llamaría a cada lado para renunciar sus principales prioridades. El Banco Central Europeo no debería tener que estar de acuerdo con una rebaja explícita de la deuda griega. Y Grecia no debería tener que realizar un importante superávit presupuestario primario por ahora. Bajo un relativamente "buen negocio", los acreedores podrían modificar los tipos de interés y extender los vencimientos más allá, como el Fondo Monetario Internacional sugiere ahora, para que Grecia no tiene que pagar el impagable en los próximos años, a cambio de reformas estructurales que fomenten el crecimiento .

Se espera que la terrible experiencia de los últimos seis meses ha llevado a ambas partes a una percepción más clara de las realidades y prioridades económicas. Esto será necesario si las dos partes deben llegar a un buen negocio, en lugar de uno malo - o incluso un rotundo fracaso para cooperar, para que Grecia cae efectivamente fuera del euro.

Un tema recurrente de la crisis griega desde que estalló a finales de 2009 es que tanto los griegos y los países acreedores de la eurozona se han mostrado reacios a considerar las lecciones de anteriores crisis de los mercados emergentes. Después de todo, dijeron, Grecia era un miembro de la zona euro, no es un país en desarrollo. Es por eso que, por ejemplo, el BCE y la Comisión Europea inicialmente no querían Grecia para ir al FMI y no quería escribir la deuda griega.

Crisis de los mercados emergentes no tienen lecciones importantes. Si Tsipras ahora puede seguir el curso tomado por Kim y Lula, él servir a su país también.

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